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La Batalla De Midway


Enviado por   •  16 de Febrero de 2014  •  2.854 Palabras (12 Páginas)  •  298 Visitas

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Fecha

4 al 7 de junio de 1942

Lugar

Alrededores de las Islas Midway

Resultado

Decisiva victoria de los Estados Unidos

Beligerantes

Estados Unidos

Imperio del Japón

Comandantes

Chester Nimitz

Raymond Spruance

Frank Jack Fletcher

Isoroku Yamamoto

Chuichi Nagumo

Tamon Yamaguchi

Fuerzas en combate

3 portaaviones

7 cruceros pesados

1 crucero ligero

15 destructores

25 barcos de apoyo

233 aeronaves transportadas

127 aeronaves basadas en tierra.

4 portaaviones

2 cruceros pesados

2 cruceros ligeros

8 destructores

15 barcos de apoyo

248 aeronaves transportadas

16 hidroaviones

Bajas

1 portaaviones

1 destructor

150 aeronaves

307 hombres.

4 portaaviones

1 crucero pesado

248 aeronaves

3057 hombres.

La batalla de Midway fue un conflicto aeronaval librado entre los días 4 y 7 de junio de 1942 en el teatro del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial . En ella, las fuerzas aeronavales estadounidenses detuvieron el intento japonés de invadir el atolón de Midway, donde los primeros tenían una base militar. Se libró un mes después de la batalla del Mar de Coral, cinco meses después de la conquista japonesa de la isla Wake y seis meses después del ataque a Pearl Harbor, que supuso el inicio del conflicto en el océano Pacífico entre japoneses y norteamericanos. La derrota japonesa supuso un serio obstáculo para sus planes de expansión por el resto del Pacífico y fue un «punto de inflexión» en el conjunto del conflicto. Por esto, Midway es generalmente considerada la batalla más importante de la Guerra del Pacífico.

Ambos bandos sufrieron importantes pérdidas. Los nipones perdieron cuatro de sus portaaviones, un crucero pesado y unas 240 aeronaves, lo que debilitó enormemente a la Marina Imperial Japonesa, mientras que los estadounidenses perdieron solo un portaaviones y un destructor. Estratégicamente, el resultado de la batalla implicó que la Marina Imperial japonesa perdió la iniciativa en el Pacífico, y esta pasó de manera definitiva a los norteamericanos. El ataque nipón a Midway —al igual que a Pearl Harbor— no era parte de un plan para conquistar los Estados Unidos, sino que estaba dirigido a la eliminación de las fuerzas de la flota naval norteamericana del Pacífico y de este modo evitar su intervención en la campaña japonesa en el sudeste y este de Asia.

Antecedentes

El Imperio del Japón había alcanzado sus objetivos estratégicos rápidamente después de tomar las Filipinas, la Malasia británica, Singapur y las Indias Orientales Neerlandesas —actual Indonesia—. Estas últimas poseían yacimientos petrolíferos de gran importancia para Japón, por lo que ya en enero de 1942 se comenzó una segunda fase de operaciones. Sin embargo, hubo desacuerdos estratégicos entre el Ejército Imperial Japonés y la Armada Imperial Japonesa, y ciertas luchas internas entre el Cuartel General Imperial y la Flota Combinada del almirante Isoroku Yamamoto, de modo que hasta abril de 1942 no se pudo concretar una estrategia de seguimiento. Finalmente, el almirante Yamamoto logró imponer su opinión tras una velada amenaza de dimisión, y enseguida se puso en marcha su plan para el océano Pacífico central.

El principal objetivo estratégico de Yamamoto era la eliminación de los portaaviones estadounidenses, a los que veía como la principal amenaza durante la campaña del Pacífico. Esta preocupación se acentuó después de que el 18 de abril de 1942 la incursión Doolittle atacara algunas ciudades japonesas, principalmente Tokio. La incursión, militarmente insignificante, fue sin embargo un duro golpe psicológico para la población japonesa, ya que mostró la inseguridad a la que estaban expuestas las islas niponas. Esta y otras exitosas incursiones «hit and run» de los estadounidenses demostraron que eran todavía una amenaza, aunque eran aparentemente reacios a ser arrastrados a una batalla. Yamamoto pensó que otro ataque contra la base de Estados Unidos en Pearl Harbor provocaría la entrada en combate de toda la flota norteamericana, incluyendo sus portaaviones. Sin embargo, el poder aéreo estadounidense era superior, por ello juzgó que Pearl Harbor ya no podría ser atacado directamente. En su lugar, escogió Midway, ubicada en el extremo norte de la cadena de islas del archipiélago de Hawái, a 2100 kilómetros de la isla de Oahu. Midway no era especialmente importante en el esquema de las intenciones de Japón, pero los nipones pensaron que los estadounidenses consideraban esencial su presencia en el atolón y por tanto lo defenderían fuertemente. En efecto, los Estados Unidos creían vital este atolón y tras la batalla crearon una base que permitió a los submarinos operar desde Pearl Harbor y surtirse de combustible y provisiones. Así, su radio de operaciones se extendió hasta 1900 kilómetros. La pista de aterrizaje en Midway ayudó como punto de escala para los bombarderos que se dirigían a la isla Wake.

