EL PARA QUÉ DE LA FILOSOFÍA

Muchos filósofos se han preguntado a lo largo de su vida acerca de la filosofía y la realidad es que nunca se pudo llegar a una única respuesta.

Lo que si sabemos es que es utilizada por el hombre habitualmente, ¿De qué manera?

A través de las preguntas filosóficas, que son preguntas que tienen un grado alto de generalidad sobre cuestiones que afectan a nuestras vidas y que no pueden ser respondidas satisfactoriamente por las ciencias. ¿Y por qué nos hacemos esas preguntas que a veces suelen ser tan incómodas y difíciles de responder? Porque todas las personas, en algún momento de nuestras vidas nos sentimos extraños y eso nos genera duda, desconfianza frente a lo que alguna vez aprendimos. Allí es donde se empieza a querer buscar en uno mismo la respuesta. Esa duda es la que lleva al hombre a filosofar.

Según la antigua tradición, el nombre “filosofía” fue mencionado originalmente por Pitágoras, cuando un ciudadano le preguntó acerca de su arte, a lo que él respondió (…) “No conozco ningún arte, sino que soy filósofo” (…) y luego explicó que el término “filósofos” se refería a quienes contemplaban los hechos humanos pero sin participar en ellos, ya que su único fin era tener un conocimiento desinteresado del mundo.

Frente a esta definición puedo observar una concepción de filosofía contemplativa. Según esta, la filosofía es una actividad aristocrática, es decir, que está reservada a unos pocos privilegiados, los cuales están libres de las preocupaciones del mundo.

Desde mi punto de vista, creo que es un concepto erróneo porque que el hombre no puede ser “el espectador desinteresado del mundo” que observa como transcurre la vida, debido a que justamente este se encuentra inmerso en la vida misma.

Por ello creo que la filosofía debe verse desde la denominada concepción activa, que sostiene que el hombre tiene que insertarse en los asuntos del mundo, debatir los problemas que interesan a los hombres, mostrar las posibles soluciones y ayudar a elegir aquellas que sean las más favorables al destino de los hombres.

La filosofía entendida como (…) “un intento sistemático y racional de responder a las grandes preguntas formuladas por los humanos” (…) tuvo sus comienzos hace unos 2.500 años en Grecia. Siglos más tarde, se comenzaron a desarrollar nuevas formas de pensar ya que algunos pensadores comenzaron a preguntarse acerca del mundo que los rodeaba, a pesar de que las tradiciones lo explicaban por la acción de los dioses.

En ese entonces, las personas aceptaban como verdaderas las narraciones transmitidas oralmente de generación en generación. Pero algunos pensadores no quedaron satisfechos con las explicaciones que daban las narraciones míticas acerca de la formación del mundo e intentaron comprenderlo a partir de la razón (Un ejemplo de estos fue el filósofo Anaxágora).

Lo cierto es que hoy en día, con el transcurso del tiempo, el hombre se comporta del mismo modo que lo hacían en aquel tiempo debido a que sigue preguntándose acerca del origen del mundo, a pesar de las diferentes teorías científicas modernas que lo explican y también acerca de su propio origen. Esto se da porque el hombre tiene la capacidad de dudar y eso es lo que lo lleva a filosofar. Además es un ser pensante, que no se satisface fácilmente ante una respuesta y esto es lo que nos distingue de las demás especies, el pensar. El hombre es considerado problematizador por excelencia, el preguntón por antonomasia, ya que plantea problemas y busca formular las preguntas correspondientes a este.

En la vida cotidiana de los hombres surgen situaciones que estos deben superar o resolver, a las cuales llamamos problemas.

Cuando el hombre implementó la técnica, la utilizó para asegurar la supervivencia y logró resolver varios problemas con respecto a esta y al dominio de la naturaleza.

Una vez logrado ese objetivo pasó a querer poseer una vida más agradable, por lo cual comenzó a resolver otro tipo de problemas que tienen que ver con su comodidad.

La realidad es que cuando el hombre se encuentra en situaciones problemáticas, trata de buscar una posible solución, a no ser que el miedo supere esas ganas.

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