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Arte Japones


Enviado por   •  26 de Febrero de 2015  •  3.091 Palabras (13 Páginas)  •  169 Visitas

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Arte Japonés

El arte japonés evidencia la proximidad entre la creación artística y una profunda intuición filosófica de la realidad.

El zen, rama del budismo iniciada por Bodhidharma (o Daruma en el Japón), impregnó la cultura japonesa y sus diversas expresiones artísticas como la pintura, arquitectura, poesía, el arte de los jardines o la célebre ceremonia del té. Se trata del perfil místico del budismo, donde lo vacío es la fuente primaria del sentido, de la plenitud, la belleza y la expansión vital.

En el Japón, el arte exige un esfuerzo de atención, de conocimiento y de simpatía mayor que en China, país al que deben gran parte de su cultura.

Como todas las artes que provienen de las culturas asiáticas, las bases de su estética se centran en el elemento sagrado.

Se cree en la existencia de múltiples fuerzas invisibles, dioses locales, genios protectores, espíritus de las cosechas, del hogar, de los antepasados y de los parientes fallecidos, fuerzas de la fertilidad, de la generación de la vida, poderes que mueven tanto al cosmos como a los humildes objetos.

Estas fuerzas son los kami, representaciones de lo sagrado que no están individualizadas ni personalizadas. Los kami se multiplicaron y se hallan presentes en todas las actividades de la vida diaria del japonés. La historia cuenta que el universo fue creado por los tres kami, nacidos sin progenitores, y por una jerarquía descendiente que recuerda los eons gnósticos.

El culto a estas creencias forma la religión nacional, llamada "sinto".

La liturgia de esta religión recordaba a los japoneses que existían fórmulas mágicas que favorecían la pesca, los trabajos de la granja, la fabricación de objetos y demás tareas. Esta mentalidad, esta visión del mundo, está muy presente todavía en el pueblo japonés y permanece en el subconciente colectivo de este pueblo.

En el arte japonés se imita la armonía de la Naturaleza, se evoca a los dioses que forman la sustancia de las cosas.

La llegada del budismo a través de China en el siglo VI., transformó profundamente la cultura japonesa, pero no modificó los conceptos en que se basaba. El arte de Japón, al entrar en contacto con la cultura búdica, un pensamiento más refinado, se volvió más presico en sus técnicas.

Características principales del arte japonés:

- Simplicidad de sus formas.

- El elemento ornamental o decorativo desaparece.

- La pobreza de los medios y de la materia, el wabi japonés.

- Se trata de un arte austero.

Arte

A lo largo de los siglos, al igual que ha ocurrido en muy distintos puntos y culturas de nuestro continente, una amplia variedad de factores sociales, económicos, políticos, culturales y medioambientales, han tenido su influencia en el desarrollo del arte de Japón. El clima templado, similar al de España, y las cuatro estaciones bien diferenciadas, ofrecen una gran abundancia de símbolos y temas estacionales, tales como el ciruelo, el cerezo, el crisantemo y el arce, representando al invierno, la primavera, el verano y el otoño, que se repiten una y otra vez en el arte japonés. El mitificado amor de los japoneses por la naturaleza se refleja en el uso de materias primas como la laca, la madera, el bambú, y el papel. La alta humedad del clima y los frecuentes terremotos y tifones, que con cierta periodicidad asolan el país, han hecho que el arte japonés recurra a la utilización de materiales ligeros, que por un lado hagan a los objetos fácilmente transportables, y por otro, que sus arquitecturas sean más fáciles de reconstruir. La estética japonesa, más inclinada a admirar la hermosura de las cosas en función de su fugacidad, ha preferido siempre la utilización de materiales humildes y sencillos de encontrar.

La historia del arte japonés no puede ser entendida sin sus contactos con el continente y la gran tradición asiática del arte budista, como no lo puede ser el arte español, sin contemplar sus relaciones con Italia o Francia, y la tradición del arte cristiano. En relación con estas oleadas de influencias del continente, hay que aducir, que los artistas japoneses supieron moldearlas y desarrollar un arte con unos valores estéticos propios, muy particulares.

Mirando el arte japonés desde otro punto de vista hay que decir que su influencia sobre otras culturas fue escasa, si no nula hasta el siglo XIX, cuando los artistas europeos descubrieron sus bellezas artísticas y demostraron hacia ellas una gran pasión. La participación japonesa en las exposiciones universales, consideradas entonces como foros internacionales, contribuyó enormemente a la difusión de su arte en Europa y Estados Unidos. También en España, en la exposición universal celebrada en Barcelona en 1888, hubo participación japonesa, y consta que la colección de estampas de la Biblioteca Central de Barcelona fue adquirida en la muestra. Fueron las cerámicas y los grabados los que mayor impronta dejaron sobre la pintura europea, y por supuesto, sobre las artes llamadas decorativas.

Hoy los artistas japoneses, baste recordar los nombres de algunos como el arquitecto Arata Isozaki, autor del Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles (1986), o el Premio Nobel de literatura Ôe Kenzaburô, están teniendo una participación cada vez más activa en el desarrollo del arte contemporáneo internacional.

Arquitectura

La mejor manera de entender la arquitectura japonesa tradicional, en especial la doméstica, menos influida por las corrientes continentales, es viéndola como una respuesta hacia el entorno natural. La sociedad japonesa, primordialmente agraria, volcada al cultivo del arroz, desarrolló un elevado sentimiento de cooperación entre los miembros de la comunidad para sacar adelante las cosechas, y de agradecimiento y adaptación al entorno. Se desarrolló un sentimiento de adaptación, y no de defensa frente a la naturaleza, poseedora de un poder al que el hombre no se puede resistir. La imagen de la caña de bambú que se dobla cuando azota el viento, pero que cuando cesa recupera su posición erguida, es quizá el ejemplo comparativo más claro para entender la arquitectura japonesa.

El clima japonés se distingue por unos veranos largos, calurosos y terriblemente húmedos, frente a un invierno corto y seco. Por ello las casas japonesas están pensadas para hacer más

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