Educar para la democratización. aspectos educativos del primer y segundo gobierno peronista 1945-1955
Emmanuel PedrozaTrabajo17 de Marzo de 2024
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HISTORIA ARGENTINA III EDUCAR PARA LA DEMOCRATIZACIÓN. ASPECTOS EDUCATIVOS DEL PRIMER Y SEGUNDO GOBIERNO PERONISTA 1945-1955.
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Historia C. del U. FHAyCS - UADER
Segundo Cuatrimestre de 2022
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DOCENTE: PROF. MARTÍN ACRI
ESTUDIANTE: EMMANUEL PEDROZA
ÍNDICE
PÁGINA
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………………………………3
HACIA UNA APERTURA EDUCATIVA………………………...…………………………….……....………4
CAMINO HACIA UN NACIONALISMO POPULAR……………………………...…………………………...6
COMIENZOS DEL CONFLICTO………………………………………………………………………………...8
CONCLUSIÓN GENERAL………………………………..…………………………………………………….10
FUENTES……………………...………..………………………………………………………………………..12
BIBLIOGRAFÍA……………………..………………………………………………….…………………….….14
ANEXO…………………………………………………………………...………………………………….…...15
EDUCAR PARA LA DEMOCRATIZACIÓN. ASPECTOS EDUCATIVOS DEL PRIMER Y SEGUNDO GOBIERNO PERONISTA 1945-1955.
El presente trabajo tiene por objetivo indagar y examinar la importancia del gobierno peronista que concedió a la educación en todos sus niveles y las reformas que instrumentó, para ponderar un nuevo tipo de enseñanza, durante el primer y segundo peronismo. Se estudian en él los cambios institucionales, la organización de nuevas modalidades y la conformación de los nuevos programas políticos-educativos, como forma de promover una democratización de la enseñanza. ¿Qué es? y ¿Por qué nos interpela el Peronismo en materia educativa? Bueno es una pregunta a responder en este acercamiento hacia las políticas implementadas. Sobre todo ¿Por qué este periodo abarcado es tan resonante para la historia educativa?
1. INTRODUCCIÓN:
En el siguiente trabajo se tratará de llevar adelante un primer análisis de las políticas educativas implementadas por el peronismo, durante el primer y segundo mandato del ex presidente Juan D Perón. Considerando los abordajes de los distintos autores como Adriana Puiggros, Daniel Filmus, Juan, C Tedesco y Mario Rapoport entre otros.
El tema del peronismo ha suscitado y sigue suscitando aun hoy una serie de discusiones y controversias que en el imaginario intelectual no deja de profundizar.
Durante el transcurso del periodo 1930 a 1945, los cambios económicos y políticos que se estaban produciendo, previos a los años abarcados en el presente trabajo, se caracterizaba por una intelectualidad que denotaba una tendencia ideológica espiritualista. Por lo que esta suerte de espiritualismo, adquiría un sentido, una mirada nacionalista. La escuela era pensada en términos de espiritualización con un sentido nacional, educar para los argentinos. Una de las medidas que se establece es el día del Himno y el de la escarapela, lo militar forma parte de los establecimientos educativos. De este espiritualismo, la religiosidad católica, también forma parte de este ser nacional y la escuela no va a escapar de esta mirada, estableciéndose la enseñanza obligatoria de religión en las escuelas públicas.
La educación, durante la década infame, fue una educación restringida, arancelada, limitada a ciertos sectores, sobre todo con respecto a la educación media y universitaria, a excepción de la escuela primaria. Considerando que la escolaridad pública tanto de la primaria y de la secundaria hasta la universidad fueron de periodos de deserción y de degradación, a donde solo unos pocos podían llegar al nivel superior. Esta degradación estaba marcada por la precariedad en cuestión de infraestructura, un estado meseta, en cuanto a desarrollo educativo, las sociedades populares, no podían acceder a la educación superior, tenían limitaciones en lo político y organizativo, no se cubrían las demandas de la mujer, de los discapacitados, adultos, y de la formación laboral. La educación privada, terminaba por comprender a los sectores más acomodados.
Con la llegada del peronismo y de su política reformadora en cuanto a la apertura de las clases más bajas, sobre todo la clase trabajadora, garantizaron un acceso educativo a gran escala comparado con los años anteriores. Donde el presupuesto se aumentó para dar respaldo a la creciente necesidad de los invisibilzados, marginados que accedían por primera vez a una educación universitaria, esto se va a poder apreciar con la creación de la Universidad Obrera Nacional. La estatización de la enseñanza implicó su carácter gratuito, y la necesidad de controlar el proceso de socialización garantizando la unidad nacional.
Los exámenes rigurosos, los aranceles o la educación en manos privadas o de la iglesia, dejaron en el camino a una gran masa de estudiantes, que con el peronismo se trataría de remediar. Donde el presupuesto se aumentó para dar respaldo a la creciente necesidad de los invisibilzados, marginados, que accedían por primera vez a una educación democratizadora.
