Crisis 2001

Consecuencias de la Crisis del 2001

Las consecuencias más importantes de la crisis 2001 fueron: El corralito que consistió en una nueva política económica que introdujo restricciones al retiro de depósitos bancarios, luego los saqueos en los supermercados en donde el presidente De La Rúa decreto el estado de sitio el cual nadie respeto. Otra consecuencia importante fueron las protestas denominadas “cacerolazos” frente a la casa del ministro de economía Domingo Cavallo y en la plaza de mayo, la mayoría de los protestantes eran de clase media con el fin de pedir por la devolución de sus ahorros. Luego el desempleo y la precarización de los empleos disponibles que iban a terminar en un aumento de la pobreza. Y por último la renuncia del Presidente de la Rúa.

La renuncia a la presidencia de Fernando de la Rúa  fue el 20 de diciembre de 2001. El mismo día se hacía cargo del poder ejecutivo el presidente de la cámara de senadores Ramón Puerta el cual pertenecía al partido opositor quien llamo a elecciones. El 23 de diciembre asume Adolfo Rodríguez Saá también del partido opositor, quien prometió que sería reintegrado el dinero sustraído a los ahorristas, y la creación de un millón de puestos de trabajo, a través de los denominados planes Trabajar. También prometió un Presupuesto 2002 austero y un plan de trabajo integral.

El 30 de Diciembre Rodríguez Saá renuncia ya que no tenía el apoyo político necesario lo que desencadena nuevamente una inestabilidad. Ese mismo día  se hace cargo del poder ejecutivo Eduardo Camaño, presidente de la cámara de diputados, que llama a elecciones. El 2 de enero de 2002 asume Eduardo Duhalde, el candidato a presidente del partido de la oposición que había perdido ante De la Rúa en 1999. El gobierno de Duhalde pudo, en parte, estabilizar la economía, aunque la crisis social persistió. Anuncio que serían devueltos los montos sustraídos a la población en la misma cantidad en que habían sido depositados, con la frase: “el que depositó dólares, recibirá dólares”

Una consecuencia muy grande para el país fue el desempleo y la devaluación del poder adquisitivo para los ciudadanos. La tasa de desempleo llego al 21,5% que reflejado en la realidad son 4.832.000 de personas sin trabajo, la cual es una cifra record para el país. A esto se le agregan 1.758.000 que realizan trabajos precarios para subsistir y por último el 27,5% de los trabajadores, según el INDEC, ganaban menos de $200, cuando la canasta básica para cubrir las necesidades de un adulto en ese momento eran de $210.

El fenómeno de la desocupación y la precarización derivaron en un enorme aumento en los índices de indigencia, los cuales de un año a otro, se duplicaron (10,3% en mayo de 2001 a 22,7% en el mismo mes del 2002) y por otro lado los índices de pobreza marcaron un porcentaje de 51,3 en junio de 2002 y un 52,8 en julio. Esto significaba que en Capital y Gran Buenos Aires la pobreza creció a un ritmo de 4 pobres por minuto y en las áreas mas alejadas del conurbano 7 de cada 10 personas eran pobres.

El Corralito

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