ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Contrata A Amigos


Enviado por   •  6 de Abril de 2015  •  1.206 Palabras (5 Páginas)  •  124 Visitas

Página 1 de 5

La sal de Amón fue un ingrediente muy importante en alquimia, utilizado por los alquimistas árabes del siglo VIII, así como por sus colegas europeos en la Edad Media. En nuestros días el amoniaco se usa principalmente como fertilizante o para la producción de fertilizantes nitrogenados (se estima que el 83% de la producción mundial de amoniaco se destina a este propósito). También se usa comúnmente como componente de productos de limpieza, como fuente de nitrógeno en fermentaciones microbianas, y como precursor de otros compuestos nitrogenados en la industria química.

Aunque el amoniaco, como tal o como alguna de sus sales, puede encontrarse naturalmente en materia orgánica en descomposición, en fumarolas volcánicas, guano, etc., la principal fuente de este compuesto para el hombre deriva de su síntesis industrial. Se estima que cada año el hombre produce industrialmente tanto amoniaco como el que se genera de manera natural en el planeta, y que el 1% de la energía producida por el hombre en el mundo se destina a la producción de este compuesto.

HISTORIA

El amoníaco era conocido por los antiguos, quienes lo obtuvieron a partir de la sal amónica, producida por la destilación del estiércol de camello cerca del templo de Júpiter Amón en Libia (de ahí su nombre).

También se atribuye a los egipcios su descubrimiento, llamándolo amoníaco o sal monacal, en memoria del dios del sol Ra Ammon, ya que en concentraciones elevadas produce severos daños en la salud de las personas, produciendo incluso la muerte.

En Europa, durante la edad media el amoníaco se obtenía calentando los cuernos y pezuñas de bueyes y se llamaba espíritu de cuerno de ciervo. El alquimista alemán Basil Valentine obtuvo el amoníaco libre, y el químico francés Claute Berthollet determinó su composición en torno a 1777.

En el siglo XIX, la principal fuente de amoníaco fue la destilación de la hulla, era un derivado importante en la fabricación de los combustibles gaseosos. Hoy, la mayoría del amoníaco se produce sintéticamente a partir de nitrógeno e hidrógeno en el proceso Haber.

A lo largo de la historia, diversas personas han desarrollado procesos para la obtención de amoniaco por distintos procedimientos químicos. Así, en el siglo XV, un alquimista llamado Basilius Valentinus obtuvo amoniaco mediante el tratamiento del cloruro amónico con álcalis. Años más tarde se obtuvo amoniaco de los cuernos y cascos de los bueyes, mediante destilación de los mismos y neutralización del carbonato amónico resultante con ácido clorhídrico. El amoniaco en forma gaseosa no fue aislado hasta 1774 por Joseph Priestley, aunque la composición de este entonces llamado “gas alcalino” no fue determinada hasta 11 años más tarde, por Claude Louis Bertholet. Sin embargo, la producción de amoniaco a gran escala data de épocas mucho más recientes. Fue en 1909 cuando Fritz Haber desarrolló un proceso para obtener amoniaco a partir del nitrógeno del aire, a un ritmo de 100-125 mL por hora. La empresa química alemana BASF (Badische Anilin und Soda Fabrik; en español: Fábrica de Baden de Bicarbonato de Sodio y Anilina) compró el proceso a F. Haber, y asignó al científico Carl Bosch la tarea de llevarlo a una escala industrial. En 1910 BASF patentó el proceso y el amoniaco comenzó a producirse a gran escala en 1913 en su planta de Oppau, Alemania. Este amoniaco tuvo una enorme importancia estratégica durante la Primera Guerra Mundial, ya que en 1914 Alemania dejó de tener acceso al nitrato de Chile, en poder de los aliados. El proceso de Haber-Bosch proporcionó al bando alemán una fuente abundante de amoniaco para la fabricación de explosivos. De no haber sido por esta invención, probablemente la Triple Alianza hubiese contado con un menor potencial bélico, y este episodio dramático de la historia de la humanidad hubiese sido más corto.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (7.5 Kb)  
Leer 4 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com