El término griego apocalipto
natiavilaaInforme23 de Abril de 2013
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El término griego apocalipto (αποκαλύπτω) es la forma de primera persona del presente del verbo que significa ‘yo revelo’, ‘yo descubro’. Este verbo es el mismo del que procede la palabra apocalipsis, que en griego significa simplemente ‘revelación’, por otro lado, el libro del nuevo Testamento "apocalipsis" relata las revelaciones escritas por San Juan acerca del fin del mundo.
ACERCA DE LA PRODUCCIÓN
“Una gran civilización no es conquistada desde fuera
hasta que se ha destruido a sí misma desde dentro”.
-- W. Durant
Del director ganador del Premio de la Academia® Mel Gibson (“The Passion of the Christ”, “Braveheart”), nos llega APOCALYPTO: una trepidante película mítica de acción y aventuras que de fondo presenta los turbulentos días finales de la otrora gran civilización maya. Cuando su existencia idílica es interrumpida brutalmente por una violenta fuerza invasora, un hombre es llevado a través de un viaje peligroso a un mundo gobernado por el miedo y la opresión, donde un final alarmante le espera. Gracias a un cambio en el destino e incitado por el poder del gran amor que siente por su mujer y su familia, hará un intento desesperado por regresar a casa y por salvar finalmente su forma de vida.
Visceral, emocionante y audazmente provocadora, APOCALYPTO reaviva, a través de la ambiciosa visión creativa de Gibson, un mundo del pasado antiguo que nunca antes se había visto en la pantalla moderna, y que resuena intensamente en nuestras vidas, en la actualidad.
Filmada en locaciones de Catemaco —una de los últimas regiones de bosque tropical que quedan en México— y Veracruz, con un reparto conformado casi en su totalidad por indígenas de América, APOCALYPTO es dirigida por Mel Gibson, producida por Gibson y Bruce Davey, y escrita por Gibson y Farhad Safinia, quien co-produce. Los productores ejecutivos son Ned Dowd y Vicki Christianson.
El equipo detrás de cámaras, que pasó meses intensos filmando en la jungla y recreando un reino maya espectacular de pirámides imponentes y templos misteriosos, incluye al director de fotografía ganador del Premio de la Academia® Dean Semler (“Dances With Wolves”), al diseñador de producción nominado en dos ocasiones al Premio de la Academia® Tom Sanders (“Saving Private Ryan”, “Dracula”, “Braveheart”), al editor nominado en un par de ocasiones al Oscar® John Wright (“Speed”, “The Hunt For Red October”, “The Passion of the Christ”) y al compositor ganador del Oscar® y nominado en múltiples ocasiones al Premio de la Academia® James Horner (“Titanic”, “A Beautiful Mind”, “House of Sand and Fog” y la venidera “The Good Shepherd”.)
Una Leyenda que comienza conforme una Civilización Termina:
Mel Gibson emprende la realización de APOCALYPTO
“Cuidado con la oscuridad de la noche. Cuidado con el hombre que trae el jaguar…porque te guiará a tu final”.
-- Niña del Oráculo, APOCALYPTO
Poderosos imperios mayas gobernaron en América durante más de 1,000 años, que los llevó a erigir grandes ciudades, construir inmensas pirámides y establecer una sociedad impresionantemente avanzada de extraordinarios logros culturales y científicos. Después, en un instante histórico, este mundo se colapsó. Todo lo que quedó atrás fueron unas pirámides engullidas por la jungla y un misterio provocador. Ahora, 500 años después del fin de la civilización maya, el director Mel Gibson se adentra en este imperio nunca antes explorado con la intención de crear una aventura contemporánea para la pantalla grande, que se desarrolla como un mito eterno acerca de la misión de un hombre por salvar lo que más le importa en un mundo al borde de la destrucción: APOCALYPTO.
Como realizador, Gibson siempre se ha sentido atraído a las historias más imponentes, intrépidas y perdurables. Si bien comenzó su carrera como un carismático ídolo de la pantalla en películas tales como el icónico thriller de acción “Mad Max”, la sumamente popular “Lethal Weapon” y el reciente éxito taquillero “Signs”, se ha vuelto igual de notorio como un director norteamericano proclive a narrar historias de suma intensidad. Su segundo largometraje fue la emocionante épica “Braveheart”, que mezcló historia, romance, acción y drama, para desentrañar las batallas internas y externas del legendario héroe escocés William Wallace. La película recibiría diez nominaciones al Premio de la Academia® y obtendría cinco Oscares®, incluyendo el de Mejor Película y Mejor Director.
