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Desarrollo de la cultura egipcia en sus primeras dinastías y su influencia en la arquitectura.

Christian Jesús Ruiz SandovalEnsayo9 de Junio de 2018

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Desarrollo de la cultura egipcia en sus primeras dinastías y su influencia en la arquitectura.

La cultura egipcia fue sin duda una de las más grandes y poderosas civilizaciones desarrolladas durante el mundo antiguo, manteniéndose por varios siglos como el pueblo políticamente más desarrollado de su tiempo. Pero esta situación no surgió de la noche a la mañana, fue producto de un régimen social en donde la diferencia de clases económicas no solo era muy acentuada, también sumamente demandante y exigente para aquellos que no poseían los recursos necesarios o el poder ministerial lo suficientemente alto.

        Actualmente hablar de Egipto es trasladarnos en automático a las majestuosas pirámides de Egipto, así como sus mitos, tumbas y templos que han podido preservarse hasta nuestros tiempos, sin embargo la popularidad que gozan estos recintos no es equivalente con las figuras que fueron responsables de su construcción, cuestiones como, quiénes fueron y como se organizaban los antiguos egipcios, como vivían, o en general su historia, se han vuelto tan efímeras para la mayoría de nosotros.

        De la misma manera que en otras partes del mundo y otras grandes civilizaciones, también el nacimiento de la cultura Egipcia está estrechamente ligado al paso de un caudal en las cercanías, no es casualidad que siempre se desarrolle la civilización a orillas de un río.

        En este caso el protagonista que dio lugar a la fundación del imperio egipcio es el rio Nilo, rico en minerales, en sedimentos fértiles, vegetación y vida, con sus crecientes anuales represento el ritmo de la vida de los habitantes durante siglos.

        Durante más de 3000 años el Nilo permitió el desarrollo y arraigamiento de una cultura, desde el primer Faraón Namer hasta la última Cleopatra, durante este periodo de tiempo el pueblo se sintió parte de una misma cultura, esto no quiere decir que no se produjeran disputas, evoluciones o puntos de inflexión.

En Egipto la mayoría de las cuestiones siempre giraron en torno al faraón, quien se creía era un catalizador de las fuerzas cósmicas, la conexión entre la humanidad y loa Dioses, más tarde este concepto se transformó y distorsiono hasta el punto de considerarse mismísimos Dioses o hijos de Dioses; por tal motivo su función principal era atender tareas gubernamentales y militares, esto para mantener la Maat, es decir la armonía, el equilibrio y el orden.

        Él Faraón debería haber estado –pocas veces lo hizo-  al servicio de la comunidad, para garantizar el bienestar social y el desarrollo público.

En ámbitos políticos, el antiguo Egipto, desde sus inicios baso su organización en un estado monárquico territorial, esto comprendía una amplia extensión y varias ciudades, todo bajo el régimen autoritario del faraón. Desde este punto ya podemos ir dándonos una idea de la vida que llevaban los campesinos en la antigüedad, con un gobierno no muy diferente a los que posterior mente aparecerían a lo largo de toda Europa, y que estos después cambiarían a un llamado estado “democrático”.

Como ya mencionamos este periodo en la historia surgió y se desarrolló a lo largo de miles de años, y cabe resaltar que la zona donde floreció es una de las más desérticas y áridas del mundo. Y sin embargo, el entorno del origen de Egipto es sumamente distinto, principalmente en una vasta sabana. Hay que mencionar que no siempre el Sáhara fue una zona de desierto, hace aproximadamente unos 12,000 años (comienzos del Holoceno) en la región del Sáhara comenzó un cambio climático muy favorable conocido como el gran Húmedo Holocénico; durante este periodo el desierto y los alrededores se llenaron de lagos permanentes alimentados por generosas lluvias , el Sáhara se convirtió en una especie de paraíso donde convergían cientos de especies, entre ellas el ser humano quienes entonces mantenían una vida nómada. Sin embargo hacia el año 6000 a. C. el clima cambio nuevamente y de una manera muy drástica, el temporal fértil y lluvioso dio paso a uno  de sequias y al aumento de temperaturas, en pocas palabras comenzó el proceso de desertización.

         A consecuencia de esto las tribus que se albergaban en toda la zona se vieron obligadas a desplazarse a la principal fuente de agua que quedaba: el rio Nilo, de esta manera el caudal empezó a protagonizar el papel crucial que daría hincapié para el desarrollo de la civilización de Egipto.

Los primero asentamientos humanos se concentraron en dos zonas, una en el norte del país, en la región del Delta, y la otra en el sur desde el Egipto medio hasta Hieracómpolis, estos grupos se adaptaron rápidamente al cambiante caudal del rio, y su economía se basó principalmente en la pesca, las casa y la recolección, el cultivo de trigo y la cebada y la ganadería. Esta situación se presentó en el norte, mientras que en el sur el desarrollo fue evolucionando a pasos agigantados, los que rápidamente los llevo a desarrollar el estado faraónico tan icónico de esta cultura.

