El mexicano y la destrucción de sus raíces. Un Ensayo de México Profundo

Ramírez Ávila Axel, grupo 0023 El mexicano y la destrucción de sus raíces.

En este ensayo voy a demostrar que el México Imaginario es un sector de la población sumamente egoísta y destructor, el cual solo le presta atención al México Profundo cuando busca obtener algo a cambio, es decir, no lo busca de forma desinteresada. Esta ideología es el resultado de la llegada de los colonizadores a nuestro país, los cuales nos hicieron sumamente individualistas y destructores de la vida gracias a sus intereses capitalistas.

Los términos “México Profundo” y “México imaginario” son acuñados y utilizados por el autor Guillermo Bonfil para señalar la enorme diferencia de ideas, cosmovisión y relaciones que existen entre la población rural y urbana de nuestro país. Esa enorme diferencia que existe está llena de discriminación, repudio y agresión contra el sector más vulnerable de nuestro país, el sector indígena.

Antes de continuar, tenemos que preguntarnos ¿por qué existe esa despiadada actitud en contra de nuestros semejantes?, aunque la respuesta no es exacta, podemos saber que ese gesto es un reflejo de la ideología que se nos impuso y el cual nos hizo ver a los indígenas como un reflejo de la ignorancia, de algo desactualizado, de algo muerto y por lo tanto había que actualizarlos o extinguirlos.

Esa búsqueda por “actualizar” al sector indígena se transformó en una guerra entre mestizos e indígenas que sigue estando presente hasta la actualidad, creando una gran adversidad entre ambos sectores de la sociedad. ¿El resultado?, una incalculable perdida de lenguas, culturas, religiones y conocimiento, que no se concibió como una perdida sino como una excusa para utilizar algo nuevo, un nuevo idioma y una nueva religión e ideología social.

El estilo de vida occidental llegó a inundarnos de sus ideas bajo la premisa de convertirnos en una sociedad “civilizada”, pero lo único que provocó fue corromper nuestra sociedad y destruir nuestras raíces, algo que lamentablemente no cuestionamos en su debido momento y hoy en día tampoco hemos hecho mucho al respecto.

En las pocas ocasiones que le prestamos atención a las culturas indígenas, las vemos como algo ajeno a nosotros y erróneamente como algo del pasado. Como bien lo menciona el autor, solo nos parecen interesantes cuando los vemos bajo nuestra lupa de privilegio, cuando tomamos sus diseños, sus colores, sus comidas, sus costumbres y sus trabajos para consumirlo como algo efímero y sin interés genuino por comprenderlos o apoyarlos directamente. Solo nos vemos reflejados en las antiguas culturas cuando se trata de buscar nuestro pasado, pero cuando volvemos al presente las seguimos alejando y destruyendo, seguimos criticando sus formas de vestir, su falta de conocimientos y sus rasgos físicos, les negamos el apoyo y los ignoramos cuando los encontramos por la calle ofreciendo

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