AVE. Sector Ferroviario España

Este artículo aparecido en la sección de economía del periódico digital Europapress.es hace un repaso de la situación del transporte ferroviario en España, comparándolo a su vez con otros países punteros en transporte público ferroviario.

El artículo explica como el 40% de la población española vive a menos de 50 kilómetros de una estación de tren de alta velocidad (AVE) situándose cada vez más cerca del objetivo de Fomento, quien espera que para el 2020 el 90% de la población española encuentre una estación AVE a menos de 50 kilómetros de su casa. Estos objetivos se encuentran dentro del Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (PEIT).

Una vez cubiertos estos objetivos, Fomento espera haber invertido unos 125.000 millones de euros y que el país cuente con una red viaria de alta velocidad de 10.000 kilómetros.

Hoy en día, España se sitúa en primer lugar europeo y segundo mundial (después de China) en lo que respecta a trenes de alta velocidad en servicio. Además de ser el más puntual y el que circula a una mayor velocidad con una media de 222 kilómetros por hora.

Esta situación de supremacía en el transporte ferroviario de alta velocidad choca con la que fue la realidad española desde principios del s. XIX cuando Gran Bretaña y, en menor medida, Francia encabezaban el ranking de países con más red ferroviaria en uso.

España tuvo que esperar hasta 1848 con la primera línea que cubría Barcelona-Mataró; pero, no fue hasta 1855 con la Ley de Ferrocarriles cuando se empezó a construir una red más amplia. Se habla de despegue ferroviario en el país, pues se construyeron casi 6.000 kilómetros sólo en los siguientes 10 años.

La Ley de Ferrocarril especificaba que la red contaba con unas características como:

• Se trataba de una red radial, con centro en Madrid

• El ensanche de la vía contaba con 1’67 metros o “6 pies castellanos”. Esta medida tuvo gran repercusión, pues el ancho de las vías españolas es mayor que el de las europeas. En un primer momento se dijo que era para evitar invasiones del extranjero, después se dijo que fue por la orografía del país, demostrándose más tarde que eso no era un problema.

Es, en parte, debido a esta desigualdad en el ancho de vías con las vías europeas (que siempre ha impedido la comunicación directa con Europa) la razón por la que el ancho de vía de los trenes de alta velocidad, AVE, sea el mismo que en Europa, 1’44 metros. Hasta entonces se salvaba la distancia con un mecanismo de vagones de ejes intercambiables, 1951. Hoy ya contamos con una línea que cubre el trayecto Barcelona-París en poco más de 7 horas.

La desamortización de Madoz financió alguna de las primeras vías importantes con una parte del dinero obtenido de la venta en pública subasta de los bienes de la iglesia. Pero la financiación más importante la realizaban los concesionarios, compañías privadas.

El ferrocarril ha sido muy importante para el crecimiento económico de muchos países. En 1769 James Watt inventaba la máquina de vapor y, en 1841 George Stephenson hizo lo propio con la primera locomotora de vapor.

Comenzó en Gran Bretaña, en la I Rev. Industrial haciendo más fáciles las relaciones comerciales y los desplazamientos de personas, quien en 1840 ya contaba con 2390 kilómetros de red. España tuvo que esperar unos cuantos años más para acercarse a ese número.

La construcción del ferrocarril favoreció, en Gran Bretaña, a otras industrias como la mecánica o la siderurgia y estimuló el progreso técnico. En el caso español, la falta de aranceles (franquicia aduanera) para los hierros, carbón, madera, así como sillas, lámparas y demás mobiliario hizo que las empresas compraran estos la mayoría de los materiales

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