El Mercadocentrismo: Capitalismo Occidental, Economía Indígena
brisafResumen26 de Octubre de 2022
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Nivel Superior.
Prof. De Educación Primaria.
Unidad Curricular: Historia Social y Política Argentina y Latinoamericana.
Trabajo práctico: “El Mercadocentrismo: Capitalismo Occidental, Economía Indígena”.
Profesor: García José.
Estudiantes: Fernández Brisa, Franco Gabriel, Garay Selva, Gaitán Giuliana.
2° Año División: I
Año académico: 2022.
Introducción
Abordaremos aquí las diferencias que se encuentran entre, la Economía Indígena y el Capitalismo Occidental.
Este, nuestro territorio, hoy llamado América, en aquella época se llamó: “Abya Yala”; que en lengua del pueblo Kuna significa “tierra madura”, “tierra viva” o “tierra en florecimiento”.
Sabemos que, cuando los europeos llegaron a invadir este territorio, ya había civilizaciones muy antiguas, y muy bien organizadas, con una pujante economía, la cual se manejaba teniendo en cuenta principalmente, no dañar el medioambiente que los rodeaba.
Por otra parte, también se debe saber que, no se conquistó, ni se descubrió nada, porque estos habitantes se encontraban, muchos de ellos, asentados y establecidos en grandes y armoniosas comunidades.
Ellos dependían totalmente del clima de cada lugar que habitaban, para poder sobrevivir, respetando siempre a sus deidades.
Eran los dueños absolutos de estas tierras, que los europeos saquearon y masacraron a sus poblaciones.
El poblamiento americano se produjo durante la última glaciación, conocida en Europa como glaciación Wúrm o Wisconsin en América del Norte, de Mérida en el norte de Sudamérica y de Llanquihue en el Cono Sur.
Alrededor de siglos posteriores a 3.000 a C .se produce una población cada vez mayor y sedentaria, surgiendo allí las primeras urbes y civilizaciones americanas con Caral-Supe, en paralelo con la Mesopotamia asiática, India, China y Egipto.
Para un mejor aprovechamiento de recursos, las poblaciones del Paleoamericano y su impacto ecológico, se establecían en territorios circulares muy amplios de aproximadamente 160 kilómetros.
La cacería era principalmente de grandes mamíferos del pleistoceno.
Debido a que región pertenecían, los cazadores-recolectores, variaba su forma de vida. Éstos, según esqueletos fosilizados, tenían menos posibilidad de padecer hambre o desnutrición.
Su esperanza de vida era aparentemente de 30 o 40 años. Estos antiguos pobladores también padecían menos enfermedades infecciosas.
En el periodo arcaico, la extinción de la mega fauna del pleistoceno y cambios climáticos y ecosistémicos al inicio del holoceno, produjeron importantes desequilibrios entre la relación entre humanos y los recursos, hubo una gran disminución de alimento disponible.
Las poblaciones debieron adecuarse al nuevo escenario y modificar sus estrategias para subsistir.
Por otra parte, se conoce que en Occidente la economía era totalmente distinta a la de Latinoamérica de ese momento. Su forma de vida era individual y capitalista lo que significa trabajaban para acumular bienes y riquezas para uno mismo y no en conjunto.
Mercado centrismo:
“Economía Indígena”
Para empezar, aclararemos que, la economía de estos pueblos era comunitaria, porque, no solo se trabajaba para la tribu o familia de cada jefe, sino que también se lo hacía, teniendo en cuenta a todas las poblaciones cercanas.
Porque ésta armonía, era la que podía sostener, el crecimiento de todos y así poder sobrevivir.
Los que vivían cerca de ríos, arroyos o cualquier caudal de agua, aprovechaban al máximo sus beneficios. Pescaban para su supervivencia y también, comercializaban mediante intercambios con otros que eran recolectores o cazadores y también con aquellos que se dedicaban a la agricultura o ganadería.
Los habitantes originarios de América, no basaban su economía en fines de lucro, ellos practicaban la reciprocidad, la redistribución. Utilizaban el sentido común.
Los cazadores, por ejemplo, utilizaban tanto los cueros de los animales para hacerse abrigos o sus viviendas y la carne era para su consumo, pero a la vez, hacían intercambios con los agricultores quienes le proveían de granos para producir alimentos para su consumo.
