Resumen: curso de filosofía positiva

Curso de Filosofía Positiva

Resumen

Augusto Comte, filósofo francés nacido en 1798, fue el fundador de la filosofía positiva y es considerado por muchos como el padre de la sociología.  Trabajó como secretario personal con el conde Henri de Saint-Simmon, quien represento una gran influencia en él  y con quien más tarde rompió toda relación debido a diferencias intelectuales. A partir de 1826 difundió du filosofía entre grupos selectos de personas ilustradas y entre 1830 y 1842, como resultado de estas charlas publicó en varios tomos Curso de Filosofía Positiva.

En la primera lección, Comte establece los objetivos y principios que guían su filosofía, a la vez que expone la necesidad de esparcir el espíritu positivo en todas las ciencias. Su teoría se entiende a partir de tres ejes fundamentales que son explicados en esta misma lección. El primer aspecto que  toca es la historia y evolución del pensamiento humano; según Comte, debe recorrer tres estados: el teológico, el metafísico y el positivo, estadios que asocia con la infancia, la adolescencia y la madurez respectivamente. Acto seguido explica la intención del positivismo de realizar una división del trabajo intelectual. Por último explica la intención ulterior de la filosofía positiva.

La ley de los tres estados que propone comienza con el teológico. En este momento los fenómenos físicos se atribuyen a entidades divinas que provocan todos los cambios en la naturaleza. Este estado se subdivide en otros tres, de acuerdo al sistema religioso implantado; comienza con el fetichismo, continua con el politeísmo y finaliza con el monoteísmo, momento de transición al estado metafísico.  En esta segunda etapa los fenómenos comienzan a explicarse de modo más racional, ahora se identifican con entes abstractos y con nombres específicos. Por último, se encuentra el estado positivo, para Comte esta es la fase final y perfecta del pensamiento humano. Aquí los fenómenos y hechos son estudiados e investigados con el propósito de crear leyes generales que los puedan explicar.

El positivismo rechaza toda noción a priori que no esté fundamentada en la experiencia. Esta cualidad empírica es la única que puede brindar  total validez a al conocimiento de un hecho, además de un proceso riguroso de observación, con el  cual se deben de establecer relaciones entre ciertos principios y  los fenómenos objeto de tal escrutinio, de otra manera pasarían desapercibidos y serían totalmente inútiles para el desarrollo del conocimiento.  Para realizar con éxito estos estudios es necesario establecer ciertas normas y procedimientos, esto es el método científico.

Parte fundamental del positivismo es  la división del trabajo intelectual, esto es que cada ciencia debe ser estudiada por separado con el fin de alcanzar un alto grado de especialización de modo que el estudio de los fenómenos arroje resultados  más avanzados. Cuando se logre esto se podrán volver a combinar los saberes de ciertas ciencias para obtener conocimientos más específicos a lo que no se podrían llegar de otro modo.  Dada esta división de las ciencias, Comte asegura que la única que hace falta en la categorización existente es, como él la llama, la  física social o sociología, que aún tiene que adoptar la metodología positiva. De esta manera se sumaría a la astronomía, física, química y biología.

De acuerdo con Comte, cuando este sistema de conocimientos este completo y tenga una base metodológica válida, entonces podrá realizar un cambio sustancial en las relaciones caóticas y conflictivas de la sociedad. Es importante mencionar que la filosofía surge en el contexto de la revolución industrial, momento en el que los problemas sociales y morales  presionaban a la sociedad.  Por eso, para Comte era urgente reformar el saber y el método para así  establecer orden y jerarquía que llevaría al desarrollo intelectual  y por ende a la evolución en el ámbito social.  Este es el fin ulterior que perseguía la filosofía positiva de Augusto Comte.

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