Dia De Muertos Queretaro
eoni3 de Noviembre de 2013
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Querétaro: Querétaro imprime características propias a las ofrendas que se calocan el 31 de octubre al 2 de noviembre para celebrar los tradicionales días de muertos.
Las ofrendas incluyen elementos muy variados que en su mayor parte, son tomados o bien elaborados a partir de lo que brinda el en torno natural; en este sentido las ofrendas en la Sierra Gorda se caracterizan por el arco frontal elaborado de caña o carrizo, el maguey utilizado como candelabro, insertando en cada punta una vela. Los guisos tradicionales ofrendados a los muertos son casi siempre a base de lentejas, nopales, tamales, y dulces de tejocote y calabaza, acompañados de bebidas como pulque o aguardiente de caña, sin faltar ceras y veladoras y capal para aromatizar, ni la flor de muertos , el papel picada y el rebozo a el sombrero del difunto.
Los habitantes del campo llevan además flores y luz en sus velas, los frutos de la tierra y los elementos de disfrute para el difunto, sin ignorar los cuatro elementos de la vida; aire, agua fuego y tierra; adornos de papal picado, líquidos para beber, desde los más puros y reconfortantes hasta los mas deliciosos y embriagantes, sin dejar pasar los atoles; la tierra con sus productos en granos, las flores o frutas y el fuego que se le arranca al carbón, para quemar el copal, o guisar las preferencias del difunto de la devoción.
Si el muerto se come o no lo que con tanto ahínco se le ha preparado, no importa, el caso es que sepa que se le quería y por eso las tumbas se lavan, aunque sea una vez al año, con caudales inacabables de llanto derramado en el camposanto.
Por la tarde del día primero se oficia una misa en la iglesia a la que asiste la mayoría de la gente del barrio, centro y de algunos barrios de la localidad, al terminar esta, los mayordomos de las benditas ánimas y las personas que deseen quedarse toda la noche en la iglesia, eligen un "gobernador" y su "segundo" encargados de dirigir la ceremonia nocturna, el gobernador nombra a su "avanzada" así como al encargado de la misma dándoles instrucciones para que visiten las capillas familiares, la "avanzada" va por el caserío cantando alabanzas y rezando toda la noche, al amanecer la avanzada regresa a la iglesia y las "contribuciones" recolectadas en la capilla se reparten entre los asistentes, aunque la mayor parte es entregada al "gobernador" diciendole: "le ofrendamos este pequeño obsequio de oro y plata".
El día 2 de noviembre las familias comen lo que han ofrendado a los difuntos visitantes, por la tarde visitan el panteón y comen los platillos que le gustaban al muerto a la vez que adornan la tumba con flores de muerto y silvestres.
En San Ildefonso Tultepec, localidad Otomí al sur de la entidad, la celebración de día de muertos se realiza a nivel comunitario en la parroquia y a nivel familiar en las casas y en el panteón. El prímero de noviembre en la parroquia se efectúa el "Alba" consistente en rezar el rosario y entonar alabanzas al amanecer, con el fin de dar una primera bienvenida a las almas.
Al medio día preparan una ofrenda para todos los muertos de la comunidad, colocando sobre el altar de la parroquia un montón de tierra a manera de tumba, la que cubren con un mantel negro que adornan con mantillas bordadas. Arriba van los cirios, veladoras y velas, los floreros con alcatraz, floripondio, malvast cempasúchil y flores silvestres; así como alimentos en ollas de barro como: mole, frijoles, tartillas, tamales y dulce de piloncillo.
CELEBRACIÒN DE MUERTOS EN LA
CIUDAD DE SANTIAGO DE QUERÈTARO
Por lo que respecto a los festejos del día de muertos señala que las particularidades que se dan en Querétaro se manifiestan mayormente en las alabanzas y los rezos que se acompañan a las ofrendas a las ánimas, a los parientes que han pasado a mejor vida.
En Querétaro al igual que en el resto del país. Los días 1 y 2 de noviembre son motivos para celebrar una costumbre y un rito prehispánico que ha perdurado a lo largo de varios siglos y que hasta nuestros tiempos se ha denominado "Día de Muertos".
Si a todas estas manifestaciones culturales y prácticas sociales se les quitara la esencia y el toque prehispánico, se perdería todo y la filosofía que guardaban nuestros antepasados con la muerte, perdería su significado y su identidad.
Los aspectos que mas coinciden en las celebraciones del Día de Muertos, desde el punto de vista social, cultural y antropológico subrayando en primer término la identidad de un pueblo a través de este tipo de manifestaciones, las cuales se pueden afirmar que son únicas en el mundo y hacen que el individuo se sienta perteneciente a un grupo social.
