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Desarrollo Hostorico De Mexico


Enviado por   •  15 de Junio de 2015  •  1.808 Palabras (8 Páginas)  •  242 Visitas

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En este trabajo se revisa con más detenimiento el pensamiento de GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS, por varios motivos, aunque paralelamente se van recuperando ideas de otros intelectuales. Gaspar Melchor de Jovellanos fue un fiel representante de la época que le tocó vivir, mostró especial preocupación por la educación del pueblo, esto es de los ciudadanos comunes y corrientes, fue el único que aportó un plan de instrucción pública y ejerció gran influencia en la Constitución de Cádiz en la parte correspondiente a la organización de la educación, y por ende en los primeros proyectos educativos que se elaboraron en el México Independiente.

Melchor Gaspar de Jovellanos (1744-1811), funcionario, escritor y político asturiano fue desterrado dos veces de Madrid ; la primera por haber defendido a su amigo el Conde de Cabarrús quien durante el reinado de Carlos III se había desempeñado como Ministro de Hacienda, y la segunda según sus biógrafos, por tratar de promover la desamortización voluntaria de los bienes eclesiásticos, provocando con ello que lo inquisidores lo acusaran de Jansenista, y también debido a que Godoy, primer ministro, "no pudo soportar sus triunfos, sus ideas políticas y la libertad con que informaba al monarca". [MCT 757]En esta segunda ocasión, primero fue desterrado (1798) y posteriormente (1801) encarcelado en la Cartuja de Valldemosa, en la isla mediterránea de Mallorca, donde quedó recluido por casi siete años, hasta que FERNANDO VII lo perdonó en 1808.

Jovellanos alternó sus funciones de naturaleza política -entre otros cargos ocupó los de Secretario de Gracia y Justicia (1797) y miembro de la Junta Central, para la comisión de instrucción pública (después de 1808) con la investigación historiográfica y paleográfica. Desde 1774 entró en contacto con sociedades y academias que agrupaban a los ilustrados españoles; estos espacios fueron utilizados para discutir y difundir las nuevas ideas. Escribió poesía y sobresalió en la sátira "censoria de las costumbres y las letras" y redactó un sinnúmero de informes, dictámenes y discursos sobre tan variados y diversos temas que no es posible siquiera enumerarlos aquí. Sus trabajos abarcaron con la misma profundidad cuestiones científicas, artísticas y literarias, aunque su obra más notable, según los expertos, es su "Ley Agraria". Fue miembro de varias academias, entre otras las de Historia, Nobles Artes de San Fernando y de las Academias de Cánones y Derecho Patrio fundadas por Carlos III. Fundó en Sevilla escuelas patrióticas de hilaza para mujeres y personalmente se ocupó de buscar desde los edificios que ocuparían las alumnas hasta los maestros expertos que las dirigirían, y en Gijón erigió el Instituto Asturiano en 1794, en el que se enseñarían ciencias exactas y naturales. [MCT 758]

Además de la fundación de estas instituciones educativas, su aportación directa al mejoramiento de la educación y la instrucción la encontramos en varios documentos que confirman no sólo su profunda preocupación por la educación y la enseñanza de la niñez y juventud, sino la visión que tenía de la necesidad de un marco formal que organizara, normara y uniformara la instrucción pública española. Entre otros redactó el Reglamento del Colegio Imperial de Calatrava, que en opinión de algunos autores "constituye el plan de enseñanza más completo y perfecto que hasta entonces hubo en Europa", Bases para la formación de un plan general de Instrucción Pública y Memoria sobre educación pública, o sea, Tratado teórico práctico de enseñanza. Elementos de estos dos documentos se recuperaron en la Constitución de Cádiz y en los primeros proyectos educativos del México independiente.

Para Jovellanos, como para otros pensadores españoles, el origen de la prosperidad de una nación se encuentra en la instrucción pública, en el entendido de que la prosperidad de un individuo o una nación no sólo la constituye la riqueza material, también forman parte de ésta la sabiduría, las cualidades morales, las virtudes, los valores y las buenas costumbres. En consecuencia, si el bienestar económico y social de una nación depende de cierto grado de educación formal de sus miembros, entonces todos los sectores sociales tienen derecho a ser instruidos, porque "la deuda de la sociedad hacia ellos será igual para todos y se extenderá a la universalidad de sus individuos. [MCT 759]

La educación que se ofreciera a los grupos sociales más desprotegidos, que tradicionalmente no habían tenido acceso a ésta por varios motivos, entre otros el de la pobreza, tendría que ser gratuita pues "siendo la enseñanza libre y abierta nadie se desdeñaría de enviar a sus hijos". Pero para que la instrucción cumpliera su objetivo, tendría que garantizarse como un derecho para todos, y sólo el gobierno podía asumir la responsabilidad de que así fuera. Es decir, era deber del Estado promover, financiar y supervisar la instrucción pública.

Ahora bien, ¿hasta dónde había de llegar la instrucción de los hombres y las mujeres comunes y corrientes?. Desde la posición de Jovellanos, hasta donde permitiera "facilitar a todos y a cada uno de los individuos de un Estado aquella suma de instrucción que su condición y profesión requiere". [MCT 760] Es decir, la educación con un fin evidentemente utilitario se expresa claramente en Jovellanos como en otros ilustrados de su tiempo. Ante todo, para este filósofo, la instrucción de las primeras letras tiene dos propósitos básicos y útiles; que los individuos sean más productivos y que rindan más en sus respectivas actividades, [MCT 761] y formar "buenos ciudadanos". De ahí se desprende su interés y su propuesta para que se multiplicaran las escuelas de

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