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Derechos Humanos


Enviado por   •  16 de Octubre de 2013  •  2.928 Palabras (12 Páginas)  •  195 Visitas

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Los derechos humanos a través de la historia.

Los derechos humanos responden a exigencias humanas universales. Sin embargo, en su configuración específica son un producto de la modernidad. Su consolidación resultaría impensable por fuera de algunos fenómenos concomitantes que definen la modernidad en el plano ético-político: separación de niveles entre moral, derecho y religión; consolidación de un Estado no confesional y laico; derrumbe del ordenamiento social feudal por estamentos y surgimiento de una individualidad libre.

Este interés por el hombre supone a su vez el surgimiento de un nuevo tipo de individuos, que perciben el orden feudal como una jaula que limita o recorta sus proyectos de una vida libre, forjada de acuerdo con pautas dictadas por su propia razón más que por la tradición y la costumbre. Como bien lo destaca E.Fromm, en la época feudal las personas se encontraban atadas a un determinado lugar y al papel desempeñado en el interior de un orden social aceptado como inmutable. Lo que implica la escasa o nula posibilidad de pasar de una clase a otra: el lugar de nacimiento acababa por definir el destino del individuo, quien por lo general sufría serias limitaciones en cuanto a la posibilidad de elegir una profesión o una forma de vida. Al poseer desde su nacimiento un lugar específico en un todo estructurado, el individuo se identificaba a tal punto con su papel que se percibía a sí mismo como «campesino, artesano o caballero, más que como un individuo a quien le había ocurrido tener esta o aquella ocupación». En la época humanista, en que se empieza a gestar el tránsito a la modernidad, sale a la luz en cambio un nuevo gusto por la libertad, ligado a su vez con transformaciones profundas en el interior de las personas: una cantidad siempre más apreciable de individuos aspiran ahora a elaborar una imagen original acerca del mundo y a configurar su existencia de acuerdo con patrones elaborados por su propia conciencia, en contraste con la actitud anterior dominada por el deseo de adecuarse a la armonía del orden social establecido. En esta época se empieza a advertir con especial fuerza el surgimiento de un nuevo sujeto humano, caracterizado por el énfasis en la interioridad y el deseo de autonomía, tanto en el plano de la esfera pública como en su propia vida privada, que constituye el supuesto ineludible para la teoría de los derechos. Para el hombre de la antigüedad clásica o de la edad media, -quien se concebía a sí mismo como un miembro de la polis o del imperio-, hubiera sido impensable expresar sus reivindicaciones apelando al lenguaje de los derechos; resultaba más natural hablar de las obligaciones frente a la totalidad superior de la que su existencia particular derivaba valor y sentido.

B. La primera formulación de la idea de dignidad humana

El aporte más evidente de los humanistas a la teoría de los derechos del hombre tiene que ver con la exaltación de la dignidad humana, el valor que se ha transformado en el soporte moral de los derechos humanos, definidos por muchos autores contemporáneos como la traducción en términos jurídicos de valores éticos fundamentales como la dignidad y la libertad. Así lo sugiere el texto de la Declaración

Universal de la ONU, que presenta «la fe en la dignidad y el valor de la persona humana» y el reconocimiento de un valor intrínseco para todo ser humano

-independientemente de las diferencias de raza, nacionalidad, sexo, status, etc.>, como el fundamento de los derechos concretos.

La moraleja de este relato es evidente: puesto que el hombre no se encuentra atado a una forma dada de antemano que determine y oriente su actuación, se ve obligado a inventar, casi que de la nada, el orden que quiera conferirle a su existencia y al sistema de relaciones con los demás. Lo que él llegue a ser dependerá de su actuación libre y de su esfuerzo creador. Así que el hombre se crea a sí mismo; es el protagonista activo de su propia historia y de hecho se hace actuando. Es interesante anotar que Pico sigue utilizando la idea cristiana de dignidad humana sustentada en la creación del hombre como un ser creado a imagen y semejanza de Dios. Sólo que esta semejanza adquiere un sentido distinto, en la medida en que el hombre comparte con la divinidad el atributo más elevado: la misma capacidad creadora. Gracias a este destino excepcional, el género humano se ubica por encima de los animales, condenados a repetir constantemente el ciclo vital impuesto por su naturaleza y sus instintos, pero también por encima de los mismos seres celestiales, obligados desde la eternidad a permanecer lo que siempre han sido. Sólo la libertad permite un desarrollo y una historia.

La exaltación humanista de la dignidad responde a los adelantos sin precedentes de las capacidades creadoras y del desarrollo de la cultura. Los hombres de ese entonces parecían disponer de razones poderosas para ensalzar la dignidad humana: un renovado interés por las letras y las ciencias -favorecido también por los aportes de los bizantinos cultos que huyeron hacia Italia y Florencia después de la conquista de Constantinopla por parte de los turcos (1453)-, un florecimiento sin precedentes en cuanto a creaciones artísticas, el descubrimiento de la perspectiva, la exigencia de rigor en la geometrización del arte, etc. Pronto vendrían el encuentro con un nuevo mundo y con nuevas culturas, al igual que la oportunidad ofrecida por la imprenta de ensanchar de manera hasta ese momento insospechada las posibilidades de comunicación entre los humanos.

C. El tema de la dignidad humana en el debate sobre la Conquista

Gracias al encuentro con el nuevo mundo, la exaltación de la dignidad humana adquiere de pronto una relevancia práctica insospechada. Con el descubrí- miento y la conquista entra en primer plano la cuestión relativa al status de los habitantes del nuevo mundo, y más en concreto a la posibilidad o no de extenderles la dignidad y los privilegios peculiares de la especie humana. En el intenso debate político y moral que acompaña las hazañas guerreras, salen a relucir los temas relativos a la igualdad originaria en, tre los hombres y la dignidad inherente a todos ellos.

1. La denuncia por parte de Las Casas del trato inhumano y degradante impuesto a los habitantes de América.

El encuentro con los habitantes del continente recién descubierto ' una denominación algo eufemística para referirse a la conquista ' está marcado por la voluntad de explotación, la barbarie y la violencia. El texto del así llamado «requerimiento», ideado para justificar jurídicamente la Conquista, es una muestra elocuente de los atropellos sin límites

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