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LA AGRICULTURA COLONIAL EL DERECHO DE CONQUISTA Y LAS CAPITULACIONES


Enviado por   •  4 de Diciembre de 2014  •  1.292 Palabras (6 Páginas)  •  351 Visitas

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LA AGRICULTURA COLONIAL

EL DERECHO DE CONQUISTA Y LAS CAPITULACIONES

Con la llegada de los españoles a América en el año de 1492; los indígenas que habitaban este territorio se vieron forzados ante la imposición de nuevas culturas, creencias, formas de producción, e interrelación.

Los conquistadores ejercieron su derecho de conquista suponiendo que las tierras encontradas eran de nadie (argumentando que los indígenas no poseían alma) repartiéndola entre los diferentes estados europeos difundiendo así su religión y evangelizando a todos los nativos, de esta manera establecieron todo su poder y soberanía.

Nos obstante, el derecho de conquista se sumó al derecho de los conquistadores, quienes podían explorar las tierras, ocuparlas y colonizarlas reconociendo la soberanía de la corona; a su vez el rey y la iglesia les imponían unos deberes los cuales consistían en evangelizar e impedir todo acto o ritual practicado por los indígenas que ofendiera la voluntad de Dios e impidiera la salvación de sus almas.

Por parte económica, los fines de la conquista no fueron más que la explotación y el sometimiento a la esclavitud, el desarrollo de nuevos factores y de nuevos productos alimenticios comercializables buscando mediante estos el enriquecimiento de la corona española y a su vez obstaculizar el progreso lógico de América en la mayoría de sus aspectos.

Ejercer este derecho de conquista trajo a su vez, consecuencias verídicas que vinieron a definir la base de nuestra economía actual y de lo que hoy conocemos como derecho:

El régimen de la propiedad.

A raíz de la conquista, toda la tierra fue considerada propiedad del Rey de España, aunque éste la enajenaba a favor de sus súbditos, ya haciéndoles merced de las tierras gratuitamente, ya en pago de servicios o bien mediante cierta cantidad de dinero.

Propiedad comunal

A las ciudades, villas y pueblos indígenas se les respetó la propiedad comunal, que consistía principalmente en montes para hacer leña, pastos para los ganados y ejidos o lugares cercanos a las poblaciones destinados a descargar y limpiar las cosechas de los vecinos, se formaron grandísimos latifundios, despojándose muchas veces de sus tierras a los pueblos indígenas (montes, pastos, ejidos) Esto hizo que desde un principio la propiedad estuviera tan mal repartida, que para fines de la época colonial toda la propiedad rústica y urbana estaba en manos de un quinto de la población de la Nueva España y el resto no poseía nada absolutamente.

Propiedad particular

los latifundios eran de propiedad particular y de propiedad eclesiástica.

El latifundio particular recibió el nombre de hacienda. La mayoría de sus dueños vivía en la ciudad y sólo se preocupaba por recoger la renta de sus tierras. Había veces que ni las conocían, ni se preocupaban por mejorar sus cultivos, ni sabían administrarlas. Con frecuencia las hipotecaban a los principales prestamistas de entones: el clero o los mineros acaudalados.

El más rico y poderoso de todos los propietarios fue el clero. Acrecentó sus bienes principalmente a través de mercedes reales, donativos de particulares, préstamos con interés, diezmos y primicias de todos los productos de la tierra, dotes de las mujeres que entraban en religión, derechos parroquiales, mandas y legados y el privilegio de no pagar impuestos al Estado.

De este modo la propiedad se fue estancando y sustrayéndose a la circulación, debido también a la creación de los mayorazgos (costumbre de heredar con todos los bienes inmuebles al primogénito, quien sólo podía transmitirlos de igual modo a su sucesor)

Los bienes raíces, tanto de los mayorazgos como de la Iglesia, se llamaban bienes de manos muertas, porque no podían enajenarse ni hacerse circular.

El derecho de conquista fue sustentado antes que nada por las capitulaciones, que fueron, así mismo un acuerdo mutuo de voluntades entre el conquistador y el Rey de la corona española con el fin de ejercer la colonización de las tierras encontradas; Para ampliar este tema, es inminentemente necesario hablar de un proceso fundamental que valida y funda las bases de toda colonización:

La administración

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