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Historia De Tributacion


Enviado por   •  22 de Junio de 2013  •  2.508 Palabras (11 Páginas)  •  413 Visitas

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El monopolio

Un monopolio (del griego monos 'uno' y polein 'vender') es una situación de privilegio legal o fallo de mercado, en el cual existe un productor (monopolista) oferente que posee un gran poder de mercado y es el único en una industria dada que posee un producto, bien, recurso o servicio determinado y diferenciado.

Para que exista un monopolio, es necesario que en dicho mercado no existan productos sustitutos, es decir, no existe ningún otro bien que pueda reemplazar el producto determinado y, por lo tanto, es la única alternativa que tiene el consumidor para comprar. Suele definirse también como «mercado en el que sólo hay un vendedor», pero dicha definición se correspondería más con el concepto de monopolio puro.

El monopolista controla la cantidad de producción y el precio, aunque no de manera simultánea, dado que la elección de la producción o del precio determinan la posición que se tiene respecto al otro; vale decir, el monopolio podría determinar en primer lugar la tasa de producción que maximiza sus ganancias para luego, determinar, mediante el uso de la curva de demanda, el precio máximo que puede cobrarse para vender dicha producción.

Desde un punto de vista económico, si el monopolio es maximizado de utilidades, y a diferencia de lo que ocurre en Competencia Perfecta, se enfrenta a una curva de demanda de pendiente negativa, por lo que al no ser horizontal nunca operará de manera voluntaria donde el ingreso marginal (IMg) sea inferior a cero, aún si los costos de producción fuesen iguales a cero, puesto que siempre existirá la alterativa de reducir la producción, aumentando de esta manera, los ingresos y por ende, las ganancias que percibe; en efecto, cuando 0 < η < -1 (elasticidad precio de la demanda inelástica), se tiene que el Ingreso marginal es negativo, por lo que el monopolista nunca decidirá operar en aquella porción de la curva de demanda.

En este contexto, el coste marginal del monopolista —incremento del coste total cuando se varía en una unidad la producción— representa la oferta total del mercado, por lo que se puede afirmar que no existe curva de oferta debido a que la relación biunívoca entre cantidad y precio desaparece;3 el ingreso medio (IMe) del monopolista en tanto —o el precio por unidad vendida—, no es más que la curva de demanda del mercado. Para elegir el nivel de producción maximizador del beneficio, el monopolista ha de conocer sus curvas de ingreso marginal (variación que experimenta el ingreso cuando la oferta varía en una unidad) y de coste medio.

La Corona de España puede referirse a distintos términos relativos a la monarquía española:

• La institución constitucional encarnada en el Rey de España como Jefe de Estado según la Constitución Española de 1978 (Título II De la Corona). Según la Constitución, su titular goza de inviolabilidad y de plena inmunidad, siendo responsables penales de sus actos las personas que los refrenden, quedando éstos sin validez en el caso de que no fuesen refrendados por nadie;

• La institución histórica que engloba el conjunto de reinos de España;

• La monarquía española:

• como organización política del gobierno y el estado en España desde los Reyes Católicos hasta la actualidad;

• como Monarquía Hispánica, nombre habitual en la historiografía para el Antiguo Régimen en España,

• como Imperio español, posesiones territoriales de España en el mundo;

• como Monarquía Católica, título tradicional de la Corona Española desde los Reyes Católicos;

• como Reino de España, nombre oficial del Estado español en las relaciones internacionales y los actos públicos internos (según la Constitución de 1978 España es un Estado social y democrático de derecho cuya forma política es la Monarquía parlamentaria, y el rey ostenta el título de Rey de España).1

• La corona real de España, un objeto heráldico sin existencia real.

• Cualquiera de las coronas vinculadas a la monarquía española o que han formado parte de las Joyas de la Corona de España, se hayan utilizado o no ceremonialmente.

