Desigualdad

Es sabido que Chile es uno de los países con peor distribución a nivel mundial ,un hecho que se ha mantenido a lo largo de los años hasta nuestros días, convirtiéndose en una persistencia histórica. Para esclarecer este punto cabe ahondar en los últimos resultados de la encuesta CASEN, donde se puede apreciar que un 14,4% de la población chilena vive en extrema pobreza. Estos resultados no fueron exentos de polémicas, algunos políticos y destacados economistas argumentaban que este resultado era mayor por uno o dos puntos porcentuales.

A mi parecer la pregunta que uno debería hacerse no es si la encuesta esta bien o mal hecha, o si está representando los parámetros del chile de hoy, uno debería preguntarse por qué existe este nivel de pobreza y de desigualdad en nuestro país y lograr entender las raíces y razones de fondo del problema para poder solucionarlo.

Estas persistencias históricas son una humillación para las personas de los sectores populares, quienes viven en un país con una escaza movilidad social y con políticas públicas que son soluciones parches en vez de soluciones concretas. Esto se puede observar en el sistema de salud y educación que poseen los grupos más bajos de la sociedad, los cuales son deplorables, muchas veces estos otorgan un servicio inhumano. Para esclarecer esto podemos ejemplificar lo que sucede con la educación superior, la cual permite que existan muchas universidades inspiradas por el lucro las cuales lo único que buscan es el enriquecimiento personal, prometiendo a las familias una educación de calidad, un futuro mejor, una promesa de progreso, que en la realidad se transforma para las familias de escasos recursos en un endeudamiento substancial de la economía familiar esperanzados que sus hijos, los primeros de la familia se conviertan en profesionales, pero esto en la realidad es una promesa a media, ya que a pesar que estas personas logran obtener un título universitario el mercado no valida a estos profesionales porque entiende que estas universidades no les entrega las competencias y habilidades necesarias para que se puedan desarrollarse como profesionales capacitados.

Otro ejemplo clarificador es el sistema de salud donde cada año vemos a centenares de personas esperando horas o días para ser atendidos a diferencia de las familias acomodadas que tienen acceso a las mejores clínicas y servicios. Una triste realidad, lo cual a generado constantes marchas y protestas en estos últimos años. Me cabe preguntar ¿Dónde están las autoridades? ¿No han aprendido de la historia?

Una historia que no ha cambiado mucho de la que se vivía en el siglo XIX es indudable que la pobreza y las desigualdades sociales no surgieron en el país de un momento a otro, como tampoco han desaparecido en la moderna realidad del Chile actual. Desde finales de siglo XIX muchos elementos se unieron para transformar los problemas sociales en una cuestión social, como un contexto económico capitalista plenamente consolidado, marcado por una naciente industrialización y un proceso de urbanización descontrolado que agravaron las malas condiciones de vida del trabajador urbano; una clase dirigente ciega e ineficiente ante los problemas y quejas del mundo popular y finalmente, una clase trabajadora que ya no estuvo dispuesta a quedarse de brazos cruzados esperando que el Estado oligárquico llegara a ofrecer alguna solución a sus problemas.

Nuestro pasado nos persigue, podemos ver que los problemas se repiten y se seguirán repitiendo cada vez que no entendamos nuestra historia y aprendamos de nuestros errores. De esta forma viviremos en un espiral creciente de problemas cada vez más complejos, pertinentes a vivienda obrera, atención médica, educación, entre otros, si no se toman en cuenta y se solucionan desde sus raíces traerán consecuencias graves para el progreso del país.

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