Los Mara Y Su Cultura

Antropología.

Ensayo de la vida loca de los maras 18.

Aurora Salinas Ayala.

En el presente trabajo se busca hacer una correlación entre el tema de la cultura y el “barrio 18”, con esto se me hace pertinente en las siguientes líneas hacer mención de algunos antecedentes de este grupo tan temido por la violencia que ha desencadenado al igual que los mara Salvatrucha.

La denominación de los Mara 18 es el producto del número de la bestia el 666 o también por la calle 18 de california y fueron deportados por la guerra civil, de esta manera al llegar a su país empezaron hacer células entre los jóvenes de los barrios pobres y sometiendo a los habitantes del barrio con el miedo y toques de queda, además viene lo más importante y relacionado con nuestro tema la cultura que acompaña al grupo, pues dentro de este lo podemos notar desde su vestimenta, los valores con los cuales se identifican, códigos de conducta, su lenguaje propio ya sea en señas u oral, entre otras características que forman parte de cada uno de los miembros de la pandilla.

El fácil acceso a la pandilla permitía que esta fuera creciendo y por lo tanto tomando a su poder mayor territorio y mantienen una constante y permanente lucha por el territorio con los Mara Salvatrucha.

Se ha formado un fuerte lazo entre los miembros de los grupos delictivos y es que los integrantes de estos grupos ya “habían hecho del crimen una forma de vida y adquirido la sofisticación delictiva resultante de su relación con veteranas organizaciones criminales penitenciarias (como la Mafia Mexicana) y la lucha callejera con otras estructuras delincuenciales” (Solìas, 2014).

Se ha retomado el concepto de cultura de Taylor donde esta se da por el “complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, la costumbre, y cualquier otra capacidad o hábito adquirido por el hombre en cuanto miembro de la sociedad” (Gimenez Montiel, 2005, pág. 41), ya que se relaciona con el tema de los Mara 18 al adquirir o aprender ciertos comportamientos y hacerlos suyos, permitiendo de alguna manera expresarlos a través de sus hábitos como costumbres o herramientas. Esto se ve con la influencia que tuvo la pandilla del contexto en que se origino la pandilla en los Estados Unidos y al llegar a salvador pusieron en práctica aquel conocimiento adquirido, llegando a tener tal poder que se impusieron y se mostraron como una de los grupos dominantes, notándose así u proceso de aculturación e inculturación ya que en ocasiones quienes forman parte del Barrio 18 lo hacen de manera voluntaria y otros de manera obligada pues al legar el nuevo barrio por ser deportados a su país, empezaron a desplazar y reclutar a los nuevos miembros del grupo.

Anteriormente habíamos mencionado que la pandilla de los Mara Salvatrucha y los Mara 18 tienen una constante rivalidad por la lucha del territorio lo que hace visible un casi contacto intercultural y digo esto porque aun no se logra imponer una pandilla sobre la otra, es por eso que se da tanto los homicidios y el gobierno trata de disminuir esta al mantener a los chicos bajo su control.

Me atrevo a decir que tal vez el comportamiento de los miembros del grupo ha adquirido su comportamiento y códigos a través del aprendizaje que se ha transmitido de generación en generación, de tal manera que lo hace suyo de manera inconsciente, se va normalizando las conductas que tal vez para el resto de la sociedad no parezca ser bien visto, se legitiman sus valores. Es por eso que “los modelos culturales son inculcados y sancionados socialmente” (Gimenez Montiel, 2005, pág. 45) y esto sucede cuando la sociedad al ver a los jóvenes tatuados, consumiendo sustancias como la marihuana y la bebida alcohólica, con un código de vestimenta en especial son mal vistos, como personas sin provecho, mientras que en otro lugar donde se lleguen a ejecutar a diario ese tipo de conductas suelen ser normales se tendrán aceptar y no ser juzgados o señalados.

Finalmente podemos llegar a observar que la cultura de los Maras va acompañada de un orden simbólico así como cualquier otra cultura, ya que el “símbolo es un elemento constitutivo de la vida social y una dimensión necesaria de todas las prácticas humanas” (Gimenez Montiel, 2005, pág. 47), pues en las actividades o ritos que realizan los integrantes de esta célula representan algo, tienen un significado en particular.

Un ejemplo de esto son los tatuajes que los lucen con tal orgullo y con “origen mexicano y chicano, relacionado

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