• Guerra de la Independencia Española

• La Guerra de la Independencia Española (1808-1814) fue un enfrentamiento militar entre España y el Primer Imperio Francés, parte de las Guerras Napoleónicas, provocado por la pretensión de Napoleón de instalar en el trono español a su hermano José Bonaparte, tras las abdicaciones de Bayona, motivadas por la querella entre Carlos IV de Españay su hijo y heredero Fernando VII, orquestada por los franceses, que se inició con el Proceso de El Escorial y culminó con el Motín de Aranjuez.

• La Guerra de Independencia, también conocida en español como la francesada,1 Guerra Peninsular,2 Guerra de España,2 Guerra del Francés,2 Guerra de los Seis Años,2 y el Levantamiento y revolución de los españoles,2 se solapa y confunde con lo que la historiografía anglosajona llama Guerra Peninsular (Peninsular War), iniciada en 1807 al declararle Francia y España la guerra a Portugal, tradicional aliado del Reino Unido. También tuvo un importante componente de guerra civil a nivel nacional entreafrancesados y patriotas. El conflicto se desarrolló en plena crisis del Antiguo Régimen y sobre un complejo trasfondo de profundos cambios sociales y políticos impulsados por el surgimiento de la identidad nacional española y la influencia en el campo de los «patriotas» de algunos de los ideales nacidos de la Ilustración y la Revolución francesa, paradójicamente difundidos por la élite de los afrancesados.

• Según el tratado de Fontainebleau (27 de octubre de 1807), el primer Ministro Manuel Godoy preveía, de cara a una nueva invasión hispanofrancesa de Portugal, el apoyo logístico necesario al tránsito de las tropas imperiales. Bajo el mando del general Jean-Andoche Junot, las tropas francesas entraron en España el 18 de octubre de 1807, cruzando su territorio a toda marcha en invierno, y de llegar a la frontera con Portugal, el 20 de noviembre. Sin embargo, los planes de Napoléon iban más allá, y sus tropas fueron tomando posiciones en importantes ciudades y plazas fuertes con objeto de derrocar a la Casa de Borbón y suplantarla por su propia dinastía, convencido de contar con el apoyo popular.

• El resentimiento de la población por las exigencias de manutención de las tropas extranjeras, que dio lugar a numerosos incidentes y episodios de violencia, junto con la fuerte inestabilidad política surgida tras el motín de Aranjuez y el ascenso al poder de Fernando VII, precipitó los acontecimientos que desembocaron en los primeros levantamientos en el norte de España y la Jornada del 2 de mayo de 1808 en Madrid. La difusión de las noticias de la brutal represión, inmortalizada en las obras de Francisco de Goya, y de lasabdicaciones de Bayona del 5 y 9 de mayo, que extendieron por la geografía española el llamamiento, iniciado en Móstoles, a enfrentarse con las tropas imperiales, decidieron la guerra por la vía de la presión popular a pesar de la actitud contraria de la Junta de Gobierno designada por Fernando VII.

• La guerra se desarrolló en varias fases en las que ambos bandos tomaron sucesivamente la iniciativa, y se destacó por el surgimiento del fenómeno guerrillero que, junto con los ejércitos regulares aliados dirigidos por Arthur Wellesley, duque de Wellington, provocaron el desgaste progresivo de las fuerzas bonapartistas. La población civil, que padeció los efectos de una guerra total, en la que tanto franceses como los aliados se cebaron con la población y objetivos civiles, saqueando y pillando a gran escala y devastando, por ejemplo, la industria española, considerada una amenaza para sus respectivos intereses.3 Los primeros éxitos de las fuerzas españolas en la primavera y el verano de 1808, con la batalla del Bruch, la resistencia de Zaragoza y Valencia y, en particular, la sonada victoria de Bailén, provocaron la evacuación de Portugal y retirada francesa al norte del Ebro, seguida en el otoño de 1808 por la entrada de la Grande Armée, encabezada por el propio Napoleón, que culminó el máximo despliegue francés hasta mediados de 1812. La retirada de efectivos con destino a la campaña de Rusia fue aprovechada por los aliados para retomar la iniciativa a partir de su victoria en la Batalla de los Arapiles (22 de julio de1812) y, contrarrestando la ofensiva francesa, avanzar a lo largo de 1813 hasta Pirineos, derrotando a los franceses en las batallas de Vitoria (21 de junio) y San Marcial (31 de agosto). El tratado de Valençay (11 de diciembre de 1813) restauró a Fernando VII y dejaba a España libre de la presencia extranjera, pero no evitó la invasión del territorio francés, siendo la batalla de Toulouse (10 de abril de 1814), el último enfrentamiento de la guerra. Refiriéndose a la guerra de independencia española, Napoleón I, en su exilio, declaró:

