Caso de VENEZUELA. VISION DE LA POLITICA PUBLICA DE HUGO CHAVEZ
Jorge Fidel Vilar SorucoEnsayo27 de Noviembre de 2015
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VISIÓN DE LA POLÍTICA PÚBLICA DE HUGO CHAVEZ PARA VENEZUELA: ¿ENRAIZADA EN EL PASADO, CONDENADA EN EL FUTURO?
El capitalismo, dice el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, es la raíz de todo mal. Muchos se preguntan si la empresa privada teóricamente garantizada por la constitución de 1999 que el mismo Chávez se atribuyó antes que él abrazara abiertamente el socialismo─ tiene algún lugar en esta visión utópica.
AUTARQUÍA E INTERVENCIÓN DEL GOBIERNO EN LA ECONOMÍA
A menudo Chávez señalaba a Simón Bolívar como el modelo de su filosofía política, centrado en la visión de Bolívar de una Latinoamérica unificada e independiente. Con el propósito de entender el atractivo popular de las políticas públicas de Chávez, es necesario entender esta visión y la más reciente historia de la autarquía regional.
A principios del siglo XX, la mayoría de los países en Latinoamérica estaban abiertos a la libre empresa y la inversión extranjera; sin embargo, en los años 60, la mayoría de los países adoptaron políticas de auto-suficiencia, sustitución a las importaciones y barreras al comercio y la inversión. Esta posición de autonomía y proteccionismo estuvo acompañada por la intervención “ad-hoc” del gobierno en la economía, como también por la propiedad gubernamental de la infraestructura, minería y varias otras actividades de negocios.
Latinoamérica no fue la única con respecto a este papel del gobierno. En los años 70 y 80, muchos países en desarrollo por todo el mundo impusieron amplias restricciones económicas sobre el porcentaje de propiedad extranjera que se permitía dentro de cada entidad de negocio. La India restringió la propiedad extranjera a un máximo del 40 por ciento; las Filipinas tenía un límite del 60 por ciento; la República de Corea tenía un límite de 49 por ciento y Marruecos limitó la propiedad extranjera a menos del 50 por ciento. Indonesia permitía la propiedad extranjera de hasta el 80 por ciento pero requería que este techo baje al 49 por ciento dentro de los 15 años de la inversión. En otros países, como Ghana, México y Venezuela, las restricciones que apuntaban a sectores específicos cubrían tantas actividades económicas que uno podría considerarlas como restricciones generales.
Los fuertes ingresos de Venezuela de la industria petrolera apoyaron la creencia de que Venezuela no necesitaba la inversión extranjera o los préstamos internacionales. En 1975, un presidente socialista, Carlos Pérez, nacionalizó la industria petrolera. Pérez entonces empleó las ganancias del petróleo para crear más industrias estatales. En consecuencia, en los años 70 y 80, Venezuela recibió muy poca inversión extranjera directa (IED).
Para Venezuela, había un fuerte sentido de afinidad con las naciones andinas vecinas, con la cuales comparten una historia similar. Este sentimiento de parentesco llevó a restricciones de inversión que se distinguían entre los negocios de las naciones favorecidas y aquellos de otros países. En 1969 se formó el Pacto Andino, y Venezuela se convirtió en miembro en 1973. El Pacto Andino aprobó “decisiones” vinculantes debido a cuales de sus miembros prometieron tratamiento nacional para inversionistas de cada país miembro del Pacto, pero las decisiones también erigieron nuevas barreras significativas para las inversiones extranjeras del exterior.
Para Venezuela, como miembro del Pacto Andino, este concepto de economía cerrada incluía a Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú como una región de autarquía. Este conjunto de políticas públicas fue motivado en algún grado por una profunda desconfianza de los extranjeros. Existía el temor de que la inversión extranjera traería dominación política, requiriendo que cada país se alineara a sus políticas con las demandas de poderes imperiales fuertes, y por lo tanto la dependencia sobre la inversión extranjera significaría la pérdida de independencia. El Pacto Andino institucionalizó tanto esta actitud anti-extranjera como el pesimismo sobre los impactos del comercio e inversión internacional.
Para muchos países en el mundo entero, el desarrollo de bloques de comercio regional apoyó esta distinción entre inversiones de países amigos miembros e inversiones de países no miembros. El reunir grupos económicos regionales llevó a sistemas de inversión extranjera de “dos capas” en todo el mundo, con un conjunto de restricciones a la IED aplicadas a los países miembros y otro conjunto aplicado a países que no eran miembros. Los bloques comerciales se convirtieron también en bloques de inversión regional. Por ejemplo, España enfrentó el requerimiento de liberalizar sus restricciones de inversión extranjera en relación a los países de la Unión Europea (UE) como condición para formar parte de la Unión Europea; como lo hizo Canadá al unirse al Tratado de Libre Comercio Canadá-U.S.A. y luego al TLC Norteamericano; como lo hizo México al unirse al TLC Norteamericano y Marruecos esperando unirse a la Unión Europea.
