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El Caracazo: conspiración lusinchista


Enviado por   •  3 de Diciembre de 2014  •  Trabajos  •  1.464 Palabras (6 Páginas)  •  162 Visitas

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El Caracazo, ¿conspiración lusinchista? (III)

OPINIÓN GERÓNIMO PÉREZ RESCANIERE

En el artículo anterior de esta serie señalamos que muy factiblemente el Caracazo, que pasó a la historia y es tenido hoy como una explosión de la rabia popular ante la subida de los precios decretada por Carlos Andrés Pérez el 27 de febrero de 1989, fue en realidad una conspiración del adequismo lusinchista, enfrentado al adequismo carlosandrecista. Hoy substituimos el “muy factiblemente” por un “casi seguramente” y vamos a explicar por qué, insistiendo en un hallazgo de periódicos viejos que ya transcribimos en el artículo anterior. Contiene unas declaraciones del general Ítalo del Valle Alliegro a la agencia noticiosa Associated Press, El Nacional y El Diario de Caracas donde señala la alta peligrosidad del endeudamiento venezolano. La declaración apareció el 13 de octubre de 1987, o sea unos tres meses y medio antes del Caracazo, en plena campaña electoral donde se enfrentaban Carlos Andrés Pérez y Eduardo Fernández. Los dos candidatos se mostraban partidarios del Fondo Monetario Internacional, y el ministro de las Fuerzas Armadas, que por definición eran “obedientes y no deliberantes”, improbaba eso públicamente.

Rafael Poleo, desde el Nuevo Diario, y Pedro Pablo Aguilar, desde El Universal, apoyaron la posición de Alliegro. Esto era un intento de golpe de Estado. Se intentaba impedirle a Pérez o a Fernández (en realidad a Pérez, que era visible ya como ganador) acceder a la presidencia. ¿Qué había tras esto? Capitalismo industrial contra capitalismo financiero.

En la percepción general, los adecos aparecen como un todo, y lo venezolano no se ve en relación con lo mundial. Ninguna de las dos cosas es verdad.

La verdad es que en su primer gobierno, CAP adelantó dos políticas de signo contradictorio: desapareció –en realidad invirtió– en industrialización unos 40.000 millones de dólares. Ello lo colocaba en buena perspectiva si la URSS triunfaba en su enfrentamiento con Occidente o sobrevivía con gran plenitud, como parecía entonces muy factible, propiciado por las políticas de Jimmy Carter de derrocamiento de Somoza, del Sha de Irán y firma del Tratado Carter Torrijos de devolución del Canal a Panamá. Otro acto también de ese sentido, tal vez el principal, fue la firma del SALT, el tratado sobre armas nucleares que permitía la supervivencia de la URSS y ponía las bases para un reparto del mundo.

Pero al enorme gasto de industrialización, CAP le puso un plomo en el ala, tal vez exigido por Carter, y fue que esos 40.000 millones de dólares se pidieron en préstamo al Fondo Monetario Internacional. El préstamo, manejado por Pedro Tinoco, que tenía escritorio directivo en las empresas Cisneros, fue contratado en condiciones terribles para Venezuela, los bancos podían aumentar los intereses a su antojo, podían, dicho de otra manera, ir anulando los pagos anuales que se les hacían, que eran de entre 4.000. 000 y 8.000 millones de dólares al año. Regalábamos entre 4.000.000 y 8.000 millones de dólares al año. Pero estaba hecho el gasto en industrialización.

LA COSA ES ASÍ

Pero con la salida de Carter del poder en Estados Unidos y la subida de Reagan, las cosas cambiaron de dirección en casi 180 grados. Se anuló el SALT, Estados Unidos mató a Torrijos y le declaró la guerra a los sandinistas y desarrolló la “Guerra de las Galaxias”, que en pocos años puso manos arriba a la Rusia comunista. En ese momento llega CAP al poder por segunda vez a ejecutar el paquete económico que ya había preparado con el endeudamiento de su primer gobierno. Y ahora el FMI actúa sin piedad, pues ya el coco comunista desapareció y el mundo se ha vuelto unipolar. Ahora se puede, y el paquete lo implica, aumentar el precio de la gasolina, hacer una bajada real de los sueldos con miseria generalizada. Esa parte será famosa. Pero también desindustrialización, es parte del paquete. CAP viene a matar a los pobres de hambre, pero también a quitarle a ciertos ricos una parte grande de su riqueza.