Esta maldita Guerra de España fue la causa primera de todas las desgracias de Francia. Todas las circunstancias de mis desastres se relacionan con este nudo fatal: destruyó mi autoridad moral en Europa, complicó mis dificultades, abrió una escuela a los soldados ingleses... esta maldita guerra me ha perdido.

Fraser, Ronald: La maldita guerra de España. Historia social de la guerra de la Independencia, 1808–1814.

• En el terreno socioeconómico, la guerra costó en España una pérdida neta de población de 215.000 a 375.000 habitantes,5 por causa directa de la violencia y las hambrunas de 1812, y que se añadió a la crisis arrastrada desde las epidemias de enfermedades y la hambruna de 1808, resultando en un balance de descenso demográfico de 560.000 a 885.000 personas,6 que afectó especialmente a Cataluña, Extremadura y Andalucía. A la alteración social y la destrucción de infraestructuras, industria y agricultura se sumó la bancarrota del Estado y la pérdida de una parte importante del patrimonio cultural.

• A la devastación humana y material se sumó la debilidad internacional del país, privado de su poderío naval y excluido de los grandes temas tratados en el Congreso de Viena, donde se dibujó el posterior panorama geopolítico de Europa. Al otro lado del Atlántico, la América Española obtendría su independencia tras la Guerra de Independencia Hispanoamericana. En el plano político interno, el conflicto fraguó la identidad nacional española y abrió las puertas al constitucionalismo, concretado en las primeras constituciones del país, el Estatuto bonapartista de Bayona y la Constitución de Cádiz. Sin embargo, también dio inicio a una una era de luchas civiles entre los partidarios delabsolutismo y los del Liberalismo, que se extenderían a todo el siglo XIX y que marcarían el devenir del país.

Derrota Monopolio comercial

El monopolio comercial español no fue capaz de articular y dinamizar el conjunto de la economía hispanoamericana, pues ni el mercado nacional era suficiente para dar salida a los productos americanos ni, a su vez, España podía abastecer competitivamente la demanda colonial. Por el contrario, el monopolio interfirió en el desarrollo de las posibilidades de las colonias que vivían un despegue económico.

Tanto por motivos fiscales como por estimular el crecimiento económico, la revitalización del tráfico colonial era imprescindible. Ello exigía reforzar el control sobre el comercio con las Indias y ampliar la participación de productos y comerciantes españoles.

La medida más importante al respecto fue el fin del monopolio del comercio americano por parte de la Casa de Contratación, instalada, desde 1717, en Cádiz. La pérdida del monopolio se hizo en dos etapas:

• En la primera etapa, entre 1728 y 1756, se crearon compañías privilegiadas por acciones para comerciar con determinadas áreas americanas. La primera fue la Compañía Guipuzcoana de Caracas, fundada en San Sebastián en 1728.

