EL PALACIO PITTI

ARQUITECTURA RENACENTISTA. EL PALACIO PITTI

Este palacio florentino situado a la izquierda del Arno, entre la plaza Pitti y los jardines Boboli fue construido originalmente como residencia para el banquero Luca Pitti. Se dice que Luca Pitti quería construir un gran palacio que desbancase el Palacio Medici Riccardi. El palacio, que fue encargado a Brunelleschi y se empezó a construir en 1457, tenía un bloco de tres plantas en sillar de piedra. Tras la muerte de Brunelleschi, las obras pasaron a su alumno Luca Fancelli.

El planteamiento de este palacio difiere de lo que hasta ese momento se había hecho en la arquitectura civil europea, ya que hasta el momento las construcciones tenían sobre todo un carácter defensivo. En este palacio se produce la integración de el edificio en el ámbito ciudadano, entrando a formar parte de él, a pesar de que el palacio estaba situado en lo que se podrían denominar las afuera de Florencia.

En el siglo siguiente, la familia Pitti vendió el palacio a la familia Medicis, que le confirió el esplendor del que goza actualmente. Para ello encargan un proyecto de ampliación y remodelación a Bartolomeo Ammannati, que cerró los dos portales laterales de la fachada y los reemplazó con ventanas enrejadas, también fue extendida la superficie del palacio en profundidad. Además de transformar y ampliar la fachada principal creo uno de los patios más bellos del Renacimiento, el Cortile dell´Ammannati en el interior del palacio. Las fachadas de este patio se organizan en tres pisos, separados por cornisas y rematados por una balaustrada. En él se introduce el sistema clásico de sucesión de órdenes, dórico en el primer piso, jónico en el segundo y corintio en el tercero. Igualmente se decora con almohadillado que se hará típico en la arquitectura civil florentina. Este almohadillado se repite así mismo en la fachada principal.

El arquitecto Giorgio Vasari interviene en la construcción del llamado corredor Vasariano, un pasadizo elevado desde la antigua residencia real, el Palazzo Vecchio (situado en el centro) atravesando los Uffizi y el ponte Vecchio, al Palacio Pitti (situado a las afueras) , permitiendo a la familia Medici trasladarse libremente entre sus dos residencias florentinas sin descender a las calles, evitando así posibles peligros al exponerse a la población, este corredor también sirvió como galería de arte, ya que en el se dispuso parte de la colección de los Médicis que había crecido mucho.

Entre el 1618 y 1640, siguieron otros cambios arquitectónicos. La ampliación de la fachada con otras cuatro ventanas por lado de G. y A. Parigi y la decoración del interior.

La propiedad pasa a manos de los duques miembros de la Casa de Lorena en el siglo XVIII. Con la llegada de Los Lorena le toca el turno a los arquitectos Ruggeri y Poccianti que llevaron la construcción hasta la forma actual con las dos alas laterales porticadas, llamadas rondel. La propiedad del palacio por los austriacos fue interrumpida por Napoleón , quien utilizó el palacio como residencia durante su dominio en Italia, de hecho fue Elisa Bonaparte la responsable de algunas modificaciones aportadas a las salas que se encuentran en el ala izquierda del palacio.

Cuando en 1860 la Toscana se convirtió en una provincia del Reino de Italia, el palacio se convirtió en propiedad de la Casa de Saboya, después cuando Florencia sirvió por poco tiempo como capital de Italia el rey Vittorio Emanuele I lo utilizó como residencia hasta 1871, fue su nieto Victor manuel III quien donó el Palacio a la nación en 1919.

Hoy el palacio acoge siete colecciones de arte recogidas en los varios años por sus ilustres huéspedes.

El palacio y otros edificios dentro de los jardines de Boboli fueron divididos en cinco galerías de arte y un museo, que alberga la mayor parte de su contenido original y diversas adquisiciones estatales. Las 140

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