Comentario Texto La Riqueza de las naciones

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TEXTO: La Riqueza de las naciones (fragmento) Es cosa admitida sin dificultad que el descubrimiento y la colonización de América contribuyó a incrementar la actividad económica, no sólo de aquellos países que directamente comercian con ella, como España, Portugal, Inglaterra y Francia, sino de los que, comerciando indirectamente envían por medio de los otros sus producciones, como ocurre con la Flandes austriaca y algunas provincias de Alemania que, por conducto de las naciones antes mencionadas, remiten a América grandes partidas de telas y de otros géneros. Todos estos países han conseguido un mercado más vasto para sus producciones y, por consiguiente, se han visto estimulados a incrementar su cuantía. Pero que estos acontecimientos hayan contribuido también al fomento de la industria de países como Hungría y Polonia, que acaso nunca enviaron a América una sola mercadería de producción nacional, no es del todo punto evidente. Sin embargo, no debe dudarse que aquellos sucesos produjeron en ellos el mismo efecto. En Hungría y en Polonia se consume parte de las producciones americanas, y se solicita el azúcar, el cacao y el tabaco de aquella región del mundo. Tales mercaderías han de ser compradas con el producto inmediato de la actividad económica de Hungría y de Polonia, o con otras cosas adquiridas con aquel producto. Las mercaderías de América son nuevos valores, nuevos equivalentes introducidos en Hungría y en Polonia para ser cambiados por el sobrante de su producción. El hecho de conducirlas hasta allí, abre un nuevo mercado a los productos de su actividad económica interna, eleva el valor de los mismos y contribuye de consuno al incremento de sus cantidades. Aunque jamás llegue a América la más pequeña porción de aquellas producciones, irá a parar a otros países, que la comprarán con una parte de su participación en el exceso de la producción americana, y encontrará un mercado por medio de la circulación comercial que puso originariamente en movimiento aquellos excedentes de la producción del Nuevo continente. Fuente: A. Smith, (ed. 1994) Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones. México, Fondo de cultura Económica. Libro Segundo, p. 527.

Recuerda que os recomendamos seguir el siguiente esquema:

1.- Descripción del grafico

2.- Idea/as importante/s

3.- Contextualización.

4.- Análisis

5.- Conclusiones

Nos encontramos ante un fragmento del libro “Investigación sobre la naturaleza y causas de las riquezas económicas”, escrito por Adam Smith en 1776. Es un texto de marcado carácter económico, donde el autor refleja- aprovechado los flujos que llegaban a Europa desde las colonias americanas- los beneficios de un mercado abierto en las economías locales, contrario por tanto a las pautas mercantilistas, que seguían muchos Estados de la época.

El texto, desarrolla los distintos aspectos positivos de los nuevos mercados e intercambios abiertos entre Europa y América.

Es la segunda mitad del s. XVIII. Europa, mucho más tranquila socialmente que en los siglos anteriores, en los que guerras, hambrunas y epidemias habían dejado su sello, político, económico y demográfico. Que primero ha visto como navegantes de la península Ibérica, habían desarrollado un amplio mercado de intercambios, basados en las riquezas obtenidas en el “nuevo” continente americano a través del “comercio triangular” (con el importante papel de la mano de obra esclava africana, en el desarrollo de la agricultura extensiva de los colonizadores) y como Inglaterra y Países Bajos, aprovechaban su posición económica para entrar en disputa, desplazando a los primeros, especialmente en Asia, para incorporar al comercio de una Europa cada vez más fuerte económicamente, una gran variedad de productos tanto de consumo (obtenidos en plantaciones coloniales en buena parte), como nuevos cultivos que venían no sólo a mejorar la producción agrícola, sino en mayor medida, a mejorar la dieta europea. En conjunto, fomentaba no sólo una mejora demográfica y de calidad de vida, sino cambios diversos en la producción y el consumo de las familias, pero que debían de verse respaldados por cambios políticos y culturales que la Europa feudal, agraria y extensiva, se resistía a modificar. Es el siglo de la Ilustración, de los grandes pensadores y de movimientos sociales como las revueltas inglesas o la Revolución Francesa, que marcarán el paso definitivo de sus protagonistas a la Edad Moderna y a la industrialización.

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