Dictadura Militar

Dictadura Militar

En el año 1976, el gobierno institucional de María Estela Martínez de Perón fue destituido por un golpe de estado militar, donde los mismos tomaron el poder por la fuerza.

Luego de tres años de democracia, la sociedad se encontraba en una crisis económica que se expresaba a través de una alta inflación, tal así también se podía contemplar una crisis social ocasionada por el enojo de amplios sectores de la sociedad que se manifestaban a través de protestas u otros tipos de movilizaciones; creció el sector obrero por sindicatos, con una fuerte intervención dentro del peronismo. La sociedad se hallaba en plena desorganización, es por eso que se puso en marcha el Proceso de reorganización Nacional.

Este proceso tenía dos ejes; en primer lugar la Política Económica que tendía a resolver el modelo ISI (Industrialización Sustitutiva de Importaciones), con el objetivo de destituir las bases socioeconómicas, de tal modo que se opto por la liberación comercial.

En segundo lugar la Política Represiva que procuraba resolver la desorganización, con el objetivo de erradicar la subversión y de este modo limitar el poder de la clase social. Tal así, se inicio el golpe militar (acción represiva por medio de las fuerzas de estado), objetivo central del gobierno. A causa de esta implementación surgieron ciertas acciones armadas del Ejército Revolucionario del pueblo y Montoneros contra el gobierno, sin embargo se desplego una ofensiva que abarcaba a las organizaciones armadas y a cualquier individuo o grupo sospechado de rebelde, sostenían que cualquier comportamiento “no normal” sea señalado inmediatamente como sospechoso de rebelde.

El sistema represivo era llevado a cabo por grupos de tareas constituidos por oficiales y suboficiales, policías y también civiles. Se seleccionaba al sospechoso y se lo detenía, normalmente de noche, sobre el domicilio, lugar de trabajo o en la calle, se trasladaba a la victima hacia algún centro clandestino de detención. Una vez allí se evaluaba su situación, se le realizaban interrogatorios que implicaban un largo periodo de tortura física y psicológica a los que se sumaban humillaciones y violaciones. El objetivo es quebrar la integridad de la persona. El paso posterior era la desaparición del cuerpo, decisión que tomaban los más altos rangos. Muy pocas veces el detenido era blanqueado y su situación dejaba de ser clandestina e ilegal, pasaba a disposición del poder ejecutivo Nacional. Otros de los finales, consistía en la liberación del detenido, aunque una vez detenido eran escasas las chances de sobrevivir, se incluía durante el operativo a la detención y la sustracción de menores o recién nacidos de las detenidas parturienta. Se ocultaba toda información del detenido, luego la desaparición del cuerpo y con el crimen. Los modos fueron variados: como el entierro en fosas comunes hasta

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