Estados Unidos

En abril de 1942 los estadounidenses lograron decodificar un mensaje secreto japonés. En él se daba a entender que el almirante Yamamoto iniciaría un nuevo ataque hacia los Estados Unidos en poco tiempo contra un objetivo en un punto en el Pacífico nombrado con el código «AF». Un oficial británico que trabajaba en conjunto con la inteligencia norteamericana en Pearl Harbor identificó «AF» como la base de Midway, por lo que envió un mensaje falso a los aliados diciéndoles que las reservas de agua dulce de la isla se agotarían a causa de una falla en los sistemas de desalinización. La trampa funcionó, porque tiempo después los servicios secretos japoneses a lo largo del Pacífico informaban al cuartel general en Tokio que «AF carecía de agua potable». El supuesto ataque sorpresa a Midway había sido descubierto antes de que se llevara a cabo. Para combatir dicho ataque, el almirante Chester Nimitz —comandante en jefe de la Marina de los Estados Unidos en el océano Pacífico— iba a necesitar de cualquier barco de guerra que se encontrara disponible. Nimitz aún poseía los dos portaaviones del grupo de trabajo del almirante William F. Halsey, pero a causa de una infección este había sido hospitalizado. Fue sustituido por el contraalmirante Raymond Spruance, que era comandante de navíos de línea, pero inexperto en tácticas de combates aeronavales. A causa de esto, Nimitz se vio obligado a convocar con urgencia al almirante Frank Jack Fletcher y su flota, que poco antes había participado en la batalla del Mar de Coral. Fletcher llegó justo a tiempo a Pearl Harbor para abastecerce, cargar provisiones y partir hacia Midway.

El USS Saratoga estaba siendo reparado en el puerto de San Diego tras el ataque de un torpedo, mientras que el USS Yorktown continuaba fuera de operaciones en Pearl Harbor por un periodo previsto de dos meses. Entre tanto, un equipo de operarios civiles y marineros trabajaba en turnos 24 horas al día para reparar los buques dañados. Mientras los japoneses planeaban su ofensiva, los norteamericanos les esperaban con tres portaaviones. La flota que participó en la batalla estaba compuesta por los portaavionesEnterprise, Hornet y Yorktown, ocho cruceros, quince cazatorpederos, diecinueve submarinos y cerca de 373 aviones de combate.

Imperio del Japón

Como era habitual en los planes japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, el plan de batalla de Yamamoto fue excesivamente complejo. Los japoneses sabían que en la batalla del Mar de Coral, librada apenas un mes antes, el USS Lexington se había hundido y el USS Yorktown había sido severamente dañado. También eran conscientes de que el USS Saratoga se encontraba en reparaciones en San Diego después de sufrir daños por el torpedo de un submarino. Lo más importante para Yamamoto era la creencia de que los estadounidenses habían sido desmoralizados por sus frecuentes derrotas durante los seis meses precedentes. Antes de la batalla, la escuadra del almirante Chuichi Nagumo se dirigía a Midway con cuatro portaaviones: el Akagi, el Kaga, el Hiryū y el Sōryū. Los portaaviones Zuikaku y Shōkaku se encontraban en reparaciones en Japón luego de los daños sufridos en la batalla del Mar de Coral. Aun así, el comando naval no hizo ningún esfuerzo adicional para recuperar al menos uno de ellos y ponerlo en las condiciones necesarias para incorporarse a la flota de ataque, con la tripulación aún exhausta después de los combates posteriores al ataque a Pearl Harbor en 1941. Los japoneses atacaron en Alaska para distraer a los estadounidenses y, a su vez, lograron eliminar unidades que habrían aumentado las fuerzas defensivas en Midway. Yamamoto no sabía que los norteamericanos habían descifrado uno de los principales códigos navales japoneses —apodado JN-25 por los aliados—, y para ese entonces Nagumo ya había partido rumbo a su destino sin conocer las fuerzas enemigas que le esperaban. A ello se sumaron varios errores que se cometieron en el preludio de la batalla, como el retraso que tuvieron los submarinos de vigilancia en llegar a sus puestos de observación, con lo que no pudieron detectar el paso de la flota enemiga hacia el noreste del atolón, y el fracaso de la misión destinada a camuflar los barcos espías enviados a Pearl Harbor para averiguar si la flota estadounidense aún se encontraba anclada allí. En la batalla, los japoneses atacaron con sus cuatro portaaviones, un portaaviones ligero, catorce cruceros, treinta y dos cazatorpederos, nueve acorazados y cerca de 433 aviones de combate.

