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Cruzadas


Enviado por   •  26 de Junio de 2015  •  Tesis  •  3.314 Palabras (14 Páginas)  •  128 Visitas

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LAS CRUZADAS:

Las Cruzadas eran las guerras realizadas por los cristianos durante los siglos XI y XIII, de 1095 a 1291, cuyo objetivo era reconquistar en Santo Sepulcro de la mano del dominio musulmán. Estas guerras fueron luchas de carácter religioso principalmente. Los cristianos marchaban desde el occidente hacia el oriente para así combatir por la cruz. Este signo era muy importante para los cruzados, tan así que incluso lo bordaron en rojo sobre sus vestiduras: de aquí es donde se origina el nombre de las famosas “cruzadas”.

Las Cruzadas fueron realizadas por grandes civilizaciones, ya sean los de las fronteras de Germania, los franceses y los ingleses, y juntos lograron combatir a los infieles, que eran los musulmanes. Toda Europa de Occidente, animada por un gran fervor religioso, luchó durante dos largos siglos para expulsar de esas regiones a los mahometanos. Por esto las cruzadas pasaron a ser más que una lucha por defender la religión cristiana, porque fue tan grande en la historia, que lograron aprobar una profunda unidad que imprimió el cristianismo a la civilización europea durante la época feudal.

Las causas de las cruzadas fueron tanto religiosas como políticas y sociales. A mediados del siglo XI, un nuevo pueblo musulmán, el de los turcos seléuidas, conquistó el califato árabe de Bagdad. Impuso su dominación desde Jerusalén hasta las costas del Golfo Pérsico.

Otras causas contribuyeron a iniciar las cruzadas y a mantener durante casi dos siglos la guerra santa contra el islam: la fe religiosa, el temperamento belicoso de los señores feudales, el atractivo de la lucha en países desconocidos y el afán de conquistar tierras, riquezas y poder en el occidente.

Los sultanes o reyes turcos arrebataron al imperio de Bizancio el Asia Menor, estableciendo su capital en Misea, ciudad que no distaba más de cien kilómetros de Constantinopla. Luego derrotaron a los musulmanes del Cairo (Egipto), se apoderaron de Jerusalén (1078) y conquistaron a toda Palestina y a Siria.

Estas conquistas repercutieron en Europa: el emperador de Bizancio, Alejo I (1087- 1118), solicitó a protección para los cristianos de oriente al Papa Urbano II. La gestión no fue mal recibida por el Papa, pues la concesión de la ayuda pedida podía significar la reunificación del cristianismo bajo, bajo la égida de los pontífices romanos. Los peregrinos cristianos que regresaron de los Santos Lugares, relataron las persecuciones y crueldades de que habían sido objeto por parte de los turcos, que no guardaban para con ellos la tolerancia practicada hasta entonces por los musulmanes del califato del Cairo.

PRIMERA CRUZADA:

Se cree que las Cruzadas comenzaron el día jueves 27 de noviembre de 1095, en una ciudad de Francia llamada Clermont-Ferrand. Ese día, el Papa Urbano II convocó a muchos seglares y clérigos que asistían a un concilio en esa ciudad, y mientras los predicaba, dio la idea de armar una Cruzada para recuperar Jerusalén, y les pidió a sus oyentes que se unieran a ella. Sin embargo, ellos aceptaron decididamente y fueron en busca de más aliados. Se reunieron alrededor de 60.000 personas y se formaron cuatro grupos con ellas, a cargo de Godofredo de Bullón, donde cada uno tendría su destino; así estuvieron listos para partir en agosto del año 1096. Aunque varios eran franceses, otros provenían del sur de Italia, y de las regiones de Borgoña y Flandes. La idea era que todos los grupos llegaran por separados a Constantinopla, donde se realizaría un contraataque, junto al emperador Alejo I Comneno y su ejército, en contra de los Selyúcidas, que habían conquistado Anatolia. Cuando esto se lograra y todo estuviera bajo control, todos los cruzados realizarían una campaña contra los musulmanes de Siria y Palestina, siendo Jerusalén su objetivo fundamental. El emperador Alejo presionó a los cruzados para que éstos le devolvieran cualquier territorio bizantino que habían conquistado antes, y los cruzados empezaron a tener sospechas contra los bizantinos. Sin embargo, atacaron Antonia y sus habitantes se rindieron frente a los bizantinos.

Luego, los cruzados se encontraron con el ejército Selyúcida, y lo vencieron casi completamente. Después les tocó conquistar Antioquia, y apenas llegaron allá, un ejército turco

Los atacó, que aunque llegaron, lo hicieron demasiado tarde. Aquí, en Antioquia, los cruzados permanecieron descansando hasta fines de noviembre de 1098. Iniciando el último tramo de su viaje, evitaron atacar ciudades, porque así sus tropas se mantendrían intactas y numerosas. Llegaron a las fronteras de Palestina y acamparon muy cerca de las murallas de Jerusalén. Al verse en frente de Jerusalén, que estaba protegida por un ejército muy numeroso, no se detuvieron, ya que vieron que el suyo estaba bien preparado para el ataque. El 15 de julio tomaron Jerusalén y masacraron a casi todos sus habitantes, dejándola purificada de la sangre de los infieles.

SEGUNDA CRUZADA:

La segunda cruzada se origina en 1114, a causa de la consternación que sintió la cristiandad en occidente cuando cayó Edesa, una importante ciudad cristiana, en manos de los turcos que quedaban en Jerusalén. Para las fuerzas cristianas de Jerusalén, era necesario contar con otro hombre, tan elocuente como el Papa Urbano II, llamado Bernardo de Clairviaux. Éste hombre llegó a ser la figura principal de la Iglesia en Occidente. Él sólo quería defender aquellos lugares en que Jesús había estado, y al saber que estos lugares estaban siendo amenazados por los infieles, sólo se preocupó de convencer a los nobles de Europa para defenderlos. Luis VII, el rey de Francia de esa época, fue el primero en escuchar a Bernardo. Pero había un problema: Luis VII había estado en conflictos con el Papa anteriormente, por causa del nombramiento de un arzobispo, y más encima había matado a muchas personas que habían estado buscando refugio en una iglesia, aunque no tuvo intención de hacerlo. Aun así, el rey estaba completamente dispuesto a reivindicarse con la Iglesia, y ésta era la mejor forma de hacerlo. Durante la ceremonia del Domingo de Resurrección de 1146, Bernardo aprovechó la presencia de varios nobles súbditos para predicar su idea de hacer una segunda Cruzada, y al igual que en la primera, toda Francia estaba dispuesta a luchar. El emperador germánico, Conrado III también estuvo dispuesto a luchar junto a los franceses y se aliaron. Iniciaron sus rutas separadas a través de los Balcanes, y se reunieron nuevamente en Constantinopla, en la corte del emperador Manuel Comneno, nieto de Alejo, quien para dejar que continuaran la Cruzada, hizo que Luis y Conrado se inclinaran ante él. Los dos ejércitos se internaron en Asia Menor,

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