Economía Y Sistema Tributario En México-Tenochtitlan
JFEstradaH24 de Enero de 2013
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INTRODUCCIÓN
Gran admiración causó a los conquistadores el esplendor y magnificencia de la capital del estado mexica. Hernán Cortés, en su Segunda Carta Relación enviada al emperador Carlos I, decía que daban acceso a la gran Tenochtitlán “cuatro entradas todas de calzada hecha a mano, tan ancha como dos lanzas jinetas”. Respecto a la forma de comerciar también el capitán informo a su monarca: “tiene otra plaza tan grande como dos veces la ciudad de Salamanca, toda cercada de portales alrededor, donde hay cotidianamente arriba de sesenta mil ánimas comprando y vendiendo; donde hay todos los géneros de mercaderías que en todas las tierras se hallan, así de mantenimientos como de vituallas, joyas de oro y de plata, de plomo, de latón, de cobre, de estaño, de piedras, de huesos, de conchas, de caracoles y de plumas…”.
Recordemos que Tenochtitlán se fundó en 1325 bajo el dominio del reino de Atzcapotzalco. Su vida independiente comenzó después, cien años antes de la conquista española. Solamente un siglo necesitaron los mexicas para llegar al esplendor que tanta admiración causó a los españoles.
¿Cómo explicar la fuerza incontenible del imperio azteca, que en menos de una centuria pasó de una tribu hambrienta y semicivilizada a un estado perfectamente constituido y vigoroso, con una gran cultura? La respuesta la tenemos en su estructura económica. Este pueblo nuevo, heredero de una rica cultura, robusto y dinámico, vio acrecido sus dominios por la propia organización social que había alcanzado.
Incuestionablemente la triple alianza estaba constituida por clases. También es cierto que como consecuencia de estas clases existía la lucha entre ellas: la explotación, los explotados y los explotadores. Pero, dentro del imperio azteca, había un régimen en plena evolución, lleno de dinamismo, con características que lo iban vigorizando cada vez más, destacando tres principales:
• Ningún mexica careció de tierras.
• Las altas clases sociales no se erigían en grupos cerrados, sino que estaban abiertos a todo aquel mexica que demostrara cualidades para ascender a los distintos estratos sociales.
• La fiel observancia de sus leyes, mediante una transparente actuación de todo el engranaje gubernamental y administrativo.
OBJETIVO
Nos planteamos como objetivo primario el exponer la situación económica imperante en el territorio dominado por la denominada Triple Alianza, conformada por los pueblos de Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan; lo que constituyó la obra maestra de la política azteca e inició para los antiguos mexicanos una era de prosperidad, en que se emprendieron notables obras públicas y otros adelantos en la actividad económica.
Estas condiciones permitieron el florecimiento y esplendor de una cultura que hasta el día de hoy es admirada por las civilizaciones actuales.
Sirva el presente como un modesto homenaje a un glorioso antepasado que algunos aspiramos a que sea espejo de nuestro futuro como pueblo mexicano.
DESARROLLO
Entre los muchos grupos migratorios que convergieron para conformar las primeras culturas del México precolombino, destacan tres, cuya fusión aceleró su proceso evolutivo y les permitió transformarse posteriormente en formas culturales más desarrolladas:
Toltecas. La sociedad más evolucionada y con importantes conocimientos científicos en agricultura, medicina y astronomía. Eran verdaderos maestros en artes plásticas; empleaban la escritura jeroglífica e ideográfica. Tenían bajo su dominio a pueblos mucho más numerosos, a los cuales imponían su religión y obligaban a construir templos. La estructura y la superestructura del imperio azteca fueron notoriamente influenciadas por este grupo.
Chichimecas. Tribus nómadas dedicadas a la caza, configuran el grupo menos evolucionado. Su influencia en el desarrollo del estado azteca fue pequeña, pero facilitó la consolidación del reino mexicano. Los chichimecas otomíes actuaban como un escudo protector de las tribus del norte, facilitando con ello a los nahuas del valle de México, el robustecimiento de su vida diaria.
Nahuas. Fundamentalmente agricultores, habían logrado el encumbramiento de una casta de sacerdotes caudillos, intérpretes de los dioses para guiar los peregrinajes, dirigir los ejércitos y establecer sus poblaciones temporarias o definitivas. Es decir, habían conformado una organización gubernamental incipiente, pero estructurada.
EL ESTADO AZTECA.
Dada la importancia económica, social y política a que llegó el Estado azteca, consideramos conveniente referirnos en concreto a los aspectos más importantes del mexica, ya que su influencia abarcó enorme porción de lo que con posterioridad habría de ser la Nueva España.
El imperio azteca estaba formado por la unión de tres estados: el de México, el de Texcoco y el de Tacuba. Esta triple alianza se dedico a explotar a los pueblos sometidos, lo cual contribuyó a la consumación de la conquista, pues muchos de ellos prefirieron aliarse al español, en la creencia de que así cesaría su calidad de tributarios.
Su régimen político era integrado por instituciones religiosas, militares y administrativas que florecían con carácter permanente. Es decir, un estado sostenido por un ejército dispuesto a mantenerlo y defenderlo, así como a exigir por la fuerza, los tributos de los pueblos vencidos.
La organización social se tradujo en una desigualdad en el disfrute de los bienes. Los pueblos vencidos tenían la obligación de pagar tributos y proporcionar guerreros para las campañas que de continuo emprendían los aztecas. Los gravámenes impuestos a los pueblos sojuzgados contribuyeron en buena medida al esplendor del imperio, y su recaudación reflejaba indubitablemente el vasallaje a que estaban sujetos, como puede apreciarse en el siguiente texto de la trascendental obra "Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España" de Bernal Díaz del Castillo:
“Y estando en estas pláticas vinieron unos indios del mismo pueblo muy de prisa a decir a todos los caciques que allí estaban hablando con Cortés como venían cinco mexicanos, que eran los recaudadores de Moctezuma, y desde que lo oyeron se les perdió la color y temblaban de miedo; y dejan solo a Cortés y los salen a recibir; y de presto les enraman una sala y les guisan de comer y les hacen mucho cacao, que es la mejor cosa que entre ellos beben. Y cuando entraron por el pueblo los cinco indios vinieron por donde estábamos, porque allí estaban las casas del cacique y nuestros aposentos, y pasaron con tanta continencia y presunción que sin hablar a Cortés ni a ninguno de nosotros se fueron delante… y estando en esto, Cortés pregunto a doña Marina y a Jerónimo de Aguilar, nuestras lenguas que de que estaban alborotados los caciques desde que vinieron aquellos indios, y quién eran. Y la doña Marina, que muy bien lo entendió, le contó lo que pasaba. Y luego Cortés mando a llamar al cacique gordo y a todos los mas principales, y les dijo que quién eran aquellos indios que les hacían tanta fiesta; y dijeron que los recaudadores del gran Montezuma, y que vienen a ver por qué causa nos habían recibido sin licencia de su señor…”.
La extensión que el imperio azteca había logrado apropiarse en una u otra forma, lindaba al norte con los chichimecas nómadas y cazadores, ampliándose hasta los litorales del golfo y el pacífico. En el noroeste, lo limitaba la tribu civilizada de los tarascos, a quienes el rey azteca Axayácatl había tratado sin éxito de someter. Al sur, sus lindes habianse dilatado hasta Xoconochco, aunque ya se comerciaba con pueblos de Centroamérica, primer indicio de sojuzgamiento. Al sureste de la provincia de Xicalango (límite a su vez de las posesiones del reino maya), hasta el Golfo, siguiendo el litoral hacia el norte para incluir Tochpan.
PRINCIPALES ACTIVIDADES ECONÓMICAS
La agricultura.
La estructura del imperio azteca se apoyaba del régimen esclavista. La satisfacción de sus necesidades se basaba en la agricultura. Principales cultivos: maíz, frijol, chile, algodón, cacao, calabaza y maguey; de éste obtenían pulque, fibras para telas, papel y agujas. La caza y la pesca eran actividades secundarias. Las artes plásticas y menores se vieron muy desarrolladas, así como la cerámica y la industria textil. Tintes extraordinariamente firmes daban a sus colores indeleble fijeza, cual lo muestran las ruinas vencedoras del tiempo y las que se salvaron del embate del fanatismo recalcitrante del conquistador español. La propiedad de la tierra en Tenochtitlán se distribuía de la siguiente manera:
Tierras comunales. Calpullis. Tierras divididas en parcelas que se otorgaban a cada jefe de familia para el sustento de ésta. Constituyen el antecedente del ejido posrevolucionario, pues no podían enajenarse ni dejarse de trabajar más de tres años, siendo tan sólo susceptibles de usufructo. Se piensa que en la destrucción del calpulli se origina el problema agrario que posteriormente devino en los movimientos armados de la Revolución Mexicana y posteriores.
Tierras públicas. Mitlchimali, tlacocatlali, teopantlalli, etc., destinadas para los gastos de guerra, para el sostenimiento de las festividades de los cultos, de los dioses, etc.
Tierras de latifundio. Pillali y tecpillali, pertenecían a la nueva y antigua nobleza.
El problema de la carencia de tierras no existió para el mexica. La propia configuración de su territorio ofrecía a cualquier nuevo ciudadano la coyuntura de poseer una parcela que engrosaba el calpulli,
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