Inmediatamente después de ese éxito, Gibson tomó otro camino arriesgado. Su tercer trabajo como director fue “The Passion of the Christ”, un recuento de las últimas 12 horas de la vida de Jesucristo, en una película que se encargó de contar nuevamente esta inmortal historia con un realismo abrumador y emociones crudas, características del cine contemporáneo. La película tuvo un éxito sin precedentes por todo el mundo y cambió la faz de Hollywood.
Pero pocos pudieron haber imaginado qué iba a explorar Gibson después —una de las civilizaciones más misteriosas y atractivas en toda la historia, que le serviría como base para forjar un thriller trepidante, estimulado por imágenes y emoción pura, para crear una original experiencia cinematográfica como ninguna otra.
La inspiración para APOCALYPTO vino después de “The Passion of the Christ”, una vez que Gibson comenzó a percibir un apetito entre el público cinematográfico por películas que fueran emocionantes y entretenidas, pero que también tuvieran algo más. “Creo que en realidad la gente quiere ver historias grandiosas que apelen a sus emociones y los toque a nivel espiritual”, comenta Gibson. Fascinado por el abrupto colapso de la antigua civilización maya, Gibson concibió situar la historia dentro de esta cultura cargada de misterio.
Para empezar, Gibson sabía que quería crear una incomparable película de persecución, en la que un hombre tenía que arriesgarlo todo. “Quería hacer una película de acción y aventuras vertiginosa, con una persecución de por medio, cuya historia nunca dejara de sorprender”, recuerda Gibson. “Estaba intrigado con la idea de que gran parte de la historia debía narrarse visualmente —que impactara al público en los niveles más viscerales y emocionales”.
Pero una vez que Gibson compartió sus ideas con el guionista y graduado de la Universidad de Cambridge Farhad Safinia, comenzaron a explorar la idea aparentemente desenfrenada de situar esta historia épica de acción en las postrimerías del reino de los mayas. Safinia, quien había viajado por Yucatán y había tenido la oportunidad de ver en persona ruinas mayas, intrigó a Gibson con sus historias y el guión comenzó a fluir a partir de eso. “La noción fue como esta máquina fantástica”, Safinia comenta. “La historia nunca dejó de dirigirse hacia algún lado, y fue fascinante incluso conforme la escribíamos. Hay muchas revelaciones, giros inesperados en la trama e acontecimientos que suceden a una velocidad incesante”.
Conforme escribían, Gibson y Safinia se adentraron en la fascinante historia de los mayas. Pasaron meses leyendo mitos mayas de la creación y la destrucción, incluyendo los textos sagrados proféticos conocidos como “Popol Vuh”. Escrutaron los textos arqueológicos de más reciente descubrimiento que hablan acerca de la nuevos hallazgos y teorías acerca del colapso de la civilización. A la postre, realizaron viajes a antiguos sitios mayas, que tuvieron un efecto especialmente profundo.
Gibson recuerda: “Me paré encima del templo en El Mirador, en Guatemala, en el único bosque tropical que queda en el país, y tuve la oportunidad de ver el contorno de otras 26 ciudades —todas a nuestro alrededor, como un reloj. Podías ver a la distancia las pirámides brotar de la selva. Fue algo verdaderamente impresionante. En realidad, te puedes dar cuenta cuán poderosa llegó a ser esta civilización en un momento dado”.
Gibson y Safinia también tuvieron largas conversaciones con el Dr. Richard D. Hansen, un renombrado arqueólogo y experto en los mayas, que fungió como asesor en la película. “El entusiasmo de Richard por lo que hace es contagioso. Fue capaz de tranquilizarnos y hacernos sentir seguros de que lo que estábamos escribiendo tenía autenticidad, además de creatividad”, comenta Gibson.
Fue Hansen quien ayudó a Gibson y Safinia a develar algunos de los secretos de los mayas que más les intrigaban —y especialmente darse una idea de cómo una sociedad tan sorprendente pudo haber quedado en ruinas. Hansen confirmó lo que Gibson y Safinia habían intuido: que hay paralelos provocadores entre el final de la sociedad maya y el caos contemporáneo que reina en nuestra actualidad.
“Realmente queríamos saber cuáles fueron las razones detrás de los ciclos de ascenso y colapso mayas”, señala Safinia. “Descubrimos que lo que los arqueólogos y antropólogos creen es que los problemas desalentadores a los que se tuvieron que enfrentar los mayas son extraordinariamente similares a aquellos a los que se está enfrentando nuestra civilización en la actualidad, especialmente cuando se trata de una prevaleciente degradación ambiental, consumo excesivo y corrupción política”.
Gibson añade: “En la historia de la humanidad, los precursores para la caída de una civilización siempre han sido los mismos, y una de las cosas que nunca dejó de surgir conforme escribíamos, es que muchas de las cosas que sucedieron justo antes de la caída del imperio maya están ocurriendo en
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