2 de Octubre no se olvida
karyleo15 de Febrero de 2014
3.259 Palabras (14 Páginas)509 Visitas
Introducción
2 DE OCTUBRE ¿No se olvida?
El presente trabajo lo realice con el fin de conocer si en la actualidad, los jóvenes mexicanos están enterados acerca de los hechos ocurridos aquel 2 de Octubre de 1968.El trabajo consiste en realizar una encuesta a 10 jóvenes estudiantes universitarios, o egresados, con el fin de conocer que tanto se sabe en la actualidad acerca de ese tema, ya que aún se siguen realizando marchas en conmemoración a lo ocurrido aquel día, estas encuestas me servirán de herramienta para poder llegar a una conclusión y así saber si verdaderamente el ¿2 de Octubre no se olvida?
Las encuestas además de incluir algunos datos personales del entrevistado, como son nombre ocupación y edad, incluirán las siguientes preguntas:
1-¿Qué paso el 2 de Octubre de 1968?
2-¿Crees que los jóvenes que acuden a las marchas en conmemoración a este día estén verdaderamente enterados de lo que pasó?
3-¿En tu opinión crees que dicho movimiento trajo algún beneficio?
Este trabajo también tiene una breve explicación de los antecedentes, que trajeron como consecuencia dicho movimiento, así como lo ocurrido aquel 2 de Octubre. Y lo que ocurrió después de ese día, todo esto con el apoyo de autores como González de Alba y Domínguez N.C. que serán citados en dicho escrito.
Antecedentes
Los acontecimientos internacionales habían contribuido a despertar en los estudiantes mexicanos una conciencia crítica de su acontecer. Aunque la revolución cubana les resultaba geográficamente más cercana, eran también sensibles a la guerra de Vietnam, a la Revolución cultural China o a las diversas manifestaciones estudiantiles del mundo accidental. Domínguez N.C. (2004)
Todo inicio desde El 22 de julio de 1968, con un incidente de fútbol americano entre la vocacional 2 del IPN y la preparatoria Isaac Ochoterena, incorporada a la UNAM, que termina en una gresca. El cuerpo policiaco de granaderos son quienes disuelven a la turba, deteniendo a varios estudiantes e incursionando dentro de las instalaciones de dicha vocacional.
Entre el 26 al 29 de julio de 1968, varias escuelas entran en un paro de labores, los granaderos y el ejército entran a varias de las escuelas, entre ellas, la Prepa 1 en San Ildefonso, donde es destruida una puerta tallada en el siglo XVIII, mediante un disparo de bazuca. “Las escuelas no fueron obstáculo, en su interior los granaderos la emprendieron, no solo con alumnos, sino con maestros y maestras que igualmente fueron golpeados sin conocer la causa de la agresión, No se trataba de imponer orden, sino de romperlo, de golpear como si se tratara de una venganza personal”. González de Alba (1989)
El 30 de julio de 1968, el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra en Ciudad Universitaria, condenaría públicamente los hechos, izando la bandera mexicana a media asta y con un emotivo discurso se pronunciaría a favor de la autonomía universitaria y exigiría la libertad de los presos políticos, refiriéndose a los estudiantes detenidos de la Prepa 1. Ese mismo día encabezaría la marcha por la avenida de los Insurgentes, donde surgió un lema muy común utilizado por el movimiento estudiantil, "¡Únete pueblo!".
El 26 de agosto de 1968, una multitudinaria marcha se dirigió al zócalo capitalino. Fue la primera ocasión en que se insulta públicamente al presidente mexicano, Gustavo Díaz Ordaz. Al finalizar la manifestación, uno de sus líderes se pronuncia a favor de quedarse a esperar una respuesta del gobierno, a escasos días del informe presidencial.
La madrugada del 28 de agosto de 1968, se abren las puertas del Palacio Nacional, de donde salieron tanques del ejército para dispersar a los manifestantes.
El 1 de Septiembre, desde la tribuna más alta del país, el Presidente de la republica hace saber a la nación que el conflicto iniciado en julio ya no tiene fundamentos, que los presos políticos no existían aunque, si se le demostraba lo contrario, giraría órdenes para ponerlos de inmediato en libertad, “…El otro camino está abierto. No quisiéramos vernos en el caso de tomar medidas que no deseamos, pero que tomaremos si es necesario; lo que sea nuestro deber hacer, lo haremos, hasta donde estemos obligado a llegar llegaremos” Un mes más tarde, en octubre, supimos cuál era el otro camino y hasta donde eran capaces de llegar. González de Alba (1989)
El 13 de septiembre de 1968, tiene lugar "La marcha del silencio", donde los manifestantes marcharon con pañuelos en la boca.
