Un lider nace o se hace

¿Un líder nace o se hace?

Habiendo analizado las posturas de distintos autores que se mencionaran en las fuentes que se consultaron para este trabajo concuerdo con que si existen ciertas características en la personalidad de ciertos individuos que pueden considerarse ventajosas para desempeñar el rol de líder en una organización, características como ser extrovertido, tener facilidad para dirigir a las personas y que esto se ve de manera innata en algunos individuos desde la infancia, sin embargo en lo personal considero la parte del desarrollo y crecimiento de los individuos como la parte más importante en que una persona se forma y por lo tanto se hace o no una persona con capacidad para liderar. Esto porque sin importar la personalidad con que los niños o las niñas tienen predisposición de tener por sus genes, el ambiente en el que la persona va a crecer será lo más importante, ya que sin las condiciones propicias como pueden ser hasta las condiciones de vida digna más básicas el infante no podrá desarrollar correctamente esa personalidad.

Por tanto la educación, el cuidado de los padres y los estímulos que un cerebro desde recién nacido y durante su temprano desarrollo tengan determinaran desde entonces una parte muy importante y continuando con el desarrollo de la vida de una persona que va creciendo hasta su vida adulta, digamos las primeras dos décadas de su vida habrá acumulado muchas y diversas experiencias, desafíos, problemas y situaciones que ponen a prueba toda su formación hasta el momento y considero que el tener una reflexión o lección acerca de las distintas experiencias que van aconteciendo es fundamental para madurar y seguir creciendo ya que aunque cometamos errores o fallemos en algunas situaciones siempre podremos aprender algo que en ese momento no sabíamos y nos llevo a cometer el error.

Es así que considero en lo personal que un líder se hace, que la verdad las características de personalidad que puedan ser heredadas genéticamente tienen una importancia en otros aspectos, pero que para cuestiones de lograr alcanzar los objetivos de un grupo en el cargo de líder su importancia es muy poca.

Retomando el tema de la educación, si ponemos en concreto un ejemplo muy común acerca de una comparación entre dos infantes cuyos padres tienen tratos muy diferentes respecto de los otros. En una familia los padres del niño lo animan desde su nacimiento con mensajes de optimismo y amor y a lo largo de su infancia lo crían con gran atención, con una manera honesta de ver el mundo, de enseñarle a reconocerse a sí mismo y el valor que tiene así como el de los demás.

En cambio en otra familia el niño a pesar de estar en algunas condiciones básicas para vivir recibe un trato duro de sus padres y mensajes que lo desalientan y le hacen pensar que no tiene ningún valor y que tampoco puede aportarle valor a ninguna persona. Es sencillo imaginar quien tendría más posibilidades de tener éxito en un salón de clases si lo compartieran o en la vida en general. En condiciones como las del segundo niño y adolescente que creció creyendo que no servía para nada es difícil imaginar que despliegue autenticas habilidades de liderazgo. Sin embargo una persona que creció en condiciones que favorecen su sano desarrollo podrá entonces de manera independiente realizar conductas que lo ayuden a alcanzar sus objetivos, hábitos que van forjando al individuo para ser exitoso en sus propias metas y  de ser capaces de dirigir un grupo hacia una meta deseada exitosamente.

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