La Batalla

El almirante Nagumo lanzó su primer ataque a la isla a las 4:30 del 4 de junio de 1942 con un total de 108 aviones de combate. Al mismo tiempo hizo despegar seis aviones de reconocimiento para ir en búsqueda de la flota enemiga, y cazas A6M Zero para patrullar el espacio aéreo que rodeaba la zona. Las misiones de reconocimiento japonesas fueron muy poco efectivas a causa de los pocos aviones que tuvieron que cubrir extensas áreas de búsqueda y del mal clima. A las 6:20 los aviones de Nagumo comenzaron a bombardear Midway y causaron grandes daños a las instalaciones militares de la isla. Algunos pilotos estadounidenses que estaban en la base intentaron defender el atolón con los aviones Grumman F4F Wildcat y Brewster F2A Buffalo, pero sufrieron numerosas bajas. Sin embargo, la artillería antiaérea estaba lista y consiguió derribar varios aviones atacantes. Los aviones de reconocimiento japoneses, enviados para evaluar el estado de las defensas de Midway después del ataque, transmitieron un mensaje al almirante en el que explicaban que iba a ser necesaria otra misión de bombardeo para neutralizarlas antes de que las tropas desembarcasen el día 7 de junio, como estaba previsto.

Los bombarderos estadounidenses —cuya base estaba en la isla— despegaron antes de ser dañados por los japoneses, e hicieron varios ataques contra la flota nipona. Los lentos y pesados torpederos Grumman TBF Avenger fueron destruidos casi por completo por las fuerzas antiaéreas de los barcos y los veloces Zero japoneses, sin lograr causar ningún daño a la flota enemiga. Solo tres de ellos consiguieron volver a Midway. De acuerdo a las tácticas de batalla de la época, Nagumo guardó la mitad de sus aviones de reserva, dos escuadrones compuestos por torpederos y cazatorpederos. Tenía la opción de armar los bombarderos con torpedos o con bombas terrestres —para atacar navíos o instalaciones militares respectivamente—. En el primer ataque a Midway optó por equipar los aviones con torpedos, al temer encontrar barcos estadounidenses. Por ello resultó necesario efectuar un segundo ataque, pues la pista de aterrizaje y despegue del atolón no había sido destruida por la falta de bombas terrestres. Todos los aviones del segundo ataque recibieron la orden de ser armados con bombas para atacar las instalaciones de la isla. Media hora después de iniciar este ataque un avión de reconocimiento de largo alcance enviado desde el crucero Tone informó de la presencia de una flota enemiga de tamaño considerable al este. Nagumo paralizó de inmediato el cargamento de los aviones y esperó más información sobre la composición de la flota que se acercaba. Tuvieron que pasar más de cuarenta minutos para que un avión japonés avisara de la presencia de un portaaviones estadounidense.

Entonces, el almirante se vio frente a un dilema. Sus subordinados insistieron en que lanzase un ataque sobre los portaaviones con las reservas que aún tenía a bordo. Sin embargo, las operaciones de preparación y lanzamiento de aviones podían llegar a durar entre treinta y cuarenta y cinco minutos y los pilotos japoneses de la primera oleada comenzaban a regresar. Muchos de ellos estaban casi sin combustible, dañados o con parte de la tripulación herida, por lo que era necesario un aterrizaje rápido antes de morir en medio del mar. Los cálculos indicaban que había muy pocas probabilidades de que todos los aviones de reserva pudiesen despegar antes de la llegada de los primeros. Así, sin la confirmación de la composición de la flota norteamericana que se había avistado, Nagumo fue cauteloso y prefirió esperar para decidir el tipo de armamento que se usaría durante el segundo ataque. Además, la aviación norteamericana estacionada en la isla había logrado resistir otros ataques sin sufrir pérdidas, lo que reforzó más la necesidad de hacer un nuevo ataque al atolón. Preso de la indecisión y luego de razonar estrictamente la doctrina de tácticas navales japonesas, Nagumo decidió seguir el manual de forma tranquila y resolvió esperar a que los aviones del primer asalto a la base regresaran a los portaaviones, para luego lanzar con el armamento apropiado la segunda flota aérea de ataque. Esta decisión le supondría más adelante la derrota.