Pero la unificación del país entero transcurrió en un tiempo difícil de determinar, pero definitivamente fue un proceso lento, complejo y hasta sangriento. En esta etapa (antes del estado Egipcio) los monarcas que protagonizaron el avance militar al norte que culminó con la unificación de ambos Egiptos, forman lo que se conoce como la dinastía 0.

A partir de este momento en Egipto se fundó un gobierno monárquico, este a lo largo de toda la historia se dividió en dinastías, desde el Faraón Namer, quien fuera el unificador y primer gobernante de Egipto (dinastía 1) hasta la reina Cleopatra última de los faraones (dinastía XXX). Durante la primera dinastía la capital de Egipto ubicada en Tinis fue trasladada a Menfis, esto debido a los privilegios geográficos donde se encontraba dicha ciudad. En esta Ciudad el Dios adorado era Ptah, divinidad protectora de los albañiles, los constructores y escultores, el templo a este Dios sobrepaso en tamaño y complejidad al resto de templos y santuarios que habían sido erigidos a lo largo de todo el territorio del país. Hoy en dia este complejo prácticamente ha desaparecido víctima, sin duda, del paso del tiempo, así como de los saqueos perpetuados por loa saqueadores de tumbas, tesoros y caza recompensas, así como por el terrorismo que actualmente asecha al país egipcio.

Es necesario destacar que de la misma manera que como ocurrió en otras partes del mundo, una gran mayoría de las obras arquitectónicas construidas en la actualidad eran de carácter religioso, es decir, eran producto de una adoración a divinidades, en pocas palabras los Dioses del mundo antiguo; de esta manera mientras el culto de Ptah en Menfis iba tomando fuerza, en Heliópolis - una ciudad cercana -, otro culto surgía con una influencia barbárica, hablamos por supuesto del culto al Dios solar Ra.

Este tipo de cultos acuño un gran poder y privilegios dentro del estado Egipcio, pues como hemos mencionado los Faraones estaban íntimamente relacionados con los Dioses, siendo intermediaron entre estos y los humanos, o incluso nombrándose a sí mismos como la reencarnación de los Dioses, “Dioses vivientes” vaya. Poco a poco el culto solar influyo en los primeros faraones, esta doctrina consistía en saber que el dios Ra era el gobernante de Ultratumba  que se hallaba en el cielo, de manera que la resurrección de obtenía por ascensión a su reino. Más adelante veremos cómo esto influye directo en la arquitectura Egipcia.

Junto con los cultos religiosos se instauraron los ritos religiosos, al asentarse en Menfis los primeros gobernantes inauguraron la necrópolis menfita (Saqqara) pues estos deseaban ser enterrados en las cercanías de la nueva capital. Esta necrópolis desde su fundación estuvo destinada a convertirse en una de las necrópolis más grandes e imponentes de la antigüedad, pues únicamente durante más de tres mil años estuvo reservada única y exclusivamente para ser el lugar de descanso de miembros de la realeza o de la elite egipcia. Aun con esto los primeros reyes de Egipto (Dinastia I) conservaron la costumbre de hacerse enterrar en el cementerio real de Abidos, con sus antepasados, por tal motivo estos gobernantes poseen dos tumbas, una en Abidos (Alto Egipto) y otra en Saqqara (Bajo Egipto, la nueva capital). En ambos casos se trataban de tumbas de base rectangular llamadas mastabas, estas consistían en una subestructura construida bajo tierra, donde se hallaba la cámara funeraria y otra estancia, donde se depositaba el ajuar funerario, y una superestructura.

Es en esta época cuando Egipto desarrolla a plenitud se organización social bajo el mandato de los primeros faraones, esta se basaba en una sociedad fuerte mente jerarquizada y regida por una poderosa administración. Por encima de todo se encontraba el mundo divino, organizado estrictamente. El rey de Egipto, en la cúspide de la sociedad humana, este poseía una esencia divina, era un Dios encarnado, este se situaba como mediador entre la esfera divina y la humana, este comúnmente se identificaba con el Dios Horus, para mantener un equilibrio entra ambos mundos el rey debía cumplir con ciertas funciones dentro del gobierno, así como rituales en honor de los dioses y se encargaba de ordenar la construcción de templos llenos de comida, bebida y otras ofrendas a las divinidades, por otro lado el caos se representaba como hambrunas, sequias, tormentas de Arena, epidemias, etc, es por esto que a lo largo de la historia al faraón se le representa como un soberbio guerrero y esta imagen se repite una y otra vez.

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