Sin embargo, en los 80s, los precios del petróleo cayeron significativamente, y así también las ganancias de Venezuela. La reacción inicial del gobierno fue aumentar sus préstamos internacionales. En 1989, la deuda de Venezuela estuvo en $35 billones, y su tasa de cambio extranjera experimentó presiones a la baja. Esta presión financiera, resultado de la declinación en los precios del petróleo, fue un motivo básico para abrir la economía y permitir mayor inversión extranjera. Además, las ofertas de ayuda de las organizaciones internacionales, en especial del FMI, incluían explícitamente el requerimiento de que Venezuela liberase su economía.
Las realidades económicas de déficits fiscales y deuda como también la inflación y las crisis de cambio de moneda extranjera obligaron a los líderes de Venezuela a revertir sus políticas de autarquía, las restricciones a la propiedad extranjera, la propiedad estatal y la intervención del mercado. Sin embargo, la presión política del firmemente establecido sentimiento nacionalista y las preocupaciones de los pobres siguieron obligando a los líderes de Venezuela a reestablecer estas políticas. Desde esta perspectiva, Hugo Chávez no defendía una nueva y original agenda política. En vez de ello, Chávez apelaba a una visión pública de largo plazo. Y las debilidades de esa visión estaban encaminadas a reaparecer en el futuro. Chávez parecía condenado a repetir las experiencias de su predecesor, Rafael Caldera.
Venezuela tiene una historia comprobada con la intervención del gobierno. El predecesor del Sr. Hugo Chávez (en la Presidencia), Rafael Caldera, impuso controles en los precios y de la moneda extranjera en 1993 siguiendo un colapso de la banca local que destrozó la economía. Los controles causaron escasez de suministros y el cierre de compañías a tiempo que contenían la inflación artificialmente. Cuando el Sr. Caldera se vio forzado a retirar los controles en 1996 para cumplir con las condiciones para un préstamo del Fondo Monetario Internacional, la inflación se disparó al 103 por ciento. Las consecuencias económicas dañaron el legado del Sr. Caldera ─nadie de su partido de Convergencia le hizo frente al Sr. Chávez en la campaña presidencial de 1998─ y el partido se sumió en la obscuridad.
EL EJEMPLO DEL SECTOR DE LAS TELECOMUNICACIONES
Muchos países consideraban sus sistemas de telecomunicaciones como un elemento crucial de la infraestructura moderna. Como con otra infraestructura, la eficiencia y disponibilidad de los servicios de telecomunicaciones afectaba el desarrollo de toda la economía. Los sistemas de negocios estaban siendo vinculados con un alcance siempre en crecimiento con operaciones en otras ciudades y en otros países. Las comunicaciones directas con clientes, almacenes y otras sucursales de la misma compañía se estaban volviendo cada vez más importantes. Con nuevas tecnologías de telecomunicaciones, los costos de ventas y almacenamiento podrían reducirse, se podría ahorrar tiempo y las modificaciones a los productos podrían facilitarse. La distancia entre equipamiento para hacer negocios y equipamiento de telecomunicaciones estaba desapareciendo. En consecuencia, muchos gobiernos con deseos de estimular el crecimiento económico decidieron tener la propiedad y operar la industria de las telecomunicaciones.
Varias razones realzan la exclusión de la IED de éste sector. Primero, el contenido de los sistemas de telecomunicaciones a menudo involucraba películas, comentarios políticos y emisión de noticias. Cada una de ellas podría ser vista como elementos integrales de la auto-identidad de una nación. Depender completamente de la producción extranjera y la transmisión de tales programas sería renunciar a decisiones importantes sobre el contenido, interpretación y la programación. Las perspectivas extranjeras en estas decisiones podrían ser bastante diferentes de las perspectivas de los pobladores locales. En consecuencia, la propiedad y operación extranjera de los sistemas de telecomunicaciones podrían alterar seriamente la visión individual de los ciudadanos del mundo y el lugar de su nación en éste.
Segundo, muchos trabajos estaban conectados a la industria de las telecomunicaciones. La preocupación por el empleo fue una razón para excluir a las corporaciones transnacionales (CTNs) de la propiedad y operación de estas actividades. Relacionado con esta restricción estaba el deseo de desarrollar la infraestructura de producción local para equipo de telecomunicaciones, en vez de simplemente confiar en los importados, como sería el caso si se permitían las CTNs.
Tercero, se llegó a considerar a la privacidad como un tema importante en las telecomunicaciones, y se expresaron las preocupaciones sobre permitir que los flujos de información fuesen controlados por la CTNs de otros países, ya que estos flujos podrían ser fácilmente desviados entre fronteras.
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