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De Itapúa a Posadas


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2022  •  Reseñas  •  15.045 Palabras (61 Páginas)  •  82 Visitas

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DE “NUESTRA SEÑORA DE LA ANUNCIACIÓN DE ITAPÚA” A POSADAS

        

La ciudad de Posadas, nacida con el nombre de Trinchera de San José cumplió, en el año 2020, el sesquicentenario de su fundación oficial; considerando la fecha que la Academia Nacional de Historia reconoció como tal, en 1965 y que el gobierno provincial misionero legitimó a través del Decreto N° 1.972/70.

Un siglo y medio atrás, también “la peste” asolaba la región, una epidemia de fiebre amarilla se inició en Río de Janeiro (Brasil), en enero de 1870, en el contexto de la Guerra de la Triple Alianza; cómodamente se extendió a Paraguay y la evacuación de las tropas argentinas, desde Villa Occidental a la ciudad de Corrientes, facilitó el ingreso de la enfermedad a nuestro país.

Las condiciones sanitarias del litoral dejaban mucho que desear, agravadas por las consecuencias del conflicto bélico que se había desarrollado por cinco largos años; se calcula que, entre diciembre de 1870 y junio de 1871, dos mil personas fallecieron por la enfermedad en la ciudad de Corrientes, que entonces tenía poco más de once mil habitantes.

¿Coincidencia?, ¿causalidad?... partiendo de la convicción que la historia no es cíclica, ni se repite, es tiempo suficiente para volver a mirarnos en el pasado y tal vez retroceder en el tiempo y conocer o recordar, el derrotero previo a la creación del Departamento de Candelaria y la designación del pueblo de Trinchera de San José como sede de las autoridades, aquel 8 de noviembre de 1870… porque la historia de lo que actualmente es la capital de la provincia de Misiones comenzó antes, más de cuatro siglos atrás.

La raíz mediática

Esta región fue parte de la gran Nación Guaraní, abarcó extensos territorios desde el sureste de América Central, noreste de América del Sur hasta proximidades de la actual República Oriental del Uruguay, las actuales provincias de Corrientes y Misiones y la República de Paraguay.

A finales del siglo XV, los imperios marítimos de España y Portugal iniciaron el proceso de conquista del continente americano, mediante un acuerdo real dividieron los futuros dominios, conocido como el Tratado de Tordesillas – por haberse firmado en la homónima ciudad española, en junio de 1494 -, estableció una línea imaginaria a trescientas setenta leguas al oeste de las islas del Cabo Verde.

Este límite político tuvo varias versiones y/o correcciones, posteriormente fue reemplazado por los sucesivos Tratados de Madrid, de El Prado y de San Idelfonso; sin embargo, esta frontera jamás fue demarcada en el territorio y generó, a lo largo de los siglos, innumerables conflictos entre ambos reinos y desmanes, abusos de poder y conflictos armados en estas tierras.

El vasto territorio comprendido entre la desembocadura del Río de la Plata, las nacientes del río Paraguay y el Alto Paraná estaba habitado por innumerables parcialidades nativas: querandíes, chandules, charrúas, minuanes, mohanes, mocovíes, abipones, qom, mataráes, pilagás, maraguayos, tonocotes, matacos - por citar a algunos-, en el Sur y Oeste; en tanto el Este y Norte de las tierras habían pasado por un proceso de guaranización previo, que desplazó a los grupos locales, los esclavizó e impuso su idioma, en este momento estaban organizados como una sociedad guerrera dispersa en áreas grandes con sus propias denominaciones: carios, tobatines, guarambarés, itatines, mbaracayúes, gente del Guayrá, del Paraná, del Uruguay y los del Tapé[1]

Los primeros conquistadores europeos llegaron a esta región - por vía marítima -  en 1536 y fundaron el Fuerte de Santa María del Buen Ayre de corta vida; en el año 1537, otra corriente colonizadora fundó el Fuerte de Asunción, reconocido como ciudad en 1541 y en 1542 se creó el Virreinato del Perú.

Desde Asunción partió el contingente de “hijos de la tierra” que tiempo después, el 3 de abril de 1588, fundó la Ciudad de Vera de las Siete Corrientes, un siglo después se le agregó “San Juan” en alusión a la invocación de San Juan Bautista, santo católico considerado protector de la ciudad. Fue pensada como nexo necesario en la ruta comercial Asunción – Buenos Aires.

La “Conquista Espiritual”

El área que luego se denominará “misionera” permaneció habitada por guaraníes y fuera de las rutas de conquista hasta 1604, cuando se conformó la Provincia Jesuítica del Paraguay[2]; se inició entonces la Conquista Espiritual, al principio con “misiones volantes” y, a partir del año 1605 se puso en marcha el plan de “misiones estables” o pueblos de indios denominados Reducciones.

La primera fundación jesuítica data de 1609, fue la reducción de San Ignacio Guazú, en actual territorio paraguayo.

Apenas iniciado el año 1615, Roque González de Santa Cruz, en compañía de un jovencito guaraní Miguel de Ábila, navegaban aguas arriba por el río Paraná - desde la laguna de Santa Ana[3]  - cuando escucharon lamentos y llantos de varias personas desde tierra firme, acercaron la canoa a la orilla, desembarcaron y tomaron contacto con el cacique de aquella tribu, interesados en saber que sucedía.

Algunos historiadores afirman que el nombre del cacique era Ytapúa, aunque no hay certeza inobjetable de ello.

Se enteraron que un niño estaba a punto de morir, el sacerdote pidió permiso para verlo, le administró los sagrados óleos y la criatura falleció; el sacerdote observó que el lugar era adecuado para establecer una Reducción, habló con el cacique, se pusieron de acuerdo, construyeron una gran cruz que erigieron en medio de la aldea, como símbolo que quedó al cuidado de los nativos[4].

Roque González de Santa Cruz regresó a Asunción, donde solicitó la debida autorización para la fundación, le fue concedida; regresó a Itapúa y dio inicio al proceso, el 25 de marzo de 1615 fundó la reducción Nuestra Señora de la Anunciación de Itapúa[5]. Seis años más tarde, debido a un sinfín de calamidades - sequía, inundación, peste, escases de alimentos, etc. - la Reducción fue trasladada “a la otra orilla”, con el nombre de Nuestra Señora de la Encarnación de Itapúa.

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