El Taller Y El Cronometro

El taller y el cronometro

“La cuestión del trabajo se divide en dos partes: la organización particular del taller y la organización del intercambio general de los productos”

La entrada del cronometro, o lo que es lo mismo, la medición del tiempo en el taller, fabrica, o cualquier espacio dedicado al oficio, cambio totalmente la forma en la cual ver al método de producción. Desde esta situación parte el autor, empezando a describirnos las consecuencias que ello produjo, la medición del tiempo supuso una gran revolución, se reducen los secretos profesionales o incluso llegan a desaparecer y se pasa a un trabajo reducido, a la repetición de movimientos. El cronometro, la medición del tiempo y de los movimientos pretende acabar con la forma organizada y supone una renovación a la clase obrera, surge:” la producción en masa.”

Se modifica las condiciones del trabajo, imponiendo sus propios ritmos y normas a la producción de mercancías, rompiendo así los trabajos tradicionales y los antiguos oficios en el taller, el capital es la categoría dominante en las sociedades occidentales, se crean nuevas ciudades industriales y urbanas, y el estado crea un sistema de seguridad social que ayudara al asalariado mediante la aparición de los seguros sociales.

A principios del siglo XIX, el heredero del oficio, sigue siendo condición ineludible, figura necesaria de la manufactura. Lo esencial para los fabricantes es conservar de manera estable, al obrero y su oficio, aunque el trabajo no sea el suficiente (el ejemplo que narra el autor es la crisis algodonera de Lancashire). Los obreros son la fuerza espiritual y adiestrada que no se puede reemplazar en una generación, el oficio se transmite como patrimonio familiar de generación en generación. El obrero durante todo el siglo XIX, constituye la piedra angular sobre la que se construye la organización obrera su: “capacidad de resistencia”, destaca la AFL (American Federation of labor) como conjunto estructurado de uniones profesionales a las que se le afiliaba a los obreros de oficio, excluyendo a los obreros no especializados, en su momento los sindicatos dan control y calidad, dando paso a la tarifa sindical. Funcionaban como una subcontratista que se encargaba de la gestión del mercado de trabajo obrero, administrando la cantidad y calidad.

La unión del capital y la ciencia, buscaban lo siguiente:

a) La reducción de costes de fabricación (el trabajo más especializado es el elemento más caro de la producción).

b) Aumentar el ritmo de trabajo.

c) La Lucha contra la organización obrera.

Por su parte los niños eran considerados como una fuerza dócil de trabajo, proporcionan un trabajo ágil que la manufactura necesita, este mismo asegura la continuidad del flujo industrial, siendo que su ritmo es más rápido, pero también se trata de limitar las horas de trabajo, para evitar ese desgaste precoz.

El sistema de destajo o ajuste a tanto alzado, fue antes de Taylor una de las fuerzas más eficaces utilizadas por los fabricantes para tratar de circunscribir el oficio (

“El destajista” organiza el trabajo y contrata la mano de obra, administra por cuenta del empresario todas las cuestiones relativas a la mano de obra).

Lo que diferencia a Taylor de sus predecesores, es el hecho de haber constituido al oficio mismo en blanco de ataque en obstáculo a salvar. En el fondo del análisis tayloriano, hay un doble descubrimiento:

1) El conocimiento y el control eran en principio propiedad exclusiva de la clase obrera.

2) La vertiente económica, establece que esta exclusividad de los modos operatorios es lo que hace posible, y al fin de cuentas, interminable, el control obrero de los tiempos de producción.

Taylor tiene una estrategia económica muy clara que se define básicamente por: la fuente de la riqueza no la constituye el dinero sino el trabajo. La riqueza proviene de dos fuentes: en primer lugar, del suelo y de lo que se encuentra en el suelo, y después del trabajo del hombre, el aumento de la productividad del trabajo puede

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