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Rol de las mujeres latinoamericanas dentro de las familias (1820-1920)


Enviado por   •  27 de Marzo de 2016  •  Ensayos  •  1.863 Palabras (8 Páginas)  •  412 Visitas

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Rol de las mujeres latinoamericanas dentro de las familias (1820-1920)

Nombre: Sofía Bueno Nieto

                                                                               Asignatura: Procesos sociales y políticos de Chile y América Latina en el siglo XIX y XX

Profesora: Carolina Farías

Curso: 3°B

Fecha: 02/09/2015

Rol de las mujeres latinoamericanas dentro de las familias (1820-1920)

Dentro de las familias latinoamericanas postcoloniales del siglo XIX se encasillaba a las mujeres en un rol de cuidadoras, educadoras y también las personas que entregaban ''el honor'' a la familia. Para entender esto, debemos mencionar que la sociedad de la época que  se abarcará dentro de este trabajo será desde 1820 hasta inicios del siglo XX, dentro de este contexto, se vivía un sistema patriarcal, en el cual, según  la definición de Marta Fontenla en Mujeres en Red, se trata de una sociedad cuya base es la familia y la autoridad es ejercida por el varón jefe de familia: "dueño del patrimonio, del que formaban parte los hijos, la esposa, los esclavos y los bienes"[1]. Este sistema se vivió durante la colonia y una vez realizada la independencia, no hubo un cambio con respecto a la situación de la mujer.

A la mujer de la época no se le consideraba una ciudadana, ya que estaba ligada pública y privadamente a los hombres, como se puede entender desde la definición: era parte del ''patrimonio'' del hombre por lo tanto no ejercía poder alguno.

En cuanto a su vida privada, la mujer debía educar a sus hijos y debido a que la educación de la mujer era restringida por motivos políticos y sociales, la ignorancia como un instrumento de dominación y control[2], se buscaba que las madres entregaran enseñanzas o valores morales a sus hijos: buenas costumbres; a los hombres  ser un futuro patriarca y a las mujeres, futuras esposas y sumisas. La instrucción era excluyente para las mujeres, ya que, si las mujeres se educaban, conocerían sus derechos o protestarían por ellos y eso rompería el esquema social y político existente; esto se señala más fuertemente a partir de 1900 en los distintos movimientos sociales dados (como por ejemplo el movimiento obrero femenino).

Volviendo al tema principal de este trabajo, el honor de las mujeres era un tema de mucha discusión, ya que, sin este las familias podían ser adineradas o no, pero si la mujer del jefe del hogar perdía o se ponía en juicio su honra, la familia podía perder su linaje y prestigio, aún si tuviese dinero; dentro de este contexto entran temas como la legitimidad, las prostitutas, etc.

El ámbito del honor de las mujeres estaba estrictamente ligado del poder de la Iglesia junto al Estado, ya que, la Iglesia imponía el matrimonio por el cual los hombres se hacían ''responsables''[3], es decir, se convertían en hombres con patrimonio, linaje y honor. A honor nos referiremos a la cualidad otorgada cuando la mujer cumplía con cierta fidelidad hacia su marido, cabe decir: contraía matrimonio virgen y mantenía relaciones exclusivamente sexuales con su esposo. En cuanto a la honra femenina: va a estar asociada directamente al honor sexual, a la dignidad y a su fidelidad.

El matrimonio, al menos en la aristocracia, era un convenio. Un beneficio entre familias para mantener el buen linaje: política, social y económicamente. A cierta edad los padres de familia debían elegir un esposo adecuado para sus hijas y ellas debían aceptar sin cuestionamiento. Con el factor económico podemos mencionar la llamada ''perla del mercader'' que era en sí la virginidad de la mujer; esta virginidad o pureza constituía ''oro'' debido a las relaciones y riquezas que generaba tener una familia honorable[4].

La mujer no constituía más que un objeto dentro de la sociedad, ya que, era la encargada de reproducir y mantener un linaje, de entregar valores y cumplir fielmente para no transgredir el orden social de su familia.

Las relaciones matrimoniales tenían un carácter legítimo, ya que el matrimonio constituye un contrato, pero dentro de la sociedad patriarcal del siglo XIX, las mujeres dominadas por los hombres, se insultaban unas a otras cuando se creía cometer un delito en contra de su marido: podía ser una relación fuera del matrimonio, posibles infidelidades, ''relaciones'' previas, prostitución, etc. En este caso, las mujeres se injuriaban entre sí o a veces los hombres las injuriaban a ellas, dañando su honra y perdiendo su honor; cuando esto pasaba, los maridos podían defender a sus esposas o apoyar el insulto; si la mujer no era casada entonces tendría pocas probabilidades de casarse con un hombre ''de bien'' (clase alta, adinerado) ya que su honor estaba dañado y no le convendría a un hombre tener un linaje con una mujer sin honor ni valores[5].

Para aquellas que cometían injurias existía una Casa de Recogidas, donde debían permanecer si su honor no era defendido o restituido. Las condenas varían dependiendo del delito del cual se les acuse, por ejemplo las mujeres que mantenían relaciones con un  hombre casado o que no era su esposo debían quedarse a lo menos cinco años en la Casa de Recogidas[6].

Los hijos provenientes de relaciones ilegítimas, es decir, fuera del matrimonio, eran considerados hijos ''bastardos'', estos provenían de alguna infidelidad o abuso por parte del patriarca. Por ejemplo, en caso de violaciones los hombres podían proteger a sus posibles hijos casándose con la mujer en cuestión, pero si el hombre estaba casado lo más era que la mujer debiera cargar con un hijo ''bastardo'' prejuiciado por la sociedad y sin honor por ''sus actos''.

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