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Breve Historia De Enfermeria


Enviado por   •  15 de Mayo de 2015  •  3.368 Palabras (14 Páginas)  •  300 Visitas

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Breve historia de la

Enfermería en México

Los aztecas vivían en el México precortesiano, eran politeístas, ellos sostenían la visión de que los acontecimientos astronómicos podían afectar las funciones corporales, y a la inversa, el comportamiento humano podía afectar el equilibrio y la estabilidad del universo. La religión azteca combinaba la religión del Estado con el shamanismo. La enfermedad era el resultado de un mal vivir. Ticitl era el hombre o la mujer que se dedicaba a la atención de los enfermos (enfermera). Tlamatqui-ticitl era la partera. La enfermera administraba brebajes, ponía lavados intestinales, curaba dando fricciones, colocaba férulas, vigilaba los temaxcalli (baños de vapor para que sudando se alejaran los malos humores). En el momento en el que se da el encuentro de dos mundos vemos que se inicia en México una nueva etapa histórica, y con esto una nueva manera de practicar la enfermería que ha llegado en nuestros días hasta su profesionalización.

En el México precortesiano las culturas mesoamericanas eran politeístas, existiendo dioses mayores y menores. El Dios más importante era Quetzalcóatl o serpiente emplumada, el Dios de la guerra era Huitzilopochtli y Tláloc el de la lluvia. Una de las culturas que vivían en México eran los aztecas, quienes sostenían la visión única de que la estructura y la función del cuerpo humano replicaban la estructura y organización del universo. Los acontecimientos astronómicos podían afectar las funciones corporales, y a la inversa, el comportamiento humano podía afectar el equilibrio y la estabilidad del universo.

La religión azteca era única por su combinación de una compleja religión de Estado con el shamanismo. Según las prácticas shamanistas todos los fenómenos del medio son animados, el alma puede separarse del cuerpo durante la vida, y puede perderse o alejarse durante el sueño. Un shamán en estado de éxtasis puede proyectar su alma o la experiencia de un estado alterado de la conciencia como parte de la iniciación de un shamán en su actividad. Tiene la adquisición de un poder sobrenatural o medicinal de una fuente externa. Los shamanes eran los agentes elegidos para curar las clases de enfermedades causadas por desequilibrio del universo o por la intrusión de seres de otros niveles cósmicos. El diagnóstico y la cura de estos padecimientos requerían que el curador viajase a esos otros mundos. El viaje al cosmos se lograba por medio del ritual y de la ingestión de psicotrópicos. La curación shamánica sigue teniendo amplia difusión entre grupos nativos de Mesoamérica. Creen también que el poder para curar se adquiere mediante viajes a otros mundos, que se llevan a cabo en estados alterados de la conciencia1.

Además entre los aztecas había reglas que debían cumplir cabalmente para poder tener salud, la que dependía de su virtud; existía una dualidad entre el bien y el mal. Por lo que la enfermedad era el resultado de un mal vivir o sea, por no cumplir las reglas, entonces los dioses castigaban al ser humano, por lo que el enfoque salud – enfermedad era místico. La salud y la felicidad eran resultado del equilibrio de la dieta y de la moderación en el comportamiento2.

Las fuentes aztecas mencionan que padecieron males cardiacos, de modo que se les conocía. La mayor parte de los autores coinciden en que los tumores cancerosos eran poco frecuentes en la población del centro de México. Hay claras evidencias de algunas patologías que dejan huella en los huesos. Eran comunes las fracturas, a juzgar por las señales de reparación y alineamiento que suelen encontrarse en los restos esqueléticos, que en ocasiones están acompañadas por indicios de osteomielitis, periostitis y artritis piógena. También era común el reumatismo en todas sus variedades y lo padecían casi todos los individuos mayores de 35 años, cuyos esqueletos muestran muchas veces deformaciones reumáticas de la columna vertebral.

Habían dos vertientes en el modelo de atención a la salud: el preventivo y el curativo. El modelo preventivo se aplicaba en obras de sanidad que favorecían para que no se presentaran enfermedades y era practicado de manera empírica. En el modelo curativo encontramos que, en los tiempos de Moctezuma se contaba con un hospital, el de Tuihuacan en Tenochtitlan, en donde se atendían a los veteranos de guerra inválidos, ahí se realizaba el traslado y cuidado inmediato de los heridos en combate entendido esto como la práctica de una enfermería militar. La curación de los heridos de guerra era realizada por enfermeros varones.

Además, en el México precortesiano, ticitl “era el hombre o la mujer que se dedicaba a la atención de los enfermos”. El aprendizaje de esta práctica se realizaba a lado de otra u otro ticitl, era un trabajo exclusivo de esclavos o sirvientes. La enseñanza de la medicina era impartida por los sacerdotes, la que era llamada Ticiotl. El médico curaba las enfermedades mediante las propiedades de miles de plantas medicinales, las cuales hasta el momento se siguen utilizando.

Tanto mujeres como hombres podían ser enfermeros o médicos o curanderos en el hogar. La mujer se dedicaba a cuidar enfermos por instinto natural, aplicando remedios usados en ese tiempo, dirigidos a sus familiares cuando se enfermaban, procurando alimentarlos y cuidarlos. Entre los aztecas, la principal figura fue la partera, que se ocupaba de atender a la madre desde que se consideraba embarazada; y luego, daba atención a la madre y al producto durante el parto y los primeros meses del niño; estas mujeres tenían el nombre de tlamatqui-ticitl (significa partera).

La mujer era primordialmente partera, era entrenada por su abuela o madre, quien hubiera ejercido el oficio. Las parteras utilizaban hierbas para acelerar el trabajo de parto y la dilatación del cuello uterino; al iniciar el parto bañaban a la embarazada, realizaban rotación interna del feto cuando la presentación era inadecuada, o efectuaban embriotomías cuando el producto estaba muerto.

La enfermera administraba brebajes, ponía lavados intestinales, curaba dando fricciones, colocaba férulas, vigilaba los temaxcalli (baños de vapor para que sudando se alejaran los malos humores). Entre las diosas de la medicina estuvo Cihuacóatl, que según los mexicanos fue la primera mujer que parió. Pero, en todo caso, la diosa Xochiquétzal fue la propicia para las embarazadas. La diosa Centéotl o diosa de la tierra, lo era también de la medicina. Al respecto dijo Fray Bernardino de Sahagún (1558, citado por Ocaranza, 1995):

“Era la diosa de las medicinas y de las yerbas medicinales; adorábanla los médicos y los cirujanos y los sangradores y también las parteras y las que dan yerbas para abortar”.

Dentro

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