En el periodo arcaico, durante el episodio tardiglacial conocido como “Dryas reciente”, se vieron obligados a racionalizar al máximo su movilidad, para no desaprovechar los recursos que tenían, se trasladaban por los mismos caminos en los cuales sabían que había fuentes de agua, en donde crecían plantas y también donde acechaban animales peligrosos. Por ello se volvieron cíclicos programados; se familiarizaron con los mecanismos de reproducción de varias especies de plantas y comenzaron a manipularlas.( “La milpa, o “kool” en maya, es una técnica de policultivo, y se caracteriza por su capacidad para sembrar e inducir varias semillas intercaladas en un solo espacio; es decir, las siembras pueden ser maíz-frijol-calabaza, y no sólo maíz, permitiendo que por lo menos uno de los cultivos pueda preservarse en caso de alguna plaga o catástrofe.
Conjuntamente, la milpa permite la recolección de hongos e insectos, y la caza de la fauna silvestre que se acerca en busca de comida, por lo que, más que un sistema de cultivo, puede considerársela un verdadero complejo agroecológico que permitía el máximo aprovechamiento posible de los recursos en disponibilidad.”).
Comienzan las grandes transformaciones del holoceno y también de las nuevas racionalidades de movilidad, comienzan a diseñar sus ciclos migratorios dependiendo de las estaciones y especies de plantas.
Logran la domesticación, el inicio de una nueva etapa en la historia americana.
Otra de las domesticaciones que se dio fue la del perro, transición desde el lobo al perro; esto se da por la necesidad del humano y también del animal que se sentía atraído por los beneficios que le brindaban los ambientes humanos y, allí ambos modifican sus comportamientos.
También se veían beneficiados en el momento de caza, por ejemplo. Todo esto ayudaba en su economía. Los frutos que se obtenían no eran individuales, eran colectivos.
Otra manera de afianzar, extender su economía, fue a través del proceso llamado “confinamiento” o “aislamiento de una población”, aquí se los protegía de depredadores y se les brindaba alimento, convirtiéndolos de animales salvajes ha ganado, por ejemplo: la llama es la forma doméstica del guanaco; la alpaca es la forma domesticada de la vicuña.
El sistema de terrazas[1], en la zona andina, era un ejemplo de las particularidades de la “agricultura indígena”, muy diferente de la europea. Eran pequeñas huertas de policultivo intensivo, adaptadas a la altura y el clima de cada piso ecológico. El intercambio equilibrado entre los miembros de la comunidad de la producción que se obtenía en los dispersos nichos o pisos ecológicos, fueron los pilares del crecimiento de estas sociedades.
La agricultura y la ganadería fueron prácticas que también impulsaron otras trascendentales transformaciones en las sociedades del periodo arcaico. La economía cazadora y recolectora fue beneficiosa durante milenios, es una estrategia de obtención de recursos que solo permite sostener exitosamente comunidades pequeñas. La producción de alimentos, en cambio, posibilito que los seres humanos construyeran sociedades cada vez más grandes y complejas.
Estas comunidades comercializaban transportando a lomo de mula y llama sus mercancías, ya que se debía a que los caminos eran intransitables. Este tipo de comercio que realizaban estos pueblos latinoamericanos era con el fin de subsistir principalmente y no para tener un beneficio económico individual, si no que colectivo.
Pudimos observar que al pasar al sedentarismo estas poblaciones aumentan su tasa de natalidad, a su vez esto, dio mayores beneficios a la mano de obra aumentando sus producciones e ingresos de alimentos. Esto ocurría porque los niños a temprana comenzaban a ayudar en estas tareas a su comunidad.
Otras formas de llevar sus mercancías a otras comunidades eran por mar, construyendo barcos de juncos[2], en vez de cortar árboles en formas de tablones y usar clavos, como hacían las civilizaciones europeas. Aunque fueran de menor tamaño no eran débiles de ningún modo, su navegación era perfecta y resistía el peso de la mercancía. (“El primer encuentro que tuvieron los europeos con el Tahuantinsuyu se produjo en forma de un barco inca que navegaba a la latitud del Ecuador, a trescientas millas náuticas de puerto, con espléndidas velas de algodón. Contaba con veinte marineros y era del tamaño de una carabela española.”).
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