Cuento constitución

Erase una vez un pueblo recién fundado donde los habitantes trataban de lelvarse bien pero siempre surgían problemas entre ellos pues a veces no se respetaban y terminaban peleando unos con otros.

Cansados de esta situación decidieron reunirse para llegar a un acuerdo sobre como resolver el problema. Uno de ellos dijo:

-Tenemos que dejar de pelear

-Si pero sólo si todos nos respetamos

-Estoy de acuerdo pero voy a pedir que no tomen mis pertenencias

-y yo quiero que dejen de tirar basura en las calles

-Yo también tengo algo que pedir, que los vecinos que destruyeron mis plantas se les haga pagar

Todos empezaron a decir su opinión y dejaron de escuecharse hasta que un hombre mayor dijo

Si solo hablamos y no escribimos los acuerdos, en poco tiempo los habremos olvidado y volveremos a estar como al principio. Que les parece si los escribirmos

-Pero somos muchos dijo alguien. Esto nos va a llevar muchísimo tiempo

Y si nos dividimos por calles y cada quien elige un representante que lleve nuestras peticiones

-Me parece una excelente idea! Cada quien elija un  representante y coméntenle todas sus inquietudes y nos vemos mañana a esta hora aquí en la plaza para votar por las reglas mas importente y empezar a escribirlas.

Fue así como al día siguiente llegó un representante que llevó peticiones de campesinos que querían que fueran respetados sus tierras, otro representante hablo del trabajo para que hubiera salarios más justos y jornadas de trabajo, otro que pedía que todos los niños pudieran ir a la escuela y todas fueron votadas e incorporadas a en un libro al cual le pusieron por nombre CONSTITUCIÓN.

Desde ese día cada vez que hay un conflicto los habitantes consultan ese libro para saber quien tiene razón y de qué forma solucionarlo, además de que ya se respetan y se llevan mejor.

Hoy recordamos la promulgación de la Constitución mexicana del año 1917, la carta magna que establece el marco político y legal para la organización y relación federal con los Estados de México, los ciudadanos y todas las personas que residen en el país. Su contenido, desde su creación y hasta la actualidad, ha sido reformado más de 500 veces para ajustarse a la realidad.

El documento donde se fijan las leyes que rigen y protegen la convivencia ciudadana en la nación, fue un gran aporte de la tradición jurídica mexicana al constitucionalismo universal ya que fue la primera en incluir los derechos sociales. Lo hizo dos años antes de la Constitución de Weimar de 1919, en Alemania.

La carta magna de 1917 surgió luego de las reformas realizadas a la de 1857. Esos cambios habían sido ordenados por Venustiano Carranza, en su carácter de primer jefe del Ejército Constitucionalista, encargado del Poder Ejecutivo en 1916.

El documento se caracteriza por ser federalista en comparación a las anteriores que han sido centralistas y reconoce la soberanía, es decir, la libertad de cada uno de los estados que aunque se rigen conforme a una sola Constitución, reconocen un poder central que organiza y representa a toda la República.

La forma de gobierno siguió siendo republicana, representativa, demócrata y federal. Sin embargo, se refrendó la división de poderes en Ejecutivo, Judicial y Legislativo, el cual dejó de ser unicameral para dividirse en cámaras de Diputados y Senadores.

Otro de los cambios fue que se ratificó el sistema de elecciones directa y se decretó la no reelección, suprimiendo la vicepresidencia y dando mayor autonomía al poder Judicial y más soberanía a los estados. A raíz de ello, se creó el municipio libre y se estableció un ordenamiento agrario en el país relativo a la propiedad de la tierra.

Además, determinó la libertad de culto, la enseñanza laica y gratuita y la jornada de trabajo máxima de 8 horas así como el reconocimiento a las libertades de expresión y asociación de los trabajadores.

Una de las importantes reformas fue la de 1953, en las que se otorgó derecho al voto a las mujeres. En los cambios instrumentados en 1969 se concedió la ciudadanía a todos los mexicanos mayores de 18 años así como las sucesivas reformas electorales de 1977, 1986, 1989, 1990, 1993, 1994, y 1996 destinadas a garantizar elecciones plenamente legales, limpias, imparciales y respetuosas de la voluntad popular.

A esto se suma que actualmente, por mandato constitucional, el voto es universal, libre, directo y secreto para los cargos de elección popular y los partidos son entidades de interés público.

Las elecciones federales son organizadas por una institución autónoma, el Instituto Federal Electoral, que está guiado por los principios de la certeza, la legalidad, la independencia, la imparcialidad y la objetividad.

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