Proyecto y construcción de una nación - Halperín Donghi.

Reseña

Halperín Donghi, Tulio

Proyecto y construcción de una nación (Argentina 1846-1880)

Caracas, Biblioteca de Ayacucho, 1980.

599 páginas

En su obra, Halperín comienza planteando la excepcionalidad argentina en Hispanoamérica y haciendo uso de una cita de Sarmiento para expresar los treinta años como una época de un crecimiento acelerado; como paso siguiente procede a  mencionar que fue una noción compartida por aquel tiempo. Luego de señalar esto, el autor se pregunta en qué reside esta excepcionalidad; primero plantea el rápido crecimiento de la Argentina, algo que termina por descartar. Halperín afirma que la singularidad argentina radicaba en una aspiración compartida de planteamiento previo de proyectos antes de verse reflejados en la nación.

A continuación, el autor plantea que el curso de esos treinta años fue complicado y no concuerda con el supuesto de construir una nación basándose en planos donde había consenso, paso siguiente enumera las distintas posturas en cuanto a este tema, dando como resultado que estas propuestas se parecen al basarse en el proyecto. Halperín, termina por determinar que la falla del diagnóstico que produjeron los intelectuales de la época fue debido a que estos, creían que el legado rosista dejaba un Estado central fuerte que podía ser utilizado para construir una nación, pero que en realidad no lo poseían, ya que este cayó cuando Rosas dejó el poder (por estar completamente centralizado en la figura de este mismo en vez del cargo); termina por  considerar que en 1880 esa etapa de creación puede considerarse cerrada porque ha culminado la instauración de ese Estado nacional que se suponía preexistente.

En los siguientes párrafos, nuestro autor resalta la importancia de la nueva generación (1837). Éste grupo, que pertenecía a la elite letrada plagada de ideas románticas y liberales, se veía como única guía y considera que son los únicos capacitados para formar un modelo de conducción de país. Así, Halperín hace un recorrido por las ideas de diferentes intelectuales en cuanto al modelo de organización de país que se debía adoptar, haciendo más hincapié en las concepciones de Sarmiento, Alberdi, y Mitre.

Así, pasa a presentar las ideas de Sarmiento, las cuales no se encontraban tan distanciadas de las de Alberdi. Ambos pensadores llegan a la conclusión que en la etapa rosista el país había sufrido cambios que serían imposibles de borrar pero la diferencia entre estos, según Halperín, radica en la imagen que tienen de la etapa posterior a Rosas. Para Sarmiento ésta debía aportar más que la institucionalización del orden existente, y consideraba que lo más urgente era acelerar el ritmo del progreso y el legado  más importante del rosismo le parecía la creación de una red de intereses consolidados por la moderada prosperidad y la “paz” lograda por la mano dura. Así, la imagen que Sarmiento propone de Rosas pasa a de monstruo a un simple estorbo para poder continuar creciendo.

Alberdi, por su lado, consideraba que la solución al estancamiento era la combinación de rigor político y activismo económico. La economía debía estar en manos de la élite política y económica pero esta debía ser guiada por los letrados. Así, apelaban por el trabajo y el capital extranjero para asegurar los cambios que la economía necesitaba para crecer. Para Halperín ese proyecto económico que Alberdi proponía requería un contexto político al que Alberdi llamó república posible (monarquías que se hagan pasar por repúblicas). De esta forma, el autor plantea que la armadura institucional propuesta por Alberdi busca disimular la concentración de poder en el presidente e intenta impedir un régimen arbitrario, similar al de Rosas. Así, determina que esta república posible (que no era tan republicana) era un paso necesario, ya que dotaría al país de una estructura social y económica firme, para que pudiese convertirse en una república verdadera.

Halperín retoma con fuerza las palabras de Sarmiento sobre la educación popular (siguiendo el modelo estadounidense), y consideraba que gracias a esta los ciudadanos podrían salvarse de la marginación social y económica debido a los cambios económicos cada vez mas acelerados de la economía mundial. La educación popular permitiría el progreso económico del país, además de una oleada de inmigración. Así, el autor, apela a una imagen más madura del crecimiento del país con Sarmiento, ya que este plantea un cambio en la sociedad como necesidad para que esta progrese y no es un resultado, como planteaba Alberdi.

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