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Tomas De Aquino - Sobre La Verdad


Enviado por   •  3 de Abril de 2015  •  1.972 Palabras (8 Páginas)  •  146 Visitas

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TOMÁS DE AQUINO, Sobre la Verdad.

cuestión 1

artículo 1

PARECE QUE lo verdadero es exactamente lo mismo que el ente

1. En efecto. Dice San Agustín, en el libro de Los Soliloquios, que “verdadero es aquello que es”. Pero “aquello que es” es lo mismo que el ente. Luego lo verdadero significa exactamente lo mismo que el ente.

2. Se puede replicar a esto que lo verdadero y el ente son ciertamente lo mismo en la realidad, pero difieren conceptualmente. Mas, por el contrario, el concepto de una cosa cualquiera es lo que se expresa en su definición. Pero “aquello que es” es la definición que da San Agustín de lo verdadero, después de haber rechazado otras definiciones. Luego, como el ente y lo verdadero convienen en ser “aquello que es”, parece que son lo mismo incluso conceptualmente.

3. Además, las cosas que son conceptualmente diferentes se comportan entre sí de tal suerte que una de ellas puede ser entendida sin la otra; y por eso dice Boecio, en el libro de Las Producciones 2, que puede entenderse que existe Dios, aunque el intelecto prescinda por un momento de la bondad de Él. Pero el ente no puede ser entendido si se prescinde de lo verdadero, pues el ente se entiende precisamente porque es verdadero. Luego el ente y lo verdadero no son conceptualmente distintos.

4. Además, si lo verdadero no es lo mismo que el ente, tendrá que ser una disposición de él. Pero no puede ser una disposición del ente. Porque no es una disposición que lo anule totalmente, ya que entonces habría que decir: “es verdadero, luego no es ente”, como decimos “es un hombre muerto, luego no es hombre”. Tampoco es una disposición que lo restrinja, pues en ese caso no se podría decir: “es verdadero, luego es”, como no decimos: “tiene blancos los dientes, luego es blanco”. Ni tampoco es una contracción o especificación del ente, porque así no se “convertiría” con el ente . Luego lo verdadero y el ente son completamente lo mismo.

5. Además, aquellas cosas que tienen idéntica disposición son también idénticas ellas mismas. Pero lo verdadero y el ente tienen idéntica disposición. Luego son idénticos. Aristóteles, en su Metafísica 4, dice, en efecto: “La disposición de una cosa en el ser es la misma que en la verdad”. Luego lo verdadero y el ente son completamente lo mismo.

6. Además, las cosas que no son idénticas difieren de algún modo. Pero lo verdadero y el ente no difieren en modo alguno; porque no difieren por su esencia, ya que el ente es verdadero precisamente por su esencia; ni tampoco por otras diferencias, porque sería necesario que conviniesen en algún género. Luego son exactamente lo mismo.

7. Además, si no son completamente lo mismo es necesario que lo verdadero añada algo al ente. Pero lo verdadero no añade nada al ente, pues incluso es más amplio que el ente, como se echa de ver por lo que dice Aristóteles en su Metafísica 5: “al definir lo verdadero decimos ser lo que es o no ser lo que no es”; de modo que lo verdadero incluye al ente y al no ente. Luego lo verdadero no añade nada al ente, y así parece que son enteramente lo mismo.

MAS, POR EL CONTRARIO:

1. La tautología es una repetición inútil. Si, pues, lo verdadero fuese lo mismo que el ente, sería una tautología decir “ente verdadero”, lo que es falso. Luego no son lo mismo.

2. Además, el ente y lo bueno se “convierten” . Pero lo verdadero no se convierte con lo bueno, pues hay cosas que son verdaderas y no son buenas, como el fornicar. Luego tampoco lo verdadero se convierte con el ente.

3. Además, dice Boecio en su libro de Las Producciones 7: “en todas las criaturas difieren el ser y lo que es”. Pero lo verdadero sigue al ser de las cosas. Luego lo verdadero en las criaturas difiere de lo que es. Mas “lo que es” se identifica con el ente. Luego lo verdadero en las criaturas es distinto que el ente.

4. Además, las cosas que se comportan entre sí como lo anterior y lo posterior difieren necesariamente. Pero lo verdadero y el ente se comportan de ese modo, pues, como se dice en el Libro de las Causas, “el ser es la primera de las cosas creadas”; y Averroes, comentando dicho libro, dice por su parte: “todas las otras cosas expresan alguna nueva determinación por respecto al ente”, y así son posteriores al ente. Luego lo verdadero y el ente difieren entre sí.

5. Además, todo lo que se predica de una causa y de los efectos de ella, tiene en la causa mayor unidad que en los efectos, y principalmente si se trata de Dios y de las criaturas. Pero, en Dios, el ente, lo uno, lo verdadero y lo bueno se “apropian” de este modo: que el ente pertenece a la esencia; lo uno, a la persona del Padre; lo verdadero, a la persona del Hijo; y lo bueno, a la persona del Espíritu Santo. Las personas divinas, por otra parte, se distinguen no sólo conceptualmente, sino también en la realidad, y por eso no se predican una de otra. Luego a mayor abundamiento deben diferir en las criaturas aquellos cuatro trascendentales, con una distinción mayor que la meramente conceptual.

RESPUESTA. Debe decirse que así como en la serie de las proposiciones demostrables es preciso llegar, en último término, a algunos principios inmediatamente evidentes, así también en la investigación de lo que es cada cosa. De lo contrario se procedería hasta el infinito en uno y otro orden, y no podría haber

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