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El Decisivo Pacto


Enviado por   •  7 de Octubre de 2013  •  1.505 Palabras (7 Páginas)  •  269 Visitas

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El decisivo pacto de Tlaxcala

Son virtualmente unánimes los historiadores en considerar la conquista de México como la empresa más audaz de la historia. Aníbal en el cruce de los Alpes, Colón en su primer viaje del Descubrimiento y los astronautas del Apolo XI tuvieron menos incertidumbre y más posibilidades de éxito que aquel puñado de españoles (617 combatientes, amén de tres esclavos africanos, algunas mujeres y sirvientes y diez pedreros) al internarse en un territorio vasto y desconocido, poblado de aguerridas naciones entre las que descolSon virtualmente unánimes los historiadores en considerar la conquista de México como la empresa más audaz de la historia. Aníbal en el cruce de los Alpes, Colón en su primer viaje del Descubrimiento y los astronautas del Apolo XI tuvieron menos incertidumbre y más posibilidades de éxito que aquel puñado de españoles (617 combatientes, amén de tres esclavos africanos, algunas mujeres y sirvientes y diez pedreros) al internarse en un territorio vasto y desconocido, poblado de aguerridas naciones entre las que descollaba, como potencia dominadora, un belicoso imperio que avasallaba a sus vecinos.

Objetivamente, la expedición capitaneada por Hernán Cortés en la primavera de 1519 podría juzgarse como una aventura suicida. Que él y todos sus acompañantes hubiesen terminado muertos en combate o sacrificados a los dioses indígenas hubiese sido la consecuencia lógica de su temeridad. Sin embargo dos años más tarde los invasores arrasaban la capital del mundo azteca —la hermosa ciudad de Tenochtitlan— y, sobre sus ruinas, imponían gobierno, cultura, lengua y religión nuevos. Los conquistadores llamarían Nueva España al país que tres siglos después los independentistas le darían el nombre de México.

Cortés y La Malinche en su encuentro con Moctezuma.No bastan para explicar tal triunfo la superioridad tecnológica de los invasores, ni su mayor disciplina militar ni el empleo del caballo como arma de combate, ventajas que desempeñaron sin duda su papel y tuvieron su peso, pero hubieran valido de poco sin otros dones que adornaban al capitán de aquel grupo de aventureros: astucia, perseverancia y capacidad para ejercer la diplomacia persuasiva. Súmase a todo esto la inmensa suerte de haber contado con la lealtad y el talento de Malinali (la famosa Malinche), a quien los españoles bautizaron como Doña Marina, y cuya misión como intérprete e intermediaria de Cortés puede catalogarse de imprescindible.

Las cualidades del conquistador se hicieron obvias desde el primer momento cuando desautorizó los actos rapaces de algunos de sus hombres y se ganó la confianza de los indios totonacas al devolverles sus bienes y, en un alarde de atrevimiento, hizo arrestar a los embajadores del poderoso Moctezuma que venían en busca de jóvenes de la nación tributaria para sacrificarlos a sus ídolos. En poco tiempo, Cortés convirtió a los totonacas en sus aliados y acompañados por ellos se dirigió al valle de México; pero antes tuvo que pasar por Tlaxcala.

Hernán Cortés. (Wikimedia Commons)Los tlaxcaltecas eran un pueblo valiente que, a pesar de ser pobre, había conservado fieramente su libertad y no había sucumbido al imperio de los aztecas, con quienes libraban periódicas contiendas fronterizas que han pasado a la historia como “guerras floridas”. Se destacaba entre ellos el príncipe Xicoténcatl, hijo de un rey del mismo nombre que, por razones de salud, había legado casi todos sus poderes en el joven guerrero. Celosos de su independencia, los tlaxcaltecas no querían dejar pasar por sus tierras a aquel grupo de forasteros con vestimentas, armas y animales exóticos, a quienes algunos consideranban teúles (es decir, dioses). Xicoténcatl es quien mejor encarnaba esa desconfianza.

Empezó así una guerra en que el pequeño ejército de españoles se vio cercado por miles de guerreros que los cubrían de flechas y piedras en varias batallas feroces que los fueron diezmando mientras se internaban en lo desconocido. Algunos compañeros de Cortés empezaron a lamentar el haber abandonado sus haciendas en Cuba para venir a padecer y a morir en una tierra inhóspita y hostil y proponen abiertamente el regreso.

Los españoles guiados por guerreros tlaxcaltecas. (Wikimedia Commons)Fue entonces que Cortés dio pruebas de su genio: convenciendo a los arrepentidos de la necesidad de proseguir y, al mismo tiempo, a los tlaxcaltecas de las ventajas de convertirse en sus aliados para enfrentar juntos a los aztecas.

Los miembros del consejo que gobernaban las tribus tlaxcaltecas terminaron por rendirse a los argumentos de Cortés, quien alternó con gran inteligencia las amenazas de castigo con las promesas de amistad. Solo Xicoténcatl se mostró renuente al entendimiento con los blancos y persistió en hacerles la guerra,

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