Deporte Y Guerra

EL DEPORTE Y LA GUERRA

En un principio, parece que el deporte se encontraba muy ligado a la actividad militar. Los ejércitos, para ganar las guerras, necesitaban soldados bien entrenados. Así fueron apareciendo por todo el planeta las carreras a pie, las competiciones de tiro con arco y los combates de lucha cuerpo a cuerpo. Quien dominaba estas disciplinas era considerado un buen soldado. Pero con el tiempo, la práctica de estas actividades se fue desligando de la guerra. No hacía falta matar a nadie para hacer una carrera y ver quién era el más rápido entre un grupo de personas.

Ni tampoco era necesario declarar ninguna guerra para lanzar flechas con un arco y ver quién hacía más dianas. También se podía luchar cuerpo a cuerpo sin intención de herir al oponente, sólo con el fin de saber cuál de los contendientes era el más fuerte y hábil. Posteriormente, a muchos de estos deportes se añadirían otros que ya no tenían nada que ver con el ejército, y sí con un curioso objeto redondo que denominamos pelota. Muchos de esos deportes primigenios con pelota se parecen bastante a deportes actuales como el fútbol, el rugby, el balonmano o el baloncesto.

La Batalla de Maratón

Una relación muy conocida entre el deporte y la guerra la encontramos en la prueba atlética del maratón. Esta prueba está inspirada en una leyenda acerca de la gran batalla de Maratón (siglo V a. C.), un enfrentamiento en el que los atenienses derrotaron a los persas invasores pese a estar en inferioridad numérica. La leyenda explica que un soldado ateniense, Filípides, después de ganar la batalla, recorrió los 42 kilómetros que separan la llanura de Maratón de la ciudad de Atenas para anunciar la victoria griega sobre los persas. Al llegar sólo pudo decir "¡Nenikékamen!" ('¡hemos vencido!'), y a continuación cayó muerto. Otras versiones afirman que sólo dijo "Niké", el nombre de la diosa griega de la victoria (de ahí la denominación de la famosa marca deportiva). Esta leyenda fue recuperada en 1820 por Elizabeth Browning en un poema romántico titulado “La batalla de Maratón”, que fija la leyenda de Filípides tal como la conocemos hoy.

La historia entusiasmó tanto al barón de Coubertin, que en los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna (Atenas 1896) incluyó una nueva prueba atlética: el maratón, una carrera de 41,8 km que no se correspondía con ninguna prueba de la antigüedad.

En los Juegos Olímpicos de Londres de 1908, la carrera pasó a ser de 42 kilómetros y 195 metros, ya que ésta era la distancia entre Windsor y el estadio olímpico

EL CUJU: EL ANTECEDENTE MÁS REMOTO DEL FÚTBOL

Hoy en día estamos acostumbrados a ver a las grandes estrellas del fútbol por televisión, convertidos en ídolos de masas y cobrando unos sueldos astronómicos. Pero no siempre ha sido así. Hay constancia de un deporte aparentemente muy similar al fútbol actual en China hace más de 2.000 años: el cuju. Aunque no había estrellas ni fichajes multimillonarios, el cuju tenía muchas similitudes con el fútbol moderno: competían dos equipos con el mismo número de jugadores, la pelota se jugaba con el pie y había que introducirla en una portería, e incluso había un árbitro. Parece que inicialmente se trataba de un ejercicio para los soldados que se hizo muy popular entre todos los sectores de la población, tanto ricos como pobres. El emperador y muchos nobles tenían unas pistas privadas donde podían jugar o ver los partidos. Con el tiempo, el cuju evolucionó hacia una profesionalización y comercialización, y los mejores jugadores se hacían famosos. De hecho, el cuju fue tan popular que incluso hay constancia de mujeres que lo practicaban, hecho muy inusual en los deportes más antiguos

EL HARPASTUM: EL JUEGO DE PELOTA DE LOS ROMANOS

El harpastum fue un deporte muy popular en el Imperio Romano, aunque sus orígenes los encontramos en la antigua Grecia. Se trataba de una especie de rugby que se jugaba con una pelota bastante pequeña, similar a las usadas en el tenis. Este deporte se practicaba en un terreno de juego rectangular. Muy pronto se hizo tan popular que muchas familias nobles de Roma hicieron construir pistas de harpastum en sus propiedades. Pero no es que a las familias nobles les gustara mucho jugar al harpastum, lo que les gustaba era ver los partidos como espectadores, sólo como entretenimiento. Lo que hacían era alquilar jugadores de harpastum profesionales, organizar el partido en una finca de su propiedad y traer invitados para que disfrutaran del espectáculo.

EL POLO: CABALGANDO POR LAS ESTEPAS

El polo es otro de los deportes más antiguos que se conocen, pero a diferencia de los que acabamos de ver, ha perdurado hasta nuestros días y sigue siendo un deporte bastante practicado. Los primeros testimonios que nos han llegado de la práctica de este deporte datan del siglo V antes de Cristo. Se originó en Persia (el actual Irán), y como muchos otros de estos deportes antiguos, tiene un origen militar. Inicialmente era un método de entrenamiento

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