Aviesos Orfeos Castrenses. Rescatar De La Muerte Y Extender La Agonía. La Extraña Desaparición De Héctor Hugo Vedia Y Liliana Gladys Riveros.

Desaparecidos en San Nicolás y Villa Constitución.

Aviesos orfeos castrenses. Rescatar de la muerte y extender la agonía. La extraña desaparición de Héctor Hugo Vedia y Liliana Gladys Riveros.

Por Prof. Ernesto Jorge Rodriguez

Según la mitología griega, Orfeo amaba profunda y fielmente a Eurídice. Un día, mientras era perseguida por Aristeo para violarla, Eurídice murió luego de ser atacada por una serpiente. Orfeo estaba desconsolado por la pérdida. Músico y cantante excepcional, subyugó a los monstruos del Tártaro y a los dioses infernales con la intención de que le permitieran descender a los infiernos para rescatar a su esposa. Debió sortear desafíos imposibles para cualquier mortal. Finalmente, Hades y Perséfone, conmovidas por las muestras de amor de Orfeo, le concedieron su deseo. Pero le impusieron una última condición: Orfeo debía regresar a la superficie sin mirar a Eurídice. Cuando ya estaba por alcanzar la luz, a Orfeo le asaltó una terrible duda, pensó que era objeto de un engaño de Perséfone. Orfeo que había cumplido pruebas imposibles no soportó la más fácil, miró a su amada y Eurídice murió por segunda vez. Como Orfeo, los militares argentinos rescataron a las personas de la muerte pero no movidos por el amor sino por el más profundo odio y desprecio por la vida humana, prolongaron la agonía para obtener información. Así como Eurídice, nuestros desaparecidos también murieron dos veces.

En efecto, los militares rescataron de la muerte a varios militantes que habían ingerido la pastilla de cianuro o que habían sufrido heridas de consideración al resistirse al secuestro. Mientras la atención médica proporcionada a los secuestrados agonizantes estaba generalmente restringida al aparato burocrático clandestino , Héctor Vedia fue internado en el Hospital San Felipe. Esta es la primera razón por la cual el secuestro de Vedia resulta un caso extraño. La segunda, resulta aún más insólita. Héctor Vedia fue secuestrado en San Nicolás el 12 de octubre de 1976 con una herida que le había ocasionado una paraplejia. Ese mismo día, Liliana Riveros era secuestrada mortalmente herida en Villa Constitución. No obstante, según algunos testimonios los vieron en Córdoba dos meses más tarde.

Reuniones a cielo abierto. Angustia y desesperación.

Hacia mediados de 1976, la situación de los militantes de la columna 17 o Paraná de la Organización político militar Montoneros, particularmente las Unidades Básicas de Combate (UBC) San Nicolás y Villa Constitución, era angustiante. Varios militantes habían sido detenidos, otros fueron trasladados y algunos resultaron heridos o murieron en enfrentamientos. Pero todavía no se habían registrado desapariciones de personas vinculadas a Montoneros. Recién a fines de septiembre o principios de octubre fue secuestrada la pareja constituida por Daniel Barjacoba y María Cristina Márquez, mientras que de otro procedimiento lograron escapar hacia Villa Constitución Daniel Benavidez y Soledad Julia Buffa. Con escaso financiamiento, sin casas ni coberturas seguras, en San Nicolás -ciudad con una fuerte concentración de fuerzas represivas-, para continuar funcionando, los militantes idearon la modalidad alternativa de reuniones a cielo abierto en el campo, en la costa del río o de los arroyos, simulando días de campo o de pesca.

Una de esas reuniones se iba a realizar la mañana del 12 de octubre de 1976 en un campo cercano a La Emilia. A las 9.50 horas, cuando cinco militantes se dirigían desde San Nicolás a la reunión en un Rastrojero azul, se toparon con un control

instalado por las fuerzas militares. Se produjo un enfrentamiento, el vehículo logró perforar la pinza y continuó su huida hasta que impactó contra un árbol. Obligados a abandonar el Rastrojero, escaparon a pie y luego en colectivo dos hombres y dos mujeres embarazadas: Nelly Noemí Vázquez de Morresi (desaparecida el 29.1.78) y Myriam S. Coutada (desaparecida el 16.10.76 en Zárate), quedando “Ramiro” en la parte trasera del vehículo herido gravemente en la columna vertebral.

El procedimiento se realizó bajo jurisdicción del Área 132. Según los organismos de inteligencia de las fuerzas represivas, “Ramiro” fue detenido e internado bajo vigilancia en el Hospital San Felipe de San Nicolás, ingresado como Héctor Hugo Vedia, casado, constructor particular, nacido en Neuquen el 11 de mayo de 1951, LE 8619582, número de historia clínica: 01924, con domicilio en el Hotel Belgrano. En el hospital, “Ramiro” fue trasladado inmediatamente a terapia y operado por el Dr Lesmes de una herida de bala a nivel de la 3era vértebra lumbar que le había ocasionado

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