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BATALLA ATLANTICO


Enviado por   •  18 de Marzo de 2015  •  2.252 Palabras (10 Páginas)  •  233 Visitas

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La Batalla del Atlántico puede dividirse en cinco etapas

inicios: septiembre de 1939 - mayo de 1940[editar] submarino Polaco ORP Orzeł en Reino Unido. Destruidas durante la acción en el Atlántico en 1940 Con una flota de submarinos obsoletos, Alemania no podía hacer mucho. La mayoría de los submarinos gastaba casi todo su combustible en el viaje de ida y vuelta entre su puerto y Gran Bretaña, y una vez en el campo de batalla, los aviones de patrulla que rondaban por las costas inglesas los detectaban fácilmente.

En esta etapa, fueron hundidos 222 barcos mercantes ingleses, que equivalen a 900 000 toneladas, una pérdida que el Reino Unido estaba preparada para soportar. El almirante Dönitz sabía que a este paso jamás ganarían la guerra y presionaba a Hitler para que construyera más submarinos. Sin embargo, el promedio de construcción de submarinos por mes fue de 2 en 1940.

Si bien los británicos también contaban con ventaja en el ámbito de la lucha de superficie, la hazaña del submarino U-47 comandado por Günther Prien en el ataque a Scapa Flow, que hundió al acorazado Royal Oak en la base naval de Scapa Flow, y las emboscadas del acorazado de bolsillo Admiral Graf Spee, que fue acorralado en el Atlántico Sur, cambiaron la percepción del público alemán respecto a la supuesta debilidad de su Kriegsmarine. Como resultado de los ataques de superficie y las minas submarinas, fueron hundidas otras 900 000 toneladas de barcos mercantes, aunque el monto no era aún suficiente para doblegar al Reino Unido.

Tiempos felices: junio de 1940 - marzo de 1941[editar]

Un barco mercante británico es torpedeado por un U-Boot, aunque permanece a flote

La invasión de Francia y la ocupación de Noruega cambiaron el mapa geopolítico de forma adversa al Reino Unido. La ocupación de los puertos noruegos y franceses permitió a los alemanes alcanzar el interior del Atlántico y las costas africanas, hundiendo a buques mercantes desprovistos de escolta aérea. Esta etapa de la guerra fue bautizada como Los tiempos felices por los alemanes: entre junio y noviembre de 1940 fueron hundidos 1 600 000 toneladas de barcos mercantes. Sin embargo, el Reino Unido se esforzó en aguantar estas pérdidas, ya que sabía que si permitía ser bloqueada, Alemania la invadiría.

En esta etapa, los capitanes Otto Kretschmer, Wofgang Lüth y Günther Prien alcanzaron su fama en acciones individuales porque todavía no se implementaba la manada de lobos. Los submarinos de estos lobos de mar pasaban debajo de los buques de escolta, que arrojaban cargas de profundidad formando verdaderos muros de fuego submarinos. Si bien la pericia de estos oficiales alemanes los ayudó a sobrevivir sus osadas incursiones, la mala puntería británica al usar las recién inventadas cargas de profundidad también fue un factor importante.

Mientras el almirante Dönitz procuraba obtener más submarinos para poder implementar su táctica de manada de lobos, el almirante Raeder se esforzaba en demostrar la vigencia de la lucha naval de superficie. A principios de 1941, Raeder transformó nueve buques mercantes en barcos de guerra, aunque a simple vista todavía parecían buques mercantes. Estos auténticos corsarios navegaron por el Atlántico durante tres años, hundiendo buques mercantes aislados. El Atlantis es el más famoso de todos y hundió a 144 000 toneladas, hasta que fue hundido en noviembre de 1941. En total, estos buques mercantes hundieron 850 000 toneladas durante la guerra.

Los buques de guerra alemanes también golpearon fuerte a la flota británica. En noviembre de 1940, el Admiral Scheer echó a pique 15 buques, mientras que el Scharnhorst y el Gneisenau hundieron 22 buques en enero de 1941. Sin embargo, estas victorias motivaron al almirante Raeder a enviar finalmente al orgullo alemán, el acorazado Bismarck, a un viaje del que nunca regresaría.

Recuperación británica: abril de 1941 - diciembre de 1941[editar]

Si por un tiempo pareció que los alemanes podían hacer frente a la flota más poderosa del planeta, Reino Unido se recuperó de sus pérdidas, se reorganizó y tomó de nuevo la iniciativa en la batalla.

En 1941, el almirante británico Percy Noble tomó el mando de la campaña antisubmarina en el Atlántico. Noble estaba convencido de la efectividad de los convoyes y adoptó medidas para regularizar la táctica. Ante la falta de buques de escolta, se utilizaron las corbetas, que eran baratas y ejecutaban la tarea de escolta de manera eficiente.

Los británicos empezaron entonces a recibir ayuda externa, primero de Canadá, que comenzó a escoltar los buques mercantes desde la mitad de la travesía del Atlántico, luego de Estados Unidos, que empezó a prestar destructores al Reino Unido a cambio de bases en el océano Pacífico. Además, el gobierno de los Estados Unidos dio la orden secreta de atacar a todos los submarinos alemanes aislados que encontraran, a pesar de que aún no estaban en guerra oficialmente con Alemania.

Debido a que Canadá escoltaba a los convoyes en la parte occidental del Atlántico, y Reino Unido lo hacía desde la parte oriental, los U-Bootes tuvieron que atacar en el centro del océano, donde los convoyes estaban más desprotegidos. Las costas de Sierra Leona también sirvieron de cementerio para una gran cantidad de convoyes.

Al lograr descifrar la máquina alemana Enigma, los británicos se anotaron una gran victoria. En la fotografía se muestran varias máquinas Enigma

En esta época, matemáticos polacos los criptoanalistas de Bletchley Park lograron desarrollar el programa Ultra, que permitía descifrar las transmisiones de la máquina criptográfica alemana Enigma, una tecnología que sin duda posibilitó a los Aliados localizar con mayor facilidad a los submarinos alemanes. Poco después los Aliados también pudieron detectar el origen de las transmisiones de radio de los submarinos, consiguiendo otra arma tecnológica importante contra Alemania.

En marzo de 1941, la Kriegsmarine sufrió un duro golpe cuando en un mismo mes, cuatro de los Ases de los Abismos - Otto Kretschmer, Joachim Matz, Joachim Schepke y Günther Prien - fueron capturados o muertos en batalla.

Cuando el Almirantazgo Británico se enteró de la aparición del acorazado Bismarck en el Atlántico, se inició la cacería. Navegaba detrás de él el barco polaco ORP Piorun. Si bien el acorazado alemán se defendió de forma extraordinaria contra sus perseguidores, destruyendo al Hood y dañando seriamente al novísimo acorazado Prince of Wales, sufrió algunas averías que disminuyeron su velocidad de escape. Posteriormente unos viejos aviones biplanos Swordfish lanzados desde el portaaviones

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