Al mismo tiempo, mientras la indecisión se apoderaba del mando japonés, desde las 7:00 el almirante Fletcher había puesto en marcha a los aviones del Yorktown para que atacasen a los portaaviones japoneses. Al contrario de Nagumo, Spruance dio la orden de que sus aeronaves atacasen con todo lo que poseían, sin esperar a que toda la flota aérea estuviese en el aire para hacer un ataque conjunto y coordinado. Luego del despegue, cada escuadrón estadounidense se dirigió directamente hacia el enemigo en lugar de esperar a estar en una formación de ataque conjunto. Esta táctica, a pesar de disminuir el volumen del impacto de los ataques hacia los japoneses y acarrear grandes perdidas para los norteamericanos, tuvo el mérito de lograr desorganizar la capacidad de contraataque nipona y encontrarse totalmente vulnerables a los portaaviones de Nagumo.

Consecuencias

Después de la batalla, y sabiendo que habían conseguido una gran victoria, los estadounidenses se retiraron de la región. La pérdida de los cuatro portaviones enviados a Midway, además de un gran número de sus bien formados e irremplazables pilotos navales, interrumpió la expansión de Japón por el resto del Pacífico. Solo dos grandes portaviones de la Marina Imperial lograron sobrevivir, el Zuikaku y Shōkaku —que no participaron en la batalla—, junto a otros tres portaviones pequeños de poco poder ofensivo y que podían transportar una mínima cantidad de aviones. El 10 de junio, en una conferencia del alto comando de planificación de guerra, la Marina japonesa ocultó la gravedad de sus pérdidas en Midway. Solo el emperador Hirohito fue informado de los detalles de lo acontecido, quien prefirió mantenerlo en secreto ante el ejército y la opinión pública, e hizo que los planificadores militares continuasen por algún tiempo elaborando sus ataques suponiendo que la flota aeronaval del Japón seguía siendo poderosa.

La batalla de Midway es frecuentemente llamada por los historiadores como el «punto de inflexión» de la Guerra del Pacífico. La marina japonesa continuó luchando con ferocidad incluso frente a la supremacía naval de los Estados Unidos al final de la guerra. Sin embargo, la victoria en Midway dio a los norteamericanos la iniciativa estratégica en la guerra, pues infligió daños irreparables a los portaviones japoneses y acortó el tiempo de la guerra en el Pacífico.

El programa de entrenamiento previo a la guerra había formado pilotos de excepcional calidad para la aviación naval del Imperio japonés. Este pequeño grupo de élite estaba conformado por veteranos preparados y endurecidos para los combates de la época. En la batalla, los japoneses perdieron más aviadores que sus entrenamientos prebélicos causaron en un año. Los planificadores japoneses no previeron un conflicto militar de larga duración y, por lo tanto, no tuvieron la capacidad para reponer rápidamente las perdidas en navíos, marineros y principalmente pilotos. A mediados de 1943 la aviación japonesa había sido prácticamente diezmada. Dos meses después del ataque a Midway, los norteamericanos tomaron la ofensiva al desembarcar en Guadalcanal, donde derrotaron nuevamente a Japón y aseguraron las líneas aliadas de suministros para Australia y las Indias Orientales Neerlandesas. A partir de Midway la iniciativa en el Pacífico pasó a ser siempre de los estadounidenses, hasta la rendición de Japón en 1945.

Bajas japonesas

En el momento en que la batalla terminó, unos 3057 japoneses habían muerto. Las bajas a bordo de los cuatro portaaviones fueron: 267 en el Akagi, 811 en el Kaga, 392 en el Hiryū y 711 en el Sōryū, sumando un total de 2181 muertos. Los cruceros pesados Mikuma —700 muertos— y Mogami —92 muertos— sumaron 792 muertes más.

Adicionalmente, los destructores Arashio y Asashio —35 y 21 muertos respectivamente— fueron dañados durante los ataques aéreos que hundieron el Mikuma y dañaron el Mogami. Algunos hidroflotadores se perdieron de los cruceros Chikuma y Tone —3 y 2 respectivamente—, mientras que los muertos a bordo de los destructores Tanikaze, Arashi,Kazagumo y el Akebono Maru sumaron las restantes 23 víctimas.

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