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Revolución Cubana


Enviado por   •  4 de Diciembre de 2014  •  2.193 Palabras (9 Páginas)  •  225 Visitas

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Población

hacia 1886 la población colombiana solo cantaba con 4.000.000 de habitantes. el departamento del Cauca contaba con la mayor parte de la población y extensión seguida por Boyacá en habitantes y por Cundinamarca en extensión.

no había concentraciones notorias de la población urbana, pues la ciudad no llamaba mucho la atención. los servicios públicos hasta ahora empezaban a notarse y la mayor parte del trabajo se realizaba en el campo.

los grupos humanos estaban claramente distinguidos por regiones:

Pastuso Payanés Antioqueño Tolimense Costeño Santandereano Bogotano

se distinguía por su acento cantado,su afición por la agricultura, las artes y los oficios manuales. era muy serio, bastante dedicado a las letras y las armas. trabajador, dado a los negocios, al licor,al juego, amigo de riñas y diestro en manejar la barbera valeroso, amigo de canturrias y diversiones, cándido. alegre, hablador y activo. laborioso, activo, sumiso pero terco, fuerte para el trabajo pero desconfiado. imita a la aristocracia europea siendo superficial, imitando lo parisino y dedicándose a la chismografía política. los jóvenes eran egoístas, inconstantes, poco amigos del trabajo y dados a la literatura. Bogotá era la única población que superaba los 80.000 habitantes.

El Mercado. Acuarela de José Manuel Groot,

ca 1830. 23 x 33 cm. Colección Rivas Sacconi

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Las ciudades del siglo XIX vivían un transcurrir pausado y tranquilo, sólo interrumpido por el día de mercado, por la misa sagrada del domingo o por esporádicas celebraciones públicas. Las guerras civiles, los levantamientos y protestas interrumpían violentamente de tanto en tanto esta rutina. Las formas de vida cambiaron lentamente a principios del XIX y más apresuradamente a sus finales y principios del XX. Colombia en esta época era un país rural. En 1870 tenia 2'700.000 habitantes y 35 años después había 4'100.000, de los cuales sólo el 10% vivía en las capitales. La consolidación de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga desplazó a los centros urbanos coloniales tradicionales como Tunja, Santafé de Antioquia, Popayán, Cartagena, Santa Marta, Girón, Socorro y San Gil, que habían tenido alguna dinámica regional en épocas anteriores. Bogotá multiplicó por cinco su población entre 1801 y 1905. Medellín tuvo el crecimiento más acelerado, multiplicó por ocho su población en sesenta años. La población de Barranquilla creció cuatro veces entre 1870 y 1912 y se triplicó entre 1912 y 1928. Cali multiplicó por cuatro su población durante el siglo XIX. Bucaramanga duplicó sus habitantes en la segunda mitad del siglo XIX.

Día de mercado

El día de mercado era tal vez el más agitado de la semana durante el siglo XIX y principios del XX. Era un evento similar al de épocas coloniales, según lo describen los viajeros. El día de mercado los campesinos y especialmente las mujeres venían a pie cargados con las cosas que vendían. Isaac Holton, viajero norteamericano, logró sintetizar lo que se vendía en el mercado en un poema:

«Papas, tinajas, peces, alpargates,

sal, cuentas, ocas, cueros, alfandoques,

piscos, marranos, oro en polvo, fresas,

loza y brevas.

Huevos, cabuya, plátanos, zarazas,

mucuras, patos, pinas, carne, esteras,

tunas, naranjas, azafrán, fríjoles,

cal y tasajo».

Miguel Cañé, viajero francés, llegó a Bogotá el día de mercado, o sea, el día en que los indígenas agricultores de la Sabana, de la tierra caliente y de los pequeños valles llegaban a la capital. Lo describe como algo imborrable en su memoria: «Acababa de cruzar la plazuela de San Victorino, en el centro, una fuente tosca, arrojando el agua por numerosos conductos colocados circularmente. Sobre su grada, una gran cantidad de mujeres del pueblo, armadas de una caña hueca, en cuya punta había un trozo de cuerno que ajustaba el pico del agua que corría por el caño así formado, siendo recogida en una ánfora tosca de tierra cocida. Todas esas mujeres tenían el tipo indio marcado en la fisonomía; su traje era una camisa, dejando libre el tostado seno y los brazos y una saya de un paño burdo y oscuro. En la cabeza un pequeño sombrero de paja; todas descalzas. Los indios que impedían el tránsito del carruaje, tal era su número, presentaban el mismo aspecto. Mirar a uno es mirar a todos. El eterno sombrero de paja, el poncho corto, hasta la cintura, pantalones anchos, a media pierna y descalzos. Una inmensa cantidad de pequeños burros cargados de frutas y legumbres [...] y una atmósfera pesada y de equívoco perfume». Después del día de mercado, señala Holton, en las chicherías se ven escenas tristes y a veces repugnantes. Las chicherías eran el sitio donde los campesinos confluían al final del día para comprar algunas cosas de llevar, para refrescarse con la ancestral bebida y algunos para quedarse a descansar.

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Campesino. Acuarela de Edward W. Mark, 1945.

17.5 x 13.2 cm. Biblioteca Luis Angel Arango, Bogotá.

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Lo que va a cambiar a finales del siglo XIX es el espacio donde se desarrollaba el mercado, que tradicionalmente había sido en la plaza principal. La plaza de mercado en todas las ciudades grandes se remédelo, se convirtió en espacio convencional y más distante, rodeado con verjas en hierro para demarcarlo. Era el signo del triunfo de la república. Generalmente se ubicó en una de las salidas de las ciudades. Así la plaza perdió su carácter monopólico de centro vital. Las ciudades crecieron y otros centros de animación comenzaron a ser lugares de mayor concurrencia: parques, paseos o la calle comercial. La rutina cotidiana de encontrarse en la plaza, cambió para

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