La importancia de las festividades y la necesidad de todo grupo social tiene de mantener la identidad, la cual, está constituida por una serie de códigos además de ser una necesidad de todos los grupos por distinguirse de las demás sociedades y sentirse diferentes.
A pesar de la Conquista y de la Colonia nuestros ancestros continuaron desarrollando una serie de símbolos y de prácticas, muchas de ellas atacadas y reprimidas por el poder de los extraños; sin embargo se mantuvieron latentes desafiando a la propia inquisición, aunque los símbolos variaron un poco.
En la actualidad el culto a los muertos se manifiesta subjetiva y cotidianamente a través de múltiples formas para recordar a los muertos y seres queridos en su fallecimiento, tanto de manera personal como con actos religiosos personales. Por otra parte, en los días dedicados específicamente al culto de los difuntos, los dolientes le rinden un servicio, expresando sentimientos de veneración, cariño y gratitud, cumpliendo con normas sociales establecidas con anterioridad.
Superar el temor o disgusto de los muertos si no se les recuerda y comparte con ellos algo de los goces o frutos obtenidos durante el año, por ello la comida y la ofrenda en la tumba o en el altar, es un desprendimiento significativo de ciertos bienes materiales como pueden ser lo mejor de la cosecha, las flores de temporada, los gustos del difunto o alguna prenda querida.
Otro aspecto que se reseña, es el relativo a la trasladación de los símbolos de poblaciones como San Ildefonso y Santiago Mexquititlán a la ciudad de Querétaro, a fin de que se conozcan los elementos de identidad los cuales también forman la queretanidad por lo que el primero y dos de noviembre se exhiben en el Jardín Zenea los altares y ofrendas que se utilizan en Amealco y Tolimán, aún cuando los significados de los símbolos no sean los mismos pues se trata de que las zonas urbanas asimilen esta parte de nuestro patrimonio cultural.
Otra de las formas tradicionales de celebrar en la Ciudad de Santiago de Querétaro, es con la ya tradicional feria de "Todos Santos", donde se venden todos los juguetes de madera, cartón, los entierritos y muertos hechos de papel maché, los tradicionales dulces de azúcar entre los que encontramos las calaveras, los huesitos, los platillos como enchiladas, mole, pan, etc., todos estos hechos de azúcar, pero como en toda feria en la actualidad también se han adoptado el poner juegos mecánicos en esa feria tradicional. También podemos observar en las casas los tradicionales oltares dedicados a sus muertos, en las casas culturales, en algunas escuelas se organizan concursos para ver quien pone el mejor altar montando diferentes altares de tradición en las diferentes zonas de la República Mexicana.
OFRENDAS
Durante la era prehispánica, pasando por la época colonial y hasta nuestros días, los alimentos han jugado un papel muy importante en las ofrendas de los muertos. Se podría decir que los alimentos son indispensables en el altar de las ofrendas; estos suelen ser muy variados y que en nuestros días varían según los gustos y las regiones de la república, en donde la tradición culinaria de la región cuenta mucho. Así mismo su variedad radica en las costumbres de quién las coloca.
No importa si es grande o chica, pobre o rica, ya que la ofrenda de muertos se prepara y se exhibe para agradar a los difuntos que puntuales llegan a visitarnos cada año. En ella, que no es sino un altar, se disponen artísticamente las flores, las velas y veladoras las fotografías, el papel crepé, las vasijas, los platones, las botellas y sobre todo los alimentos que habrá de consumir el goloso espíritu visitante. Así, lo más común es que en altares domésticos se coloquen esquisitos panes, tamales de todos sabores y colores, atoles espesos y humeantes guisos de diferentes clases, desde los exquisitos moles hasta los nopalitos preparados de diversas maneras, dulces sabrosos de calabaza y tejocote.
Generalmente el altar se divide en dos niveles marcados por una mesa y el suelo, que según la tradición popular representan el cielo y la tierra respectivamente. Es por ello que en la mesa se localizan las imágenes de los muertos en culto, y los símbolos de fe, así como los elementos agua y fuego representados por líquidos como el atole, pulque, agua u otras bebidas, y por velas, ceras y veladoras. Sobre el suelo se colocan los elementos que simbolizan el aire y la tierra: incienso y mirra, Sahumerios, semillas y frutas.
El día 31 de octubre al medio día, se colocan sobre una mesa aquellos objetos destinados al culto de los niños difuntos: flores blancas, vasos con agua y un plato con sal. Cada vela que se enciende representa a un niño muerto. Se enciende además el sahumerio con copal e incienso.
Por la tarde se ofrece una merienda a los niños, donde se incluye como pan, atole, chocolate, tamales
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