La cosa es así: si existe una siderúrgica nacional, habrá láminas baratas con las cuales hacer una miríada de productos que crearán una gran burguesía industrial, una petroquímica funcionará igual para industriales del plástico y otros derivados, las industrias básicas harían rica a mucha gente. Y resulta que el FMI ha decretado la eliminación de las industrias básicas en todos estos países. CAP se ha comprometido a ello, eliminará las aduanas para que entren a Venezuela los productos industriales norteamericanos y europeos, más baratos, arruinando a los nacionales. Tocará vender las industrias básicas, que no nos las regalaron, que consumieron tal vez 30.000 de los 40.000 millones de dólares invertidos en industrialización en el gobierno CAP 1. Venderlos a precio de gallina flaca, lo que llaman “privatización”. ¿Usted recuerda la campaña de que las industrias básicas eran una ruina, que eran un desastre? Era preparando el terreno para privatizarlas. Hoy dan ganancias.

Quedaba el caso de Pdvsa. Imposible decir que daba pérdidas, imposible. Entonces, recuerde el titular de El Nacional: “Se privatizará Pdvsa para curar la mentalidad rentista del venezolano”. Un mal pensado diría que los que publicaban eso querían aumentar sus rentas y de paso su mentalidad rentista.

RARO, MUY RARO

Los industrialistas no quieren que les curen la mentalidad rentista. Primero propiciarán la “noche de los tanques”. ¿La recuerda? Fue eso. Lusinchi había viajado y unos tanques rodearon la Casona donde Simón Alberto Consalvi daba un magnífico cocktail a sus amigos poetas, algunos de los cuales me encuentro a cada rato en el Teatro Teresa Carreño. Nada le gusta más a un poeta que beber de gratis, servían inocentemente de escudos humanos al anfitrión. Al oficial apellidado Soler que comandó aquello no se le aplicó ninguna sanción. Parece natural, tal vez Lusinchi le está enviando a Pérez el mensaje de que si se empeñaba en su plan fondomonetarista él no le iba a guardar el coroto. Se encontrarán los dos en el exilio y se saludarán.

Idéntica mecánica parece actuar en el caso de la masacre de El Amparo. Lusinchi está de viaje, se actúa en una región clave de las fronteras, donde Lusinchi mantenía un rígido control anticolombiano (era su obsesión). Al regresar, precipitadamente, habla por televisión dándole la razón al general que ordenó asesinar a los pescadores. Raro eso de matar a unos pescadores. Caramba, ya no se puede ni preparar un sancocho a la orilla de un río.

La situación del general Ítalo del Valle Alliegro era peligrosa cuando fue sometido a juicio por la Revolución Bolivariana acusado por el genocidio cometido durante el Caracazo. El “ganso”, como dicen los malandros, que intentaban “zumbarle”, era grandísimo, en su defensa, que publicó su defensa en Internet (*). Hay que entender que actúa como pianista cuando inserta ciertas alusiones, ya a los “cantos de sirena” que escuchó, ya cuando desarrolla el siguiente párrafo:

“Participó (Alliegro) activamente en las Jornadas de Regionalismo Andino, celebradas del 14 al 19 de noviembre, donde manifestó que “el renacimiento del regionalismo es un rasgo contemporáneo, agregando que una región constituye sobre la tierra un espacio preciso, pero no inmutable, inscrito en un marco natural dado y que responde a tres características esenciales: los vínculos existentes entre sus habitantes, su organización en torno a un centro dotado de una cierta autonomía y su integración funcional en una economía global”.

Regionalismo Andino, el renacimiento de este y “una cierta autonomía y su integración funcional en una economía global” son palabras relativas a la secesión del Zulia. Eran los días preparatorios al estacionamiento de la ultramoderna cañonera Caldas en aguas del golfo de Venezuela, en actitud de conquista de aquella región, situación que debemos suponer precedida de reclamos de que se cediera por las buenas lo que luego se intentó por las malas. Tal es el contexto de esas Jornadas de Regionalismo Andino.

Carlos Andrés Pérez se encarga del poder y otra cosa rara, muy rara, sucede: incluye en su primer gabinete a Ítalo del Valle Alliegro, que ha dado tan tendenciosas declaraciones contra él, apoyadas por sus enemigos entre los adecos, de los cuales es visible Rafael Poleo. La explicación más plausible a esto se compone de astucia y concesión. Aunque la impresión sea de lo contrario, el presidente andino parece no tener todavía fuerza suficiente como para colocar una ficha suya, debe estar muy débil cuando cede terreno tan importante. Es lógico, lo que trae entre manos tiene enormes enemigos, una crisis golpista ahuyentaría las inversiones que necesita llegando en cascada para darle a su gobierno impresión impecable ante los plutócratas extranjeros, lo impecable desarmaría lo implacable, si, los grandes capitales abandonarían al gran amigo venezolano si apareciera débil (como de hecho sucedió tras el 4 de febrero). En esas circunstancias Alliegro sigue como ministro de Defensa. Faltaban una o dos semanas para el Caracazo, que dejaría tres mil muertos en las calles de Caracas. Todo esto se detallará en el próximo artículo.

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