• En la segunda etapa, a partir del decreto de Libre Comercio de 1765, se autorizó a diversos puertos españoles a comerciar directamente con las islas americanas, entre las que destacaban Cuba y Puerto Rico: Barcelona, Alicante, Cartagena, Málaga, Sevilla, Cádiz, La Coruña, Gijón y Santander. Poco después se concedió a estos puertos completa libertad para comerciar con las islas Canarias y con ciertos enclaves de México y Colombia.

En 1778 se dispuso el nuevo reglamento de libre comercio, que fue todo un éxito. La liberalización del comercio americano contribuyó al equilibrio de la balanza comercial. La creciente aportación impositiva de América representaba en los años noventa del siglo más de la mitad de los ingresos ordinarios de la Hacienda Real.

La producción

La agricultura continuó siendo de subsistencia en las regiones del interior, pero en las zonas atlánticas se desarrolló la de plantación para exportar a Europa sus productos. La ganadería tenía magníficas condiciones naturales para su desarrollo extensivo y alimentó un importante comercio exportador. La industria renovó sus técnicas y la textil incrementó su producción sobre la base de las materias primas indígenas (algodón y lana de las ovejas, vicuñas y llamas).

Disminución del pago tributario en la independencia de la corona hispánica.

Finalmente, y a modo de conclusión, es necesario establecer que las ideas

afrancesadas del siglo XVIII, inspiraron pensamientos en la aristocracia criolla

relacionados con la necesidad de limitar la influencia de la corona española, en

la toma de decisiones económicas de la Colonia; la continuidad en cuanto a las

medidas económicas referentes al recaudo de impuestos nos permite vislumbrar

la importancia que tenía el gasto fiscal desde la época colonial, pasando de igual

manera por los momentos republicanos, hasta la fecha de nuestros estudios (1863),

lo cual no es impedimento para demostrar que a pesar de que en la época colonial

debíamos rendirle tributos a la corona española y esta regulaba toda la organización

económica de la Colonia, nuestra Independencia de esa corona, surge de la mano

con la deuda externa, así que ahora debíamos rendirle tributos a bancos británicos,

a diferencia de que ahora eran los mismos próceres que nos libraron del fiero

yugo de los españoles, quienes nos encadenaban al pago de intereses, a conceder

permisos a países extranjeros de explotar nuestros recursos a fin de mitigar nuestras

raíces como “sucesor jurídico de un Estado anterior monárquico al que le heredó

unas enormes deudas financieras que tuvo que pagar incluso hasta el siglo XX”60

(Brownlie, 2003) y no fue esta la única herencia del Estado colonial, pues “Los

procesos de independencia hispanoamericanos platearon el desafío de establecer qué era lo que habría de modificarse después de la monarquía y qué no”

61 (Vidal López).

Así mismo, la continuidad jurídica que se presenta íntegramente entre las

políticas arancelarias, y en igual medida las tributarias, determinan las desesperadas

medidas asumidas por los líderes criollos, en búsqueda de fines como, la unidad

nacional, concepto acuñado en esta época, así como la necesidad de mejorar las

relaciones socioeconómicas, con el fin de recuperar el manejo de los mercados

nacionales, los cuales estaban siendo controlados por extranjeros, objetivo que

no tuvo resultados fructuosos si recapitulamos el poderío que se debió entregar a

la banca inglesa como pago por los fondos económicos otorgados a la república

liberadora, entre otros.

Esto nos da a entender, cómo la independencia económica es un camino largo,

lleno de cosmovisiones, en donde no existe una verdad absoluta, la necesidad de

continuidades se presenta en la medida en que los próceres debían asegurarse de

que la sociedad no colapsara, esta independencia tan deseada, fue la premonición a

la deuda externa, padecimiento enfermizo de Latinoamérica, que se determina por

ser el trancón económico, que no hizo posible la tan deseada liberación económica,

pues a pesar de que el manejo de nuestra economía ya no dependía de manos

españolas, estábamos obligados a rendirle cuentas a otros países europeos, quienes

indirectamente tenían el manejo sobre nuestra economía.

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