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Democracia Y Cultura De La Lalidad

nicky047 de Junio de 2013

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I N T R O D U C C I Ó N

En este ensayo les hablare sobre la “Democracia y la Cultura de la legalidad” esto nos quiere dar a entender cómo es que la democracia ha sido la base fundamental en nuestro país para tomar decisiones al elegir el cambio de gobernante; pero también nos trae consigo la cultura de la legalidad, y como es que supuestamente una cultura para hacer todo legalmente…aun que en muchos de los casos esto ni siquiera se respeta, es por eso que yo los invito a que lean este documento y con ello se tenga un mejor concepto y usted mismo forme su propia perspectiva.

• Democracia nos referimos a que: Esta palabra procede del griego demos, pueblo, y cratos, poder, autoridad. Significa el predominio popular en el Estado, el gobierno del pueblo por el pueblo; o, al menos, a través de sus representantes legítimamente elegidos, que ejercen indirectamente la soberanía popular, en ellos delegada.

• LEGALIDAD. Calidad de legal o proveniente de la ley. Legitimidad. Licitud. Régimen político fundamental de un Estado; especialmente el establecido por su Constitución.

Ahora que ya tenemos mas conocimientos sobre a lo que nos referimos procedo a seguir con trabajo antes mencionado; en cual estudiaremos mas a fondo sobre este tema tan importante como es la democracia y la cultura de la legalidad.

C U L T U R A D E L A L E G A L I D A D

I.- Algo sobre la cultura y sobre la ‘‘cultura de la legalidad’’

Desde las décadas de 1940 y 1950 los estudios culturales y el énfasis en la cultura de las ciencias sociales fueron cobrando fuerza. En concreto, surgieron diversos estudios que desde distintas disciplinas (destacadamente la sociología y la antropología), indagaban el impacto que las diversas culturas podían llegar a tener en el desarrollo político y, sobre todo, económico de los diferentes países y regiones del planeta.

Tiempo después, en 1963, apareció una obra que tendría un impacto innovador en los estudios culturales: The Civic Culture, de Almond y Verba. La originalidad del estudio de estos autores radicó en que se preguntaba cuál era el tipo de ‘‘cultura’’ política que correspondía a la democracia como forma de gobierno.

Desde de épocas anteriores se ha tratado de estudiar la cultura y la legalidad, con el fin de llegar a un mutuo a cuerdo y con ello descubrir el verdadero énfasis, objetivo y punto de interacción de la democracia y el afán de crear una cultura de la legalidad.

A pesar del impacto inicial que tuvieron los estudios culturales, en las décadas siguientes perdió fuerza el interés por los mismos. En su lugar, los estudiosos comenzaron a buscar otras explicaciones, como la dependencia o el colonialismo, para entender la brecha entre los países desarrollados y los subdesarrollados; a pesar del impacto inicial que tuvieron los estudios culturales, en las décadas siguientes perdió fuerza el interés por los mismos. En su lugar, los estudiosos comenzaron a buscar otras explicaciones, como la dependencia o el colonialismo, para entender la brecha entre los países desarrollados y los subdesarrollados; el Centro de Asuntos Internacionales de la Universidad de Harvard publicó en 1985 un libro de Lawrence Harrison, ex funcionario de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional, específicamente orientado a Latinoamérica: El subdesarrollo está en lamente: el caso latinoamericano. La conclusión que Harrison desprendió de sus estudios de caso confirmó su hipótesis: la cultura parecía ser un obstáculo fundamental para el desarrollo de los países latinoamericanos.

Con todos estos estudios el objetivo sobre el estudio de la cultura parecía perder el interés pero gracias a la publicación del libro de la Universidad de Harvard volvió a su camino gracias a la comprobación que Harrison desprendió de sus estudios, con esto compro finalmente lo que él tenía en mente

Pues con esta obra como después ya no estuvieron muy de acuerdo pues es algunas partes les parecía un poco racista y por ello invitaban al autor a retomar la dirección inicial sobre la cultura. Ya que para ellos les parecía un poco desviado la idea con la que Harrison había estado trabajando.

CULTURA POLITICA

El interés por la cultura de la legalidad se inserta en este contexto académico/intelectual; ‘‘cultura de la legalidad’’ es una noción distinta que ‘‘cultura política’’ y evoca un universo conceptual que se refiere a un conjunto de fenómenos más específico y acotado que el que inspiró las reflexiones weberianas.

