Análisis del problema limítrofe sobre el Esequibo(Ensayo)

El conflicto limítrofe entre Venezuela y la República Federativa de Guyana es de larga data, a tal punto que en pocas décadas llegará a ser una situación bicentenaria. Dicho conflicto se origina poco después de las guerras de emancipación de Hispanoamérica, así como la creación y posterior disolución de la Gran Colombia. Por el lado venezolano, los argumentos son sólidos basados en documentos oficiales de la época hispana.

El territorio de la naciente Venezuela, tras la aplicación del principio uti possidetis juris, que establecía que su territorio correspondía al que lo constituía antes de la creación del macro estado colombiano, correspondiente a la Capitanía General de Venezuela, teniendo como fecha de creación 1777 según la real cédula emitida para tal fin. Del lado guyanés, en principio, conformaba un territorio en mano de Holanda, que posteriormente pasó a ser de manejo británico y estos, aprovechando la vulnerabilidad de la nueva, tras los eventos ya puntualizados, estos avanzaron en territorio históricamente venezolano sin encontrar prácticamente oposición. Desde aproximadamente 1840, se inicia una serie de litigios legales a fin de resolver este nuevo conflicto limítrofe. Durante el siglo XIX, se esgrimieron muchos argumentos desde ambos bandos para dar solución definitiva a la disputa.

El Laudo Arbitral de París se perfiló como el proceso que definiría de manera permanente los límites de las dos naciones, se llevaría a cabo, como su nombre indica en la capital francesa en 1899 y contaría con dos abogados británicos en representación inglesa y dos abogados estadounidenses como representación venezolana, adicional a las partes, habría un miembro adicional que se consideraba neutral. El laudo sorpresivamente falló a favor de Inglaterra, enterrando aparentemente para siempre, las aspiraciones venezolanas a recuperar este territorio que figuraba como suyo durante la Capitanía General de Venezuela, pero que ante cualquier reclamo, la potencia británica simplemente declaraba ya ser un asunto resuelto y juzgado.

A principios del siglo XX, los resquemores por qué el laudo hubiera sido un proceso viciado e irrito por no contar con garantías de transparencia hacia Venezuela, por no tener ningún nacional como representante, fueron acrecentándose, pero manteniendo la visión de una resolución diplomática y pacífica a la problemática, hasta que, llegado 1962 salieron a la luz documentos que evidenciaban que el evento parisino fue completamente irregular, reavivando los reclamos territoriales desde Venezuela. Desde 1966, tras la descolonización de la República de Guyana, se hicieron nuevos reclamos entre la ONU para intentar recuperar el territorio, que hoy día constituye el 70% de la superficie de la ex colonia británica, de estas discusiones y el Acuerdo de Ginebra, se derivó en un reconocimiento a la reclamación venezolana.

De esta fecha en adelante, se sucedieron múltiples intentos de negociación, primero de la comisión mixta derivada del Acuerdo de 1966 y protocolo de Puerto España en 1970, pero que, por sabotajes internos derivados de confrontaciones políticas, la reclamación venezolana se fue debilitando al perder capacidad de negociación por inhabilitar internamente, por trifulcas de carácter político, la firma de protocolos y acuerdos.

Lo más resaltable en mucho tiempo fue lo ocurrido durante la presidencia de Hugo Chávez, que a fin de ganar influencia en la esfera latinoamericana y del Caribe en las votaciones de organismos internacionales, suavizó el discurso y nivel del reclamo y usó mecanismos de integración como Petrocaribe, mientras Guyana se fortalecía con alianzas paralelas en cuanto a su posición. En tiempos más recientes, el gobierno de Nicolás Maduro ha vuelto a asumir una posición más severa ante la situación limítrofe. Cabe recalcar que, ante la creciente tensión, Guyana ha acudido ante el tribunal de la Haya para conseguir una solución unilateral, cosa que el gobierno venezolano no acepta, puesto que no considera de su competencia.

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