El 18 de septiembre de 1968, el ejército invade la Ciudad Universitaria de la UNAM. ”…Aquí abajo en el estacionamiento de la Facultad, se están acomodando los tanques y los transportes de paracaidistas; si quieren salir apúrense, Yo ya me voy…” esto fue lo que informo un compañero a González de Alba aquel día.
El 24 de septiembre de 1968, el ejército invade el Casco de Santo Tomás, uno de los campus del IPN.
El 1 de octubre de 1968, el ejército se retira de la UNAM y el IPN.
Hechos de 2 de octubre
El movimiento estudiantil de 1968 fue un movimiento social en el que además de estudiantes de la UNAM y del IPN, participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas en la Ciudad de México y que fue dispersado el 2 de octubre de 1968 por el gobierno mexicano en la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. El hecho fue cometido por el grupo paramilitar denominado Batallón Olimpia y el Ejército Mexicano, en contra de una manifestación convocada por el Consejo Nacional de Huelga (CNH), órgano directriz del movimiento “-De Alba- me llamó uno de los delegados en voz baja-; acabo de llegar y me crucé en el camino con varios transportes del ejército, debemos irnos, pide que se suspenda el mitin…”. González de Alba (1989)
Como bien nos menciona González de Alba en su libro “Los días y los años” seguro que era cierto que el ejército se acercaba, pero no era razón para suspender el mitin, ya que lo mismo había ocurrido en todos los actos públicos citados por el CNH.
Cerca de las seis de la tarde, casi finalizado el evento, un helicóptero sobrevoló la plaza del cual se dispararon bengalas, presumiblemente, como señal para que los francotiradores del Batallón Olimpia apostados en el edificio "Chihuahua" abrieran fuego en contra de los manifestantes y militares que resguardaban el lugar, para hacerles creer a estos últimos, que los estudiantes eran los agresores. Los militares en su intento de defenderse, repelieron "la agresión de los estudiantes", pero ante la confusión, los disparos no fueron dirigidos contra sus agresores, sino hacia la multitud de manifestantes que se encontraban en la plaza de Tlatelolco.
Muchos manifestantes escaparon del tiroteo, escondiéndose en algunos departamentos de los edificios aledaños, pero ejército no se detuvo, irrumpiendo a cada uno de los departamentos de todos los edificios de lo que conforma la Unidad Tlatelolco sin orden judicial, para capturar a los manifestantes.
Relatos sobre esa tarde del 2 de Octubre
-Yo levante la cabeza- dice una amiga- y vi, como si fuera un fantasma, a una niña que se acercaba despacio y con los ojos muy abiertos, llevaba una bolsa de pan que apretaba en las manos, seguro en su casa la habían mandado “al pan” y de regreso se detuvo en la plaza; la llamé, ¡ven, tírate al suelo!, ¡agáchate! Pero siguió caminando entre los cuerpos caídos, y sin soltar la bolsa y con los ojos abiertos y secos, las balas le zumbaban sobre la cabeza, creo que ni siquiera me oyó. González de Alba (1989)
Testimonio: Florencio López Osuna
Llévatelo, y a la primera pendejada, te lo chingas, fue lo último que escuchó antes de que lo bajaran, a empellones, del tercero al segundo piso del edificio Chihuahua. Había sido el primer orador del mitin y fue el único de la lista de tres comisionados para hablar esa tarde en nombre del Consejo Nacional de Huelga —los otros eran David Vega y Eduardo Valle—, que alcanzó a pronunciar su discurso. Yo estaba en el centro de la tribuna. Cuando comenzaron los disparos, me di la vuelta, y, dando la espalda a la plaza, vi que el tercer piso se había llenado de gente que, después supe, era del Batallón Olimpia. Eran jóvenes como nosotros. Algunos traían una fusca en la mano; otros cargaban metralleta. Todos traían un guante blanco. A unos pasos de donde estaba, David (Vega) forcejeaba por el micrófono con uno del Batallón Olimpia, al que se le salió un tiro. Los del batallón les dieron tres instrucciones: ‘Todos a la pared, todos al suelo y al que alce la cabeza se lo lleva la chingada’. Mientras tanto, un tipo alto, fornido, con gabardina, disparaba contra la multitud.
Aún se desconoce la cifra exacta de los muertos y heridos. El gobierno mexicano manifestó en 1968 que fueron sólo 20 muertos, tres años más tarde, la escritora Elena Poniatowska, en su libro “La noche de Tlatelolco” publicó la entrevista de una madre que buscó entre los cadáveres a su hijo y reveló que por lo menos había contado 65 cadáveres en un solo lugar.
El sábado 12 de octubre de 1968, el presidente mexicano, Díaz Ordaz, inauguró los XIX Juegos Olímpicos, bautizados como "La Olimpiada de la Paz", en ese momento un grupo de manifestantes lanzó sobre el palco presidencial, un papalote
...