En su sentido amplio la cultura puede significar, al menos, dos cosas relacionadas entre sí: a) los modos de vivir y de pensar compartidos, y b) todo el conjunto de conocimientos, creencias, artes, leyes, usos y costumbres que las personas adquirimos y compartimos como miembros de una sociedad determinada; Cuando hablamos de la cultura política de una sociedad determinada nos referimos al conjunto de conocimientos, creencias, usos y costumbres, etc., de los miembros de esa comunidad en relación con ciertos aspectos específicos de la vida colectiva como son, precisamente, los políticos. Lo que ocupa nuestra atención no es propiamente el comportamiento político de los miembros de una colectividad, sino su adhesión o apego hacia el conjunto de instituciones y acciones concretas que orientan dicho comportamiento.

Una vez más el termino cultura tuvo diverso problemas para su acepción, pero con esto se llego a la conclusión que la cultura puede tener dos términos con los que se le puede identificar o conocer más fácil de entender y poner en práctica.

II. Cultura de la legalidad y Estado de derecho

¿QUÉ RELACIÓN EXISTE ENTRE LA CULTURA POLÍTICA Y LA CULTURA DE

LA LEGALIDAD?

la cultura política es apenas una parte de la cultura y la cultura de la legalidad es solamente un aspecto interconectado con la primera. La cultura de la legalidad es un aspecto importante y estrechamente relacionado con la cultura política, pero que no se agota en la misma: la cultura de la legalidad puede estudiarse en sí misma como una variable independiente. No obstante, la relación entre la política y el derecho es de interdependencia recíproca. Como lo dice Norberto Bobbio, el concepto principal que los estudios jurídicos y los políticos tienen en común es, en primer lugar, el concepto de poder’’. En la modernidad, el derecho es producto del poder político y sin éste no puede aplicarse; la legitimación del poder es, en última instancia, una justificación jurídica. Mientras el derecho no puede existir (o carece de toda eficacia) sin un poder capaz de crearlo y de aplicarlo, un poder sólo es legítimo, no un mero poder de hecho, cuando encuentra fundamento en una norma o en un conjunto de normas jurídicas. Max Weber propuso una fórmula, la del poder legal racional, que sintetiza ambos principios a la perfección: el único poder legítimo y, en cuanto tal, generalmente obedecido, es aquél que

se ejerce en conformidad con las leyes. El poder político es el ‘‘monopolio de la fuerza legítima’’ y, en su forma predominante en la modernidad, la legitimidad es fundamentalmente jurídica.

Aquí en estos conceptos sobre la cultura de la legalidad y de política no debemos confundirnos pues dice que la cultura de la legalidad y la cultura son términos ligados pero con diferentes aplicaciones y significados distintos es por ello que no debemos confundirnos al querer aplicar el error por que como bien lo menciona Norberto Bobbio ya que la legalidad se puede manejar como un termino de variable independiente.

Podemos decir que la legitimidad es un concepto eminentemente político que se refiere a la cuestión de quién gobierna, pero que, en principio, no nos dice nada sobre la actuación legal o ilegal del gobernante. Y, ¿qué tiene que ver esta distinción con la cultura de la legalidad? Lo que sucede es que también es posible cuestionar la legitimidad (política o moral) de una determinada norma jurídica. Es decir, podemos cuestionar la legitimidad de una legalidad determinada, ya sea porque cuestionamos o desconocemos legitimidad de la autoridad que la dicta o porque nos parece que dicha norma no se encuentra (moral o políticamente) justificada.

LA LEGALIDAD: CONCEPTO, VISIONES Y DISTINCIONES

Como podemos observar, nuestro tema es un rompecabezas con muchas posibles soluciones: las piezas pueden acomodarse de diferentes maneras y se obtendrán figuras desiguales. Los dos conceptos que lo integran, la cultura y la legalidad, son llaves que abren muchas puertas. Además, son objeto de múltiples interpretaciones: sociológicas, antropológicas, históricas, filosóficas, jurídicas. Por eso, una vez que sabemos, al menos en sus rasgos generales, lo que es la cultura y cuál es la vinculación que existe entre la (cultura) política y la legalidad, es oportuno detenernos en los alcances e importancia de este último concepto.

Desde el pensamiento griego clásico la legalidad en el ejercicio del poder ha constituido un criterio para distinguir el ‘‘buen gobierno’’ del ‘‘mal gobierno’’. En la obras de Platón y de Aristóteles son recurrentes las disertaciones sobre las bondades y defectos del binomio ‘‘gobierno de los hombres’’ vs ‘‘gobierno de las leyes’’.

Así como de esta manera se presta para un debate sobre el gobierno de los hombre y d las leyes. Claro que para disertar este te es de esperar una gran controversia entre ambos términos entre si es o no es.

Una doble fórmula es la clave jurídica del proyecto liberal: a) el gobierno que actúa sometido y bajo mandato expreso

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