El Museo Jesús Soto: Todo El Arte Moderno Para Guayana

Milagros González C.

Los caminos recorridos por el Museo de Arte Moderno Jesús Soto (Ciudad Bolívar, Venezuela) conducen a reflexionar sobre lo difícil que es construir algo determinante, sólido, y con la consistencia necesaria para cruzar el puente del pasado con miras a proyectarse al futuro. El Museo nace a raíz del sueño del maestro Soto por crear en su ciudad natal, un museo de arte moderno. Tardó diez años en lograr que una idea (esbozada en 1959, cuando recibió el Premio Nacional de Pintura) lograra transformarse en decreto de creación (el 27 de octubre de 1969 Carlos Eduardo Oxford Arias crea el Museo por el decreto nº 397). Pasarían aún cuatro años hasta que se inaugura formalmente el edificio diseñado por Carlos Raúl Villanueva. Su colección germinal fue la que poco a poco había ido recolectando el Maestro, con obras propias y de otros artistas, conocidos y admirados por él. Aglutina, de manera armónica, piezas de tendencias artísticas como el estructuralismo, el neoplasticismo, el arte óptico, el cinético, arte geométrico y arte concreto, entre otros movimientos artísticos del siglo XX.

Obras de artistas como Jean Arp, Carlos Battaglia, Sonia Delaunay, Julio Le Parc, Alexander Calder, entre otros, fueron exhibidas en su primera exposición. Artistas que ni en sueños hubieran imaginado encontrarse al sur del río Orinoco, podían ver sus obras establecidas allí, permanentemente, en el límite entre la antiquísima y tradicional Ciudad Bolívar, y la urbe que hoy conocemos, que crecía y se modernizaba. El nuevo Museo era una muestra de ello: lo moderno irrumpiendo en el pasado, pero de manera grata, amable, pues era uno de sus hijos más queridos quien introducía estas obras novedosas, a veces vibrantes y móviles, en la plácida capital del Estado Bolívar.

Sumado a ello hay que añadir que el Museo ha tenido una importante actividad con las exposiciones temporales desde sus inicios. El primer año se dieron dos individuales de artistas venezolanos, Omar Carreño y Nedo, así como varias colectivas. De igual manera los años siguientes, pero el Museo Jesús Soto siempre dio importancia a su colección germinal, a estudiarla y exhibirla de manera permanente. También a aumentarla. La institución debió enfrentar crisis en diversos momentos, y reducir sus actividades expositivas para poder tener una ampliación de sus espacios. Podrían dedicarse páginas enteras a enumerar la intensa actividad del Museo Jesús Soto desde su creación hasta ahora. Podría también reflexionarse sobre qué significa la existencia de un museo de este calibre y su colección en Ciudad Bolívar. En esta ocasión nos enfocaremos en lo último, pues lo primero ha sido ampliamente estudiado y está presente en la memoria de muchos guayaneses.

¿Qué es el patrimonio artístico, más allá de ser un cúmulo de objetos que sólo pueden observarse y nunca, o casi nunca, tocarse? Todo museo es una máquina del tiempo de infinitas y casi desconocidas posibilidades. El patrimonio custodiado por la institución, representa un puente capaz de vincular el pasado con el futuro, y siempre enraizarlo en el presente. ¿Qué quiere decir esto en términos prácticos y accesibles? Quien hoy visita el Museo Jesús Soto con sus hijos, probablemente realizó una visita similar en su infancia, acompañado de sus padres. Muy probablemente entró en el Penetrable transparente,

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