En palabras de los autores Arata y Mariño (2013), los fundamentos de la reforma se apoyaban sobre una fuerte impugnación a la concepción positivista que había predominado en la escuela, adjudicándosele una educación de carácter teórica y verbalista, desconectada de la realidad social, alejada del sentido moral, de las tradiciones y de la raigambre nativa, y cuya presencia en la escuela de la nueva Argentina resultaba incuestionable. La educación debía habilitar nuevos horizontes creando inquietudes y estimulando disposiciones para que cada alumno tuviese su oportunidad[1].
“La educación debe tener como finalidad realizar la formación moral, intelectual y física del Pueblo sobre la base de los principios fundamentales de la Doctrina Nacional”[2]. Juan Domingo Perón
2. HACIA UNA APERTURA EDUCATIVA:
Durante el periodo previo al peronismo, la población estudiantil era totalmente diferente. No solo por el contexto político-social, sino también por las políticas educativas. El autor Tedesco (2020), nos permite dilucidar una mirada más concerniente a este tiempo. Según el censo de 1914, el 48% de los niños de entre 6 y 14 años de edad se hallaba matriculado en la escuela; el Ministerio de Educación estimó en 1932 que ese porcentaje había subido al 69%, mientras que el censo de 1947 ofrece un porcentaje del 73,5% y el de 1960 indica que el 80,5% de los niños estaba matriculado. Con todas las imprecisiones del caso, los datos confirman que el incremento más significativo de la cobertura escolar posterior a 1930 se realiza durante la década de gobierno peronista; la etapa 1930-1945 sería, al respecto, un período de relativo estancamiento[3].
La etapa previa, estaba caracterizada por una tasa de analfabetismo, deserción escolar, un desgranamiento de la educación para el trabajo, condiciones de fiebre y desnutrición, sobre todo en los sectores más bajos.
Con la llegada del peronismo, las políticas educativas iniciales fueron de primer orden, emplazadas en el primer Plan Quinquenal 1947-1951 y en la Edificación del Plan Integral[4], se llevó adelante bajo la secretaria de educación de Arizaga[5]. Había que garantizar accesos a los sectores obreros en cuanto a derechos sociales, bajo una atenta mirada del Estado de Bienestar. Dando posibilidades a los que fueron invisibilzados, educando a las masas, partiendo de lo negativo hacia lo positivo.
Según Mario Rapoport (2003), durante los dos primeros años del gobierno peronista, los recursos educativos crecieron en escuelas-fábricas, medio turno, de capacitación obrera para adultos, escuelas de capacitación profesional para mujeres, colegios, oficios, artes manuales e infraestructuras. Las matriculas aumentaron en un 34 % en las escuelas primarias entre 1945 y 1955, en un 134% en secundaria. En un 220% en escuelas industriales, mientras que la educación universitaria se triplicó sin que se produjera una democratización como en el nivel medio[6].
Las propuestas con mayor exponencial, fue quizás, en base a las políticas implementadas en las escuelas técnicas. Si considerando a los autores Arata y Mariño (2013) con respecto a este tema, se pude considerar que hasta 1944 la enseñanza técnica estatal, estaba compuesta por las Escuelas de Artes y Oficios y las Escuelas Técnicas de Oficio destinadas para la formación de obreros calificados, sumando a las Escuelas Industriales cuyo objetivo era la formación de técnicos y las escuelas profesionales para mujeres. Todas estas instituciones quedaron bajo la órbita de la Dirección General de Enseñanza Técnica (DGET) dependiente del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la Nación y posteriormente del Ministerio de Educación. En 1948, todas estas escuelas se reorganizaron como Escuelas Industriales de la Nación, ofreciendo distintos ciclos de formación. Una vez cumplido el ciclo final de especialización, los alumnos se convertían en técnicos industriales[7]. La educación técnica requería un gran compromiso del Estado peronista, por lo que partía desde el nivel primario, con cursos de pre aprendizaje, luego por el nivel medio, con las Escuelas Fábricas y las Escuelas Industriales de la Nación, hasta llegar al nivel universitario con la creación de la Universidad Obrera Nacional (UON). Las escuelas técnicas formaban operarios, debían esperar tres años, para pasar a la escuela de aplicación, la cual eran escuelas para formar jefes de talleres. El pasó siguiente era a la industria donde estaban dos años y de ahí pasaban a la universidad obrera, donde podían recibirse de ingenieros de acuerdo a la especialidad. El paso a la universidad permitía el acceso de los hijos de obreros, marcando una diferencia con respecto a la clase oligarca que podían acceder a una educación de privilegio e incluso arancelada. La diferencia más notable se encontraba en el hecho de que la nueva universidad permitía el acceso gratuito, suprimiendo los aranceles universitarios, y estableciendo becas para estudiantes.
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