La Educación Y Su Importancia

La educación y su importancia

Nuestra sociedad se encuentra en un constante cambio en todos los ámbitos del saber, es por ello que cada día se puede ver cómo esta se transforma de manera vertiginosa, supuestamente, para bien de la humanidad y, por ende, del ser humano, pero tal cosa puede ocurrir o no, según la premura y los objetivos que se tengan a la hora de proponer los cambios pertinentes, pues en muchas ocasiones se pierde de vista el norte social y se centra en la búsqueda de beneficios, propiamente individuales.

Dichos cambios, obviamente, son elaborados y puestos en marcha gracias al engranaje que ocupa el aparato educativo dentro de la sociedad, de ahí la importancia de que este accione su proceso educativo en pos del reencuentro con la ideología que se requiera.

Ante esta situación de cambios es donde nace la duda: es importante invertir en la educación para el desarrollo social y sostenible.

El ministro de educación manifiesta que "un país exitoso depende de su capital humano" y que "la educación es la gran palanca del desarrollo nacional". En sus palabras, el ministro asume que la instrucción académica y el conocimiento son generadores primordiales que guían a las naciones hacia nuevos estadios de progreso, por lo tanto, su gobierno "actúa guiado por el principio de que la mejor inversión de cada peso presupuestal, sin duda, es la que se hace en educación" (página del MEP).

El debate en torno a las relaciones entre Sociedad, Educación y Desarrollo, se lleva a cabo en momentos en que la humanidad requiere de la toma de decisiones para asumir una actitud proactiva y de preparación para la construcción de un futuro colectivo,. Es por ello que tenemos que reflexionar acerca de los factores claves que en la relación Educación- Desarrollo pueden constituir bases para propiciar un cambio acelerado en el presente, desde una posición prospectiva en la que la conciencia por la construcción de un futuro objetivamente mejor sea obra de todos, guía y camino para la acción.

En los últimos años el tema de la Educación y el Desarrollo ha sido muy debatido y no por ello agotado, dado el significado que para la revolución de nuestras sociedades tiene el proceso educativo, a decir de Jaques Delours (1996) ‘‘De la educación depende en gran medida el progreso de la humanidad... hoy está más arraigada la convicción de que la educación constituye una de las armas más poderosas de que disponemos para forjar futuro...’’ El principal peligro, en un mundo marcado por la interdependencia planetaria y la mundialización, es que se abra un abismo entre una minoría capaz de moverse en ese mundo nuevo y una mayoría impotente para influir en el destino colectivo. (p.7)

¿Es La educación una herramienta para el desarrollo sostenible?

Ante esta pregunta sabemos el gran reto que tiene el ser humano no solo individual, sino social, observaremos la participación de la educación en la problemática que representa el desarrollo sostenible. Se parte de la definición que diera en su momento (1987) la Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo para este término, que se ha puesto de moda, en los últimos años,

"El desarrollo sostenible es el desarrollo que asegura las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para enfrentarse a sus propias necesidades."

Como se puede deducir, desde su propia definición, dicho concepto remite a un involucramiento de todos los individuos que conforman la sociedad a una lucha constante por proteger el planeta de las diferentes atrocidades, que en muchas ocasiones, el mismo ser humano ha provocado, en su afán de por lo que se trata de buscar un desarrollo equitativo con el medio ambiente, ya que de lo contrario se estaría comprometiendo a las futuras generaciones.

Es aquí donde se puede anotar la importancia de la educación en cuanto al cambio de mentalidad que se requiere para lograr una concienciación del rol que se debe cumplir y los aspectos a tomar en cuenta en pro de un mundo mejor, pues, si bien es cierto, son muchas las personas y las entidades que luchan y han luchado, tesoneramente en contra de la destrucción del planeta, pero también existen otras tantas que les ha importado un bledo dicho tema y, más bien buscan de todas formas su propio beneficio sacrificando diversos hábitats de infinidad de especies animales.

El educador debe cumplir un papel preponderante en toda esta problemática que corroe y carcome cada día más las entrañas del planeta, ya que será por medio de él que se pueden inculcar valores, actitudes, conocimientos y diferentes habilidades que permitan en los discentes contribuir, a corto plazo, con el futuro humano.

Ahora bien es cierto el reto no es fácil, tampoco es imposible, si se mira desde la óptica de que es por medio del proceso educativo como se pueden realizar proyectos, en otrora utópicos y hoy realidades concretas que han beneficiado grandemente a la sociedad. Estas actitudes de compromiso deben ser mediante un enfoque interdisciplinario y holístico que conlleve a un espíritu crítico y reflexivo de la situación real del desarrollo social, pero, además debe ser universal, tal como lo han propuesto distintas entidades preocupadas por muchos factores que han hecho mella en la conciencia de unos pocos.

Costa Rica no se cruzó de brazos ante estas determinaciones y puso en vigencia, mediante sus planes de estudios de las distintas áreas del saber, uno de los temas transversales referidos a la educación ambiental “ Cultura ambiental para el desarrollo sostenible” en el cual se trata de utilizar todas las estrategias pedagógicas en la construcción de una cultura ambiental de las personas y las sociedades, mediante la detección y solución de problemas en el ámbito local, pero con una visión planetaria.

Dentro de las competencias que conlleva dicho tema transversal se desprende la aplicación de los conocimientos adquiridos en la resolución de problemas de manera creativa, que contribuyan al logro del desarrollo sostenible y una mejor calidad de vida, además de la participación comprometida, activa y responsable en proyectos tendientes a la conservación, recuperación y protección del ambiente, sin dejar de lado la práctica de relaciones armoniosas consigo mismo, con los demás, y otros seres vivos en donde se reconoce la necesidad de interdependencia con el ambiente.

Pero la labor de concienciación no debe quedarse solamente dentro de las cuatro paredes del salón de clase, sino que debe ser punzante y agresivo en otras esferas y con los demás actores que conforman el proceso educativo como tal, llámense estos, padres de familia. No

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