Análisis ético De La Película The Insider

Análisis ético de la película “El Informante”

Escrito por Anna Christina Tapia Ruiz

Estudiante de Periodismo de la Facultad de Comunicación UEES

La ética, como es sabido, es un tema que entra a discusión de manera intermitente dentro del ámbito de la Comunicación. Los medios de información suelen caer en errores que afectan la deontología del periodismo, con el único objetivo de defender los intereses económicos de las empresas que se encuentran tras el manejo de dichos medios.

En la película “The Insider” (El Informante) dirigida por Michael Mann en 1999, se exploran diversos aspectos éticos que enfrentan los medios de comunicación en cuanto al tratamiento de las fuentes, el secreto profesional, el linchamiento mediático, la cláusula de conciencia y la censura previa. The Insider presenta dilemas como la confrontación entre la línea editorial de un medio y sus propios intereses financieros. Vemos claramente la influencia que tiene un corporativo, en este caso la cadena CBS, en la generación y difusión de una noticia.

Jeffrey Wigand, al que da vida Russell Crowe, es un antiguo bioquímico de la tabacalera Brown & Williamson, quien es despedido por expresar su inconformidad ante los procedimientos de elaboración de tabaco en dicha fábrica, pues emplean cumarina, un compuesto prohibido por causar cáncer al pulmón. Este personaje refleja la frustración que siente ante la injusticia que vivió a manos de la tabacalera y se debate, con apoyo del periodista de la cadena CBS, Lowell Bergman, ofrecer o no una entrevista revelando esta información, que gracias a un acuerdo de confidencialidad debía permanecer en secreto.

Durante toda la película, se hace foco en la cobertura y seguimiento de la noticia que realiza el prestigioso telenoticiero "60 Minutes", el más importante de la CBS. La evolución de la trama está signada por la indecisión de Wigand, que se balancea entre su buena conciencia, que lo impulsa a revelarlo todo, y su posición económica y la integridad de su familia, amenazadas por la tabacalera B&W. Finalmente se decide a hacerlo y ahí empiezan los problemas.

Por un lado vemos que en cuanto al tratamiento de la fuente, se presiona sobremanera a Wigand para que acepte revelar información en la entrevista, a pesar de los cargos legales que podría presentarle la tabacalera debido al incumplimiento del acuerdo de confidencialidad. Además se muestra el apoyo de la cadena televisiva que ofrece ayuda a su fuente hasta conseguir lo que necesitan, pues lo que mueve a cualquier empresa de comunicación masiva es el rating y por supuesto el dinero; pero una vez que se ve amenazada por la tabacalera B&W, ésta decide no pasar la entrevista y mantener la información en secreto. En este punto podemos ver claramente la censura previa que realiza el canal para favorecer a los intereses económicos de la empresa, evitando que se conozca una historia de trascendencia que afectaría la salud de cientos de personas.

Como medida para contrarrestar cualquier peligro de que la información salte a la luz, los ejecutivos de Brown & Williamson deciden contratar a un investigador para que consiga el expediente (corregido y aumentado) de Wigand, y así presentarlo en los medios de comunicación con el fin de quitarle valor a cualquier declaración que éste presente al público, lo que sería un obvio caso de linchamiento mediático, ya que se presentan 500 páginas en pro de desacreditar al bioquímico.

Pese a todo, el periodista Lowell Bergman continúa defendiendo su labor y hace todo lo que está a su alcance para conseguir que la entrevista se difunda, y tras varios intentos fallidos toma la decisión de revelar todo lo acontecido al diario The New York Times, poniendo entre la espada y la pared a CBS, a la cual no le queda más remedio que sacar al aire la entrevista sin

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