Problemas De America

Daniel Cosío Villegas nos muestra, bajo su texto titulado ¨Los Problemas de América¨, cuales son las causas del estancamiento y retroceso de la América Latina y como esta se ha rezagado visiblemente de los países que actualmente ponen el tempo del curso que debe seguir la civilización. Es así como, con su particular estilo de agudeza irónica y sentenciosa, Cosío Villegas dice que la geografía de nuestra América es un factor que contribuye a la falta de convivencia y a la escasez de medios, lo cual a su vez ocasiona división de clases, capilaridad social, disparidad en las oportunidades económicas, sociedades rígidas, entre otros tantos (aunque no menos importantes) problemas.

América Latina ha sufrido un estancamiento o retroceso en su progreso material, económico, social y humano debido a las malas medidas de progreso implementadas. Pero, ¿realmente se entiende lo que significa progresar? He aquí el problema. Para saber si ha habido un avance, estancamiento o retroceso se debe medir y cuantificar el avance y, aún más importante, tener una meta, el punto final hacia donde se desea llegar con cierta medida implementada; no solamente a corto plazo sino a corto, mediano y largo plazo. Otro error que se ha cometido es medir el progreso basándose en el patrón de otra comunidad (comúnmente la estadounidense) y no tomar como medida de progreso el patrón propiamente de nuestra comunidad. Es en este proceso, aparentemente sencillo pero ciertamente complejo, en donde los países de Iberoamérica han fallado.

El grado escaso en el que los hombres de la América Latina conviven se debe, en gran medida, a las barreras geográficas y a sobreponer el beneficio propio por encima del colectivo. Esta fala de simpatía entre los hombres ha llevado a que Iberoamérica pueda considerarse como un “claustro cerrado”, habiendo manchas poblacionales muy distantes entre sí. Por ejemplo, México, Guatemala, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Brasil y Argentina tienen en sus territorios tierras inhóspitas que dificultan y aíslan a las poblaciones, convirtiendo esa separación en similitud al desierto, en estéril, engendrando soledad y desamparo. Por este motivo es que ningún país de la América Hispánica ha logrado repetir la hazaña lograda por los estadounidenses, de poblar y dominar su territorio en tan solo siglo y medio.

La división en la convivencia humana persiste debido a la escasez de medios y oportunidades para que los hombres de una clase inferior asciendan con facilidad a las clases superiores. La clave para convencerse de ello es la estructura social de nuestros países. Ninguno tiene una clase media lo suficientemente amplia para equilibrar el contraste que existe entre las clases desmesuradamente ricas y las clases no bajas, sino subterráneas. Esto ha llevado a que la estructura económica de los países hispanoamericanos sea un obstáculo formidable para el desarrollo total de América, porque mientras que por un lado hay riquezas inverosímiles por el otro hay salarios menguados e inseguros, lo cual muchas veces lleva a estos escenarios a colapsar, trayendo así cambios violentos.

Los procesos históricos violentos conducen a proceso económicos violentos. Pero, ¿qué es lo ocasiona que se llegue a un proceso violento, en primer lugar? Esto ocurre cuando el hombre de clase inferior se opone y siente gran resistencia hacia la fuerza política, sus medios escasos y la disparidad social de su entorno. Es en este contexto en donde se vuelve viable el surgimiento de un cambio radical, profundo y total; básicamente una revolución, la cual es un proceso violento, arrasando leyes, instituciones, hábitos y costumbres, tal y como sucedió con la Revolución Mexicana de 1910.

Los factores externos han llevado a América Latina a ser víctima en creer que una filosofía política-económica tenga alcance universal. Desde que América fue “descubierta” por Europa, nuestro

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