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EMILIO O DE LA EDUCACIÓN Juan Jacobo Rousseau

prince_kary21 de Noviembre de 2013

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EMILIO O DE LA EDUCACIÓN

Juan Jacobo Rousseau

Libro primero

Aquí Rousseau busca resolver esta supuesta contradicción y trata de demostrar cómo es que “el hombre natural” puede vivir en sociedad, la misma que requiere que ese hombre natural pierda o controle algunas de esas características naturales, específicamente, el egoísmo que lo impulsa a sacrificar todo interés ajeno en beneficio del propio. Esto quiere decir que toda sociedad tiene que elegir entre crear un buen ciudadano o un hombre.

A partir de esto desarrolla su propio punto de vista y su planteamiento en el que propone y reflexiona que el problema central de la educación es la contradicción entre el hombre natural y la necesidad social por el altruismo o, por lo menos, el reconocimiento y aceptación de los derechos de otros y que la “instituciones sociales son aquellas que mejor pueden desnaturalizar el hombre, quitarle su existencia absoluta para reemplazarla por otra relativa y transportar en el yo dentro de la unidad común”. En un lenguaje más moderno, la contradicción entre una existencia que está centrada en forma absoluta en el interés individual y una en la cual ese interés tiene un valor relativo a otros.

Con el nacimiento comienza la educación que se realiza mediante la experiencia del mundo ligada al uso de la funciones y de los sentidos. Al niño se le debe dar toda la libertad de movimiento posible sin fajas, ataduras o vestimenta que impidan cualquier movimiento natural, ya que no le causara ningún daño y además es antinatural.

Para Rousseau también es antinatural la conducta de las madres que no quieren ocuparse de sus hijos, en el cuidado y control de crecimiento, lo considera una mala costumbre. En la educación de los niños hay que seguir en todo a la naturaleza.

En la educación del recién nacido es importante evitar dos extremos: imponerles nuestra voluntad y que ellos nos impongan la suya , además: los niños no tienen suficiente fuerza para todo lo que requiere su naturaleza; se les debe ayudar y suplir en los que les falta; al ayudarles, hay que tener en cuenta su utilidad real, sin conceder nada a la imaginación ni al deseo injustificado, porque a esa edad no es natural, conviene seguir atentamente sus manifestaciones ya que a esta edad disimular no es posible. Por último se ocupa del aprendizaje de la lengua, basta con hablar claro y articulando bien, nunca se debe pronunciar de manera defectuosa.

El niño nace ignorante, privado hasta del sentido de su existencia, pero capaz de aprender. Con el nacimiento comienza la educación. Esta se realiza mediante la experiencia del mundo ligada al uso de las funciones y de los sentidos. La actividad es la primera escuela del niño, la ley natural que se debe respetar. Cuanto mayor sea la actividad, mayor será la experiencia formativa.

Al niño se le debe conceder toda la libertad de movimientos de que es capaz. Fuera las fajas, las ataduras y vestidos que le oprimen. El niño no se hará daño con sus propios movimientos naturales, “la inacción y la constricción de los miembros impiden la circulación de la sangre, de los menores humores, no le permiten adquirir fuerza, crecer, ir cambiando su constitución”.

Rousseau se pregunta por la causa de costumbres tan antinaturales y poco razonables como las criticadas. Es un hecho no menos antinatural: las madres no quieren ocuparse de sus hijos, y los ponen bajo la vigilancia de personas a sueldo, de criadas mercenarias cuya única preocupación es fatigarse lo menos posible. Y así, para ahorrarse el constante cuidado de un niño libre, lo visten de manera que no pueda moverse. Las criadas quedan tranquilas, sabiendo que el niño no se romperá una pierna, y las madres pasan alegremente el tiempo en las fiestas de la ciudad, sin pensar que está en peligro el futuro desarrollo de sus hijos.

Es de particular

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