Basta Una Bandeja De Maníes Compartida En Un Aeropuerto O Una Reunión De Ejecutivos Que Se Dan Un Apretón De Manos Antes De Despedirse. O Un Hombre Que Tose En Un Autobús Repleto, O Un Casino De Lujo Donde Miles De Turistas Tocan Las Fichas Con Las Qu
cruzmel199030 de Marzo de 2015
953 Palabras (4 Páginas)346 Visitas
Basta una bandeja de maníes compartida en un aeropuerto o una reunión de ejecutivos que se dan un apretón de manos antes de despedirse. O un hombre que tose en un autobús repleto, o un casino de lujo donde miles de turistas tocan las fichas con las que hacen sus apuestas. Basta una bandeja de maníes compartida en un aeropuerto o una reunión de ejecutivos que se dan un apretón de manos antes de despedirse. O un hombre que tose en un autobús repleto, o un casino de lujo donde miles de turistas tocan las fichas con las que hacen sus apuestas.Basta una bandeja de maníes compartida en un aeropuerto o una reunión de ejecutivos que se dan un apretón de manos antes de despedirse. O un hombre que tose en un autobús repleto, o un casino de lujo donde miles de turistas tocan las fichas con las que hacen sus apuestas.Basta una bandeja de maníes compartida en un aeropuerto o una reunión de ejecutivos que se dan un apretón de manos antes de despedirse. O un hombre que tose en un autobús repleto, o un casino de lujo donde miles de turistas tocan las fichas con las que hacen sus apuestas.Basta una bandeja de maníes compartida en un aeropuerto o una reunión de ejecutivos que se dan un apretón de manos antes de despedirse. O un hombre que tose en un autobús repleto, o un casino de lujo donde miles de turistas tocan las fichas con las que hacen sus apuestas.Basta una bandeja de maníes compartida en un aeropuerto o una reunión de ejecutivos que se dan un apretón de manos antes de despedirse. O un hombre que tose en un autobús repleto, o un casino de lujo donde miles de turistas tocan las fichas con las que hacen sus apuestas.Basta una bandeja de maníes compartida en un aeropuerto o una reunión de ejecutivos que se dan un apretón de manos antes de despedirse. O un hombre que tose en un autobús repleto, o un casino de lujo donde miles de turistas tocan las fichas con las que hacen sus apuestas.Basta una bandeja de maníes compartida en un aeropuerto o una reunión de ejecutivos que se dan un apretón de manos antes de despedirse. O un hombre que tose en un autobús repleto, o un casino de lujo donde miles de turistas tocan las fichas con las que hacen sus apuestas.Basta una bandeja de maníes compartida en un aeropuerto o una reunión de ejecutivos que se dan un apretón de manos antes de despedirse. O un hombre que tose en un autobús repleto, o un casino de lujo donde miles de turistas tocan las fichas con las que hacen sus apuestas.Basta una bandeja de maníes compartida en un aeropuerto o una reunión de ejecutivos que se dan un apretón de manos antes de despedirse. O un hombre que tose en un autobús repleto, o un casino de lujo donde miles de turistas tocan las fichas con las que hacen sus apuestas.Basta una bandeja de maníes compartida en un aeropuerto o una reunión de ejecutivos que se dan un apretón de manos antes de despedirse. O un hombre que tose en un autobús repleto, o un casino de lujo donde miles de turistas tocan las fichas con las que hacen sus apuestas.Basta una bandeja de maníes compartida en un aeropuerto o una reunión de ejecutivos que se dan un apretón de manos antes de despedirse. O un hombre que tose en un autobús repleto, o un casino de lujo donde miles de turistas tocan las fichas con las que hacen sus apuestas.Basta una bandeja de maníes compartida en un aeropuerto o una reunión de ejecutivos que se dan un apretón de manos antes de despedirse. O un hombre que tose en un autobús repleto, o un casino de lujo donde miles de turistas tocan las fichas con las que hacen sus apuestas.Basta una bandeja de maníes compartida en un aeropuerto o una reunión de ejecutivos que se dan un apretón de manos antes de despedirse. O un hombre que tose en un autobús repleto, o un casino de lujo donde miles de turistas tocan las fichas con las que hacen sus apuestas.Basta una bandeja de maníes compartida en un aeropuerto o una reunión de ejecutivos que se dan un apretón de manos antes de despedirse.
...