ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

CRISIS DE LOS REHENES

LOCOMBIA15 de Mayo de 2012

3.006 Palabras (13 Páginas)1.126 Visitas

Página 1 de 13

Crisis de los rehenes en Irán

La crisis de los rehenes en Irán, se desarrolló en un periodo de 444 días, durante el cual el nuevo gobierno surgido tras la revolución iraní, tomó como rehenes 66 diplomáticos y ciudadanos de los Estados Unidos de América (EE.UU.).1 La crisis empezó el 4 de noviembre de 1979 y duró hasta el 20 de enero de 1981

El 22 de octubre de 1979 el Sah Mohammad Reza Pahlevi, monarca de Irán, viajó a Nueva York para ser sometido a un tratamiento contra el cáncer. El 1 de noviembre el nuevo líder de Irán, el ayatolá Ruhollah Jomeini, lanzó a su pueblo a manifestarse contra intereses de Estados Unidos e Israel. El 4 de noviembre la embajada estadounidense fue rodeada por un grupo de alrededor de 500 estudiantes iraníes (aunque los números varían entre 300 y 2000) que se dieron a conocer como los Discípulos del Imán. Parte de este grupo islamista se juntó alrededor de la embajada a modo de protesta.

Durante el disturbio y con la confusión, seis personas escaparon y se ocultaron en el apartamento de uno de ellos antes de encontrar refugio en la embajada canadiense, donde les dieron pasaportes falsos, de modo que pudieran dejar la embajada canadiense sin ser identificados. Trece de los rehenes, concretamente las mujeres y los afroamericanos que había en el grupo, fueron liberados entre el 19 y 20 de noviembre, pero los 53 restantes siguieron como prisioneros, si bien un último rehén fue liberado debido a una enfermedad el 11 de julio de 1980.

A menudo, se mostraban los rehenes con los ojos vendados a la población local y a las cámaras de televisión. Los ciudadanos cautivos serían liberados únicamente a cambio de la extradición del Sah a Irán, para ser juzgado por "crímenes contra el pueblo iraní". También ha sido considerado un acto de venganza contra los años en los que Estados Unidos había apoyado la política autoritaria del Sah.

Jomeini era un fuerte antiestadounidense en su retórica, denunciando al gobierno estadounidense como "el Gran Satán" "y el enemigo del Islam".2 De hecho, la embajada ya había sido secuestrada brevemente una vez durante la revolución.

REACCION ESTADOUNIDENSE

el presidente estadounidense, Jimmy Carter, inmediatamente aplicó presión económica y diplomática sobre Irán: las importaciones de petróleo de Irán se cortaron el 12 de noviembre, de 1979, algunos iraníes en EE.UU. fueron expulsados (aunque muchos de ellos no tenían ninguna relación con la crisis o con el nuevo gobierno iraní), y alrededor de 8 mil millones de dólares en activos iraníes en EE.UU. se congelaron el 14 de noviembre de 1979.

En febrero de 1980, el gobierno iraní hizo públicas sus demandas a cambio de la liberación de los rehenes. Exigían la vuelta del antiguo Sah a Irán, aparte de algunos gestos diplomáticos como el reconocimiendo de las acciones que EE.UU. había tomado en Irán (incluyendo el golpe de estado apoyado por EE.UU. contra el primer ministro Iraní en 1953) y la promesa de no volver a interferir en el futuro.

Carter rehusó ceder a las demandas. Jomeini utilizó la situación para consolidar su poder y anular los desafíos del ala moderada de su gobierno, encabezada por su presidente. La euforia por la humillación a la nación más poderosa distrajo al pueblo iraní de las dificultades económicas de su país. Carter, en abril de 1980, rompió relaciones diplomáticas con Irán e impuso un embargo comercial, exceptuando medicinas y alimentos. Los fondos iraníes en EE.UU. quedaban congelados y contabilizados para indemnizar a los rehenes al ser liberados y pagar las demandas de las empresas estadounidenses contra Irán. Un problema de relaciones internacionales se convirtió en un problema electoral. Su principal contrincante, el republicano Ronald Reagan, acusaba a Carter de “estar equivocado desde el principio”. Reagan declaró: "Los rehenes no debieron estar cautivos seis días, mucho menos seis meses."

] INTENTO DE RESCATE

En realidad, el 9 de noviembre de 1979, apenas cinco días después del secuestro del personal de la embajada, Carter ordenó a sus asesores pensar en opciones militares, entre ellas una misión de rescate. Diez días después, el informe estaba en su escritorio. Se propuso bombardear algunas instalaciones petrolíferas de Irán, bloquear el país por mar y llevar a cabo ataques aéreos. Pero, tras la entrada del Ejército Rojo en Afganistán en diciembre de 1979, la Administración no lo consideró oportuno, máxime, recordando que una de las razones que llevó al Ejército soviético a Afganistán fue el temor a una intervención directa de EE.UU. en Irán. Optaron por la opción con menos bajas colaterales. Autorizó a la unidad antiterrorista Luz Azul a planear y entrenarse para la misión. Quería agotar las posibilidades de una solución diplomática. Carter declaró el 8 de enero, en una conferencia de prensa, que descartaba cualquier intento de rescate porque "seguramente fracasaría... y los rehenes morirían". A petición de Carter, el General Omar Torrijos Herrera, Jefe de Gobierno de la República de Panamá, recibió a Pahlevi el 15 de diciembre.

La información sobre la Embajada y sus captores aumentó gracias a las declaraciones de los 13 rehenes liberados en noviembre por los iraníes y por las noticias que suministraban los agentes encubiertos. Las autoridades estadounidenses recibieron varias ofertas. La unidad antiterrorista alemana GSG 9 se ofreció para situar agentes en un equipo de la TV alemana invitado a visitar la embajada.3 El SAS británico brindó su asistencia con información previa a la misión. Las dos ofertas fueron rechazadas.

El 11 de abril de 1980, Carter ordenó iniciar la misión de rescate. Involucraría los cuatro cuerpos de las fuerzas militares: ejército, fuerza aérea, marina e infantería de marina.

]OPERACIÓN: GARRA DE AGUILA

Carter aprobó una misión secreta de rescate, que resultó ser un fiasco: la operación Garra de Águila (Eagle Claw). Al mando del coronel Charles Alvin Beckwith, de las fuerzas especiales.

Diseñó la operación en dos partes: Un grupo se dedicaría exclusivamente a rescatar los rehenes, mientras el otro realizaría ataques de distracción. Seis aviones de transporte C-130 Hércules despegarían de una base aérea egipcia, circunvalarían la península arábiga y aterrizarían en un punto del desierto iraní, cuyo nombre en clave era Desierto Uno, 400 km al suroeste de Teherán. Ahí se les unirían ocho helicópteros, procedentes del portaaviones Nimitz en el cercano golfo Pérsico, que llevarían a los comandos -una fuerza selecta de 90 voluntarios- a la capital, donde el aterrizaje y asalto se coordinarían con marines que llegarían en camiones camuflados con emblemas del ejército iraní. Los pesados vehículos derribarían las puertas del recinto. Tres helicópteros aterrizan en el edificio de la embajada, cubiertos por las ametralladoras de otros tres helicópteros que sobrevuelan el lugar. Noventa soldados de elite desembarcan y se unen a los escuadrones de marines en camiones. Vencen fácilmente a los guardias y liberan a los rehenes. Otro grupo saca tres rehenes que tienen separados en el cercano Ministerio del Interior iraní. Mientras los milicianos iraníes se disparan en medio de la confusión, el comando lleva a los rehenes a abordar los helicópteros. Los rehenes liberados y los comandos viajarían en los helicópteros a Desierto Uno, donde abordarían los aviones de transporte para volar hacia Egipto, a salvo. Tras reabastecerse en los C-130, los helicópteros regresarían al portaaviones.

REAJUSTES

El plan sufrió reajustes. Los helicópteros RH-53 no poseían el alcance suficiente para volar desde Omán o desde un portaaviones hasta el emplazamiento elegido cerca de Teherán, donde debían repostar tomando el combustible de los tanques de goma arrojados por transportes Lockheed C-130. Las pruebas de lanzamiento de estos tanques se retrasaron y resultaron un fracaso. Modificaron el plan de nuevo. En vez de trasladarse a bordo de los helicópteros, la Fuerza Delta volaría hasta el lugar de cita en tres MC-130 Hercules mientras los helicópteros se dirigían hacia el punto de encuentro directamente desde el portaaviones, reaprovisionados desde tres EC-130 Hercules. Los tres EC-130 pertenecían al 7.° ACCS, mientras que los MC-130 se reclamarían a los Escuadrones de Operaciones Especiales 1, 7 y 8, con bases, respectivamente, en Filipinas, Alemania y Florida.

El plan de rescate tomó forma. Una cita en el desierto, a casi 490 km. al sur de Teherán era la alternativa. Tres hombres demostraron el 31 de marzo que era posible aterrizar y despegar en ese sitio. Este punto pasó a denominarse como Desierto Uno y a él transportarían a la Fuerza Delta, allí transbordaría de los MC-130 a los RH-53, que deberían repostar previamente en ese mismo lugar. Después los helicópteros volarían a unos 80 km. al sudeste de la capital iraní, para llegar allí aproximadamente una hora antes de rayar el día. Los RH-53 volarían a continuación hasta un segundo escondite. Después de descansar durante el día, la Fuerza Delta llegaría con las primeras horas de la tarde a Teherán en camión, desechando la escandolosa llegada en helicópteros que no habría pasado desapercibida. Los rehenes serían liberados por asalto directo y evacuados al estadio de fútbol donde los recogerían los RH-53. Dos AC-130 Hercules permanecerían a la espera, uno

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (19 Kb)
Leer 12 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com