America Central

Durante la última década, gran parte de América Central ha sido devastada por el aumento alarmante de la delincuencia y la violencia. En el siguiente informe de Perspectivas se analiza la posible relación entre los altos niveles de violencia y las intenciones de migración de los centroamericanos. A pesar de que la visión tradicional de las motivaciones detrás de la migración tiende a poner de relieve factores económicos y familiares como las principales causas de la migración, encontramos que la victimización por delincuencia y la percepción de inseguridad entre los centroamericanos también juegan un papel determinando que un individuo considere la migración como una estrategia viable., a pesar de los altos niveles de delincuencia y violencia, la percepción de inseguridad entre los centroamericanos han ido disminuyendo en los últimos diez años, lo que sugiere que tal vez la población se ha acostumbrado a un contexto de alta criminalidad.

s países. De hecho, entre 2000 y 2010 el número de migrantes centroamericanos a los EE.UU. aumentó más de un 50 por ciento, más rápido que cualquier otra región expulsora de migrantes en América

Latina (Stoney y Batalova 2013). Este aumento se produjo a pesar de la caída en las tasas de migración tras la crisis financiera mundial de 2008, la cual disminuyó significativamente la demanda de mano de obra inmigrante en el mercado de EE.UU.

Delincuencia, violencia y migración en América Latina

Como es evidente en el Gráfico, la violencia en Centroamérica, y

Honduras y El Salvador en particular, han alcanzado niveles sin precedentes.

Al mismo tiempo, en los últimos diez años también se ha visto un aumento igualmente significativo en las tasas de migración en muchos de estos mismo

Muchos observadores han planteado una relación entre el aumento de las tasas de criminalidad de América Central y la salida significativa de migrantes de la región. Un reciente informe publicado en The Guardian afirma que ʺla violencia extrema en

Centroamérica está enviando una oleada de refugiados que huyen hacia el norte hasta México ʺ, y equipara este ʺéxodoʺ con el de los ciudadanos que huyen de una guerra civil (Tuckman 2013). Un trabajo más riguroso sobre esta cuestión también encuentra un efecto significativo de la violencia y la inestabilidad política en materia de migración en casos como Nicaragua durante la guerra de los Contras (Lundquist y Massey 2005) y Guatemala durante el apogeo de la guerra civil (Morrison y May 1994). De hecho, en la actualidad los principales países emisores de migrantes en la región son El Salvador, Guatemala y Honduras, que a su vez son los que enfrentan los niveles más altos de delincuencia y